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3 años después...
Que podía decirse para describir estos años, simplemente fueron una anomalía que jamás se vivió y que trajeron consigo cambios en muchos aspectos al inframundo.
Millicas Gremory, el segundo candidato al trono del Lucifer actual, fue elegido oficialmente como el nuevo heredero del puesto de Satán.
Grayfia Lucifuge y Sirzechs Lucifer habían cerrado el caso de su hijo para las autoridades del inframundo, excluyéndose a ellos mismos y a otros pilares que deseaban ayudar en su inconclusa búsqueda.
Esto se debía a la poca estabilidad que se presentó entre la población demoníaca este último tiempo; no deseaban ocasionar una anarquía del pueblo, un golpe de estado para someterlos o hasta incluso una nueva guerra civil entre nobles.
Rías fue la más rápida en recuperarse debido al apoyo de su [Reina] y al tener otro gran problema en su cabeza, el aborrecible heredero de la casa Phoenix.
Por lo tanto, unió a Shirone a su nobleza bajo su nueva identidad de Koneko Toujo, dando inicio a su búsqueda por completar su séquito y liberarse de su matrimonio forzado.
Yéndo con el presente del príncipe peliplata en la Brigada del Caos, ya no le resultaba intolerante el entrenarse con los demás y aprender junto a ellos.
Extrañaba a su familia y amigos, nunca dejó de hacerlo, pero ya no se arrepentía de su decisión, pues tras la revelación de Ophis, creyó que éste era su camino.
Poco a poco, fue perdiendo esa actitud orgullosa y bipolar, formando así su nueva identidad de un joven más paciente, calculador y siempre cuidando de sus colegas cuando ellos no podían resolver algo y él sí.
Primero fue Kuroka, quien compartía más similitudes con el Gremory, ya sean su auto-odio por ser débiles en su momento o por el amor que ambos tenían hacia sus hermanos menores y su deseo de reencontrarse con ellos.
Ella siempre lograba sacarle una mueca de agrado en sus travesías, ya sea al alagarlo por su talento con los alimentos dulces, cuando ronroneaba al ser acariciada por él o cuando en un momento íntimo, le contaba sobre su hermano menor y ella le aseguraba la admiración que su hermanito sentía por él, algo que casi siempre resultaba en un frío pero amistoso abrazo de Gokú y Kuroka.
Talvez se resguarden muchas cosas el uno al otro, pero si era así, ambos sabían que no se podían guardárselo por siempre.
Aunque a Kuroka no le resulte difícil reservarse sus sentimientos y que el Ultra Instinto de Gokú le impida expresar abiertamente sus emociones, ambos tenían ese foco de luz tintineante en sus diabólicos corazones, esperando a destellar y dar luz al otro.
Con los demás y aunque en menor escala, la relación y confianza entre sí mejoraron, más que nada con la hermana menor de Arthur y con la diosa dragón Ophis.
Le Fay era muy intrépida y vigorosa, teniendo una sonrisa imborrable en su rostro, lo que siempre a Gokú le recordaba a Millicas, pues eran casi iguales en su comportamiento alegre e inocente, a pesar de que la Pendragon fuera casi de la edad del peligris.
Después de que Ophis le revelara el inmenso poder resguardado en su interior, sus entrenamientos se intensificaron hasta el punto de que la propia diosa dragona del infinito se puso a cargo de entrenarlo en el dominio de Ultra Instinto.
Esto sucedió en los últimos dos años y hasta la fecha, Vali se mantuvo al tanto de como se fortalecía el demonio puro, pero no tenía mucho tiempo libre entre su equipo y los ángeles caídos como para tener un duelo con él.
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Una deidad profana
FanfictionGokú en high school DxD (Nada canónico, sólo el personaje de Gokú). Será hijo de Grayfia y Sirzechs.