|CAPÍTULO 16|

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Había terminado una llamada, era Aly. Quería saber cuál era mi horario de salida del trabajo para poder pasar por mí. Le había dicho que estaría bien y que no necesitaba preocuparse por mí. Alyssa había venido a Los Ángeles por asuntos de trabajo y quería aprovechar la oportunidad para acompañarme de regreso a casa.

—¿Dónde me llevarás, Amo?—pregunte acostada en su regazo, mirándolo sútilmente a los ojos.

—Es una sorpresa —respondió jugueteando el brazalete de oro que me había regalado.

—¿No puedes decirme tan siquiera algún detalle?

Nego con la cabeza.

***

Me llevo a una tienda de lencería pero esto no era la única sorpresa, había algo más, debido a que quería comprarme ropa nueva para una ocasión especial.

—¿Te gusta?—pregunte a mi Amo.

Estaba contestando un mensaje mediante por chat, casi nunca lo veía escribiendo un mensaje de texto, usualmente son llamadas hablando en italiano.

—¿Qué?

—Si te gusta, este conjunto —camine hacia él y tome su mano, la coloque sobre una cadena enganchada a un collar de cuero.

Sonrío.

—Me encantaría verte sin el —contestó tirando de la cadena, bajando mi rostro al suyo, con una mano me tomo bruscamente besándome con deseo.

¡Dios!

Me agache un poco más para darle mayor acceso a jalar más de la cadena, no dudo en hacerlo. Ahora me encontraba de rodillas delante de él.

—Sé lo que quieres, gatita —comenzo a quitarse el cinturón para luego hacer una especie de esposa con el—. Solo pídelo.

Solto la cadena y me giro hacia una posición trasera, tomo mis manos y coloco la esposa hecha con su cinturón en mis manos, jalo el pedazo de cuero para ajustarlo a mis muñecas, lo apretó con fuerza para que no lograra realizar algún movimiento con mis manos.

Se puso de pie y jalo de la cadena hasta llevarme al probador. Reclino mi espalda, obteniendo una vista perfecta de mi trasero, hizo a un lado la tela de mis bragas y comenzo a penetrar con su polla dentro de mí.

—Más... Por favor.

—¿Así, gatita?—dijo aumentando el ritmo y movimiento sus caderas circular dentro de mí.

—Ohh, dios —gemí.

Quito sus manos de mi cadera para dirigirlo a mi coño mojado. Lo acaricio suavemente tomando toda mi húmedad con sus dedos.

Dios estoy tan mojada.

Ingreso los dos dedos de en medio dentro de mi vagina húmeda, comenzo con movimiento suaves y luego aumentaba más la velocidad, tanto de mastubarme como penetrar dentro de mí.

—¿Te gusta?—jadeo al aumentar más su ritmo.

Jadee al sentir como entraba aún más dentro de mí y como recorría con sus dedos mi coño.

No quiero que pares.

—¿Quieres más?

Asentí.

—¿Si que, gatita?—susurro.

—Quiero más, por favor, Amo.

Aumento su ritmo cada vez más, entraba y salía dentro de mí de ambas zonas.

Pasión [En Proceso]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora