Parundy

1.2K 103 45
                                    

Advertencia:ninguno de los animes o imágenes me pertenecen:créditos a sus correspondientes creadores.

Gokú: ¿Un mensaje ahora?- Se preguntó viendo el círculo celeste aparecer en frente suyo, a lo que sin mucha opción lo presionó, apareciendo un holograma de un Vali bastante cansado -Te ves fatal jefe, ¿qué quieres?-.

Vali: ¿Para mí? Una siesta con Lavinia cantándome hasta que me duermaaahh(*bostezo*)-.

Gokú: No tengo idea quien es pero, ¿me interesa saber por qué te ves moribundo?- Interrogó apartando uno de sus mechones frontales y curvando un poco sus labios, cosa... peculiar.

Vali: Volví de un entrenamiento especial con el líder de los caídos, además de que tú y Kuroka han sido los únicos en hacer sus encomiendas a diferencia de los otros vagos- Dijo y el Gremory alzó sus cejas por lo dicho -Olvídalo. Hablando de Kuroka, no la he visto desde que volvieron de su misión, ¿sabes dónde está?- Interrogó con cierta sospecha sobre Gokú, quien tenía su vista hacia otro lado pero negó con la cabeza.

Sin embargo, emitió un ligero tic en sus párpados antes de cerrarlos y dar un suspiro algo pesado, gestos que extrañaban al portador de Albión, pero por el cansancio no tenía ganas de fijarse en eso.

Gokú: No, no la he visto pero sé que regresó aquí... ¿Eso es todo?- Consultó ya más apurado en dar fin a la conversación y se podía notar por como presionaba repetidamente con su índice el escritorio donde se sentaba.

Vali: Pues... digamos que mi tutor es alguien muy pervertido y me dio acceso a un burdel muy costoso. Dime, ¿quieres ir?- Dijo viendo con espectativa a Gokú por su respuesta, aunque se confundió al ver como sus músculos se tensaban y sus venas se remarcaban.

~Glup~Qgg~

Juró haber oído algo, pero no podía reconocerlo con claridad al no ser el mejor audio posible y el estrés en su cuerpo se le estaba subiendo a la cabeza.

Gokú: ...No, no puedo, tengo un par de cosas que hacer...¡Adiós!- Respondió con reticencia y antes de recibir cualquier otra pregunta, desconectó el círculo de comunicación y exhaló sofocado -'Vuelve a hacer eso y lo harás de cabeza la próxima'-.

Apartó el escritorio de un empujón y allí estaba Kuroka, de rodillas ante el príncipe y con la boca llena de su virilidad.

Kuroka: ~Glggj~POP~ Fiu~ ¡es tu culpa por tardar en responder!...Hah... No necesitas unas putas de cuarta, ¡sólo a mí!- Profirió viendo con seriedad a su pareja, quien sólo se sobaba la sien.

Gokú: No iba a aceptar de todos modos. No creo que ninguna caída lasciva pueda ponerme así- Dijo parándose y mostrando su miembro latente cuyos latidos transmitían mucha lujuria a los oídos de la nekomata, quien quedó alelada viendo el coloso frente a ella -'Termínalo ya'-.

La nekomata desnuda asintió sin despegar su vista de su pene, poniéndose en cuatro patas y gateando como un gato hasta chocar sus carnosos labios con el glande del ojiplata, quien se adelantó e hizo presión contra su boca, la cual fue abierta por voluntad propia y otra vez, terminó atragantada con la verga diabólica del Gremory.

~Gulp~Gulp~Gulp~Gulp~¡Kjj~Mmmmhh~~!

La voluptuosa pelinegra seguía dando todo de sí, llegando a quedarse sin aire varias veces y eso que no llegaba a tomar todo el largo del falo, cosa que le disgustaba pues su sabor era exquisito y quería tomarlo todo.

Pero también había algo más; la mandíbula comenzaba a dolerle tras chupar algo tan grueso y grande por más de media hora, por lo que se estaba apurando en hacer que acabara y tener un efímero descanso aunque sea.

Una deidad profana Donde viven las historias. Descúbrelo ahora