El día en el que se celebrará la fiesta de bienvenida del príncipe heredero es hoy y se realizará en el Palacio del emperador, será una recepción donde los nobles y ministros más renombables del imperio no desaprovecharán la oportunidad de entablar y profundizar sus conexiones políticas.
El ambiente en el palacio Dekrisol era estresante mientras las doncellas se encargaban del vestuario, Serena no pudo evitar sentirse intranquila, después de varias semanas verá a su padre.
Está contenta por verlo pero no le apetece recibir más reprimendas, a pesar de no querer asistir se ve obligada a hacerlo debido a la petición de la emperatriz.
Divinamente arreglada Narfen la esperaba afuera de la residencia, vio a su madre hermosa e impecable con un vestido blondado de color vino, un oscuro color que resaltaba la rubia cabellera y que junto con los azules ojos similares a las gotas cristalinas del mar la hacían parecer más su hermana mayor que su madre en sí.
—Si no te sientes dispuesta puedes negarte a ir —dijo la reina cuando reparó en la presencia de su espléndida hija.
—No te preocupes por mi madre —expresó con una suave y reconfortante voz —Estoy bien.
—No estás obligada a ir Serena a este tipo de eventos —insistió con renuencia.
—La emperatriz requirió mi presencia —se limitó a decir mirando con impaciencia el dorado carruaje que las llevaría al palacio del emperador.
—Le notificaré que no te sientes bien, sé que ella lo entenderá.
Es cierto que no quiere ir a la recepción pero tampoco quiere que su madre entre en aprieto con la emperatriz por su culpa. Beatriz es perspicaz, se dará cuenta que su madre está tratando de evitar su asistencia en la recepción.
—No es necesario ser formal contigo para que más personas te conozcan ya que pronto te iras a Kunderwoold.
—......
—Sé perfectamente que la emperatriz quiere utilizarte para favorecer la imagen del príncipe heredero.
Serena suspiró, no hay nada que pueda hacer como para desobedecer a la emperatriz. Molestarla y recibir un castigo por infringir, trasgredir o quebrantar el deseo de Beatriz es ganarse el odio de la mujer más poderosa del imperio.
—No puedo evitarlo madre.
— ¡No permitiré que tu imagen sea perjudicada! —reacia exclamó sin importar siquiera la presencia del cochero o los guardias imperiales que las escoltaran hasta el banquete —Serás la prometida del príncipe del imperio vecino.
—No puedo hacer nada si el príncipe no oficializa el compromiso.
—La decisión del príncipe heredero carece de relevancia, lo que importa es la decisión de tu abuelo.
—Eso es a lo que me aferro pero por ahora partamos, no podemos retrasar más nuestra llegada —pidió Serena.
Muy a su pesar Narfen subió al carruaje imperial que ya llevaba vario tiempo esperándolas desde hace mucho antes, culpa que recae en su mayoría en Serena, el afán y ajetreo de prepararse para la fiesta tomó un tiempo más de lo previsto.
Entre medio de los demás invitados que llegaban junto con ellas ingresaron al palacio imperial e hicieron una ilustre y esperada entrada al salón, los presentes que ya se encontraban allí miraron hacia su dirección cuando fueron anunciadas
Los que la habían visto con anterioridad la reconocieron, otros sólo habían escuchado rumores de su celestial belleza y no la conocían, no obstante, al estar Serena a lado de Narfen la identificaron como su hija quedando asombrados y aturdidos por ser la primera vez que tenían la oportunidad de ver y apreciar la belleza de la rosa del Imperio.
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La Princesa Del Emperador
RomanceConocida como la Rosa del Imperio, Serena es la princesa menor de la familia real que sólo algunos tienen el privilegio de conocer. Desde niña y sin ser presentada en sociedad, ha llamado la atención, no hay nada ni nadie que quede deslumbrado con s...