La Princesa Del Emperador

Capítulo 5. Visitando el palacio de la Emperatriz

En el otro lado del imperio, un pueblo un poco lejano a la ciudad capital de Roottensolli, se encontraban reunidos los rebeldes constituidos por nobles de poder y nuevos ricos que quieren derrocar al actual emperador, acabar con su linaje y dar principio a una nueva dinastía liderado por un antiguo enemigo del emperador, el 'Duque Shamir de Roombold'.

Shamir es un hombre de edad avanzada que mostraba algunas canas blancas como consecuencia del paso del tiempo, además de una imponente figura ambigua y refinada.

Perteneciente a una importante familia, poderosa y transcendental, por tanto si algo le ocurriera a la familia Imperial actual, probablemente los Roombold serían la próxima Dinastía sucesora.

No es de extrañar que el movimiento rebelde intente derrocar al actual emperador Darius y por supuesto acabar con su sucesor el príncipe Dorian, quien es la principal amenaza para el grupo rebelde.

Encubierto como uno de los integrantes de la mesa principal de aquel concejo traicionero, Dorian oía las propuestas y sugerencias de todos ellos, su oscura mirada estaba dirigida al anciano duque y su hijo François de Roombold heredero del ducado, con la intención de pasar desapercibido, descifrar los planes que decidan ejecutar y crear un movimiento contraproducente.

Todos los que se encontraban reunidos en la mesa de concejal eran personas con grandes fortunas pero eso no era suficiente, ellos querían más poder y lo obtendrían si traicionan al actual Emperador, asentarían en el trono al Duque de Roombold, él les recompensaría con el poder que necesitan y con la riqueza que ambicionan.

Está fastidiado porque no es prudente acabar con todos los rebeldes en este preciso momento, sólo están algunos de los representantes de algunas familias nobles y nuevas familias ricas no pertenecientes a la nobleza.

Para Dorian sería demasiado fácil acabar con ellos en este instante pero decidió que era mejor no apresurarse, si espera otro momento en el cual se encuentren reunidos más integrantes de la rebelión acabaría con más rebeldes que de los que se encuentran en este momento.

La paciencia no es una virtud en él, no obstante, esta vez esperará.

—Sólo es cuestión de tiempo —la gruesa voz del duque Shamir sonó en la sala —Pronto extinguiremos a la familia real.

—Mañana es la reunión mensual del emperador con todos sus ministros —informó el Marqués Ferrit

—Deberíamos aprovechar esa reunión y asesinarlos a todos —sugirió el barón Monterrat.

El duque Shamir se abstuvo a escuchar lo que sus partidarios proponían pero sabe que no es prudente atacar mañana. Todos los ministros más poderosos estarían presentes y sería imposible vencerlos juntos, eso implicaba al príncipe Dorian, la estrategia más inteligente es atacarlos por separado.

Después de todo lo que han hecho para llegar hasta este nivel si hacen un mal movimiento podría ser el fin de todo. Sería un desperdicio que todo se viniera abajo por un mal movimiento acelerado.

—Tenemos toda la armada lista —dijo el Marqués Ferrit a favor del barón —Duque Shamir, sólo tienen que dar la orden y....

Una profunda y áspera voz que hasta el momento no se había pronunciado hace eco de presencia en la mesa del concejo interrumpiendo a Ferrit,

—Sería una mala idea atacar a todo un poderío reunido, podríamos fallar, su punto débil será encontrarlos por separado y asesinarlos.

Era François, el joven hijo del duque, heredero de los mismos planes traicioneros de su padre.

—Tengan paciencia Caballeros que la familia imperial quedará extinta —añadió François con apaciguad.

—Podríamos dejar vivas a algunas princesas, a las más hermosas y tomarlas para nuestro placer —la dura voz de Ferrit volvió a resonar en la sala.