El día transcurre normal y Zena, como nueva doncella del palacio del príncipe heredero, se dirigió hacia la habitación de Serena.
Abre la puerta y sus ojos se mueven buscando a la princesa.
Ingresa y va hacia el tocador donde la ubicaba sentada. Repara las nuevas marcas que aparecen en el cuerpo de ella
—Ay no.. Supongo que sucedió de nuevo —asume Zena inspeccionando su cuerpo.
— ¿Qué más puedo hacer? No puedo evitarlo —musita levantando los hombros y con la mirada sobre la imagen de sí misma que el grandioso espejo refleja.
Zena la ve bajar la mirada y deduce que tal vez ella no quiere hablar en su presencia, además de que no tardarán las demás sirvientas en llegar.
Acepta su reticencia, agarra el cepillo para peinar el hermoso cabello platinado y piensa que ya después encontrará la oportunidad para comentarle lo que escuchó en el harem y que de alguna forma le será beneficioso para la princesa.
Porque si Serena no quiere sufrir más de abusos, Zena está convencida de que la princesa hará lo que sugerirá.
Si, lo hará se dice Zena a sí misma, tratando de no ejercer mucha fuerza para no lastimarle su cuero cabelludo.
La puerta se vuelve a abrir y el ambiente tranquilo se torna ocupado debido a las sirvientas que entran.
—Buenos días princesa. —saluda una mientras las otras comienzan a recoger el desorden de la habitación —Hemos venido a servirla, su alteza.
Las miradas de la servidumbre se centran en ella, reparando sus marcas que no desantuan su belleza.
Pero, una de ellas es tan obvia que no disimula y deja de hacer su tarea para admirarla mejor.
Da unos pasos, se para a detrás de Zena y observa la piel delicada de la persona que la doncella principal está peinando, así como un extraño color de pelo que sólo alguien perteneciente a la realeza heredaría.
—Sólo ha pasado unas cuantas semanas desde lo ocurrido con la reina Narfen. —Zena comenta dejando pasar la atontes de la sirvienta. —Sin embargo su cabello está más largo a como lo tenía hace un mes.
—Si —musita la princesa.
—¿Tiene pensado cortarlo? — pregunta la sirvienta y se tapa la boca rápidamente al darse cuenta de su intromisión.
Serena levanta la mirada y gira hacia la desconocida doncella. Su atención se presta en la sirvienta entrometida, a la vez que con su mano detiene los movimientos de Zena.
Después de varios días recién tuvo la valentía de dirigirse a mi en esa forma y no solo para preguntarle que deseaba o necesitaba.
— ¿Cuál es tu nombre? —pregunta añadiendo un atisbo de interés que no siente en lo absoluto —Estos últimos días me has estado sirviendo y no sé cómo te llamas.
—Mi nombre es Carile, princesa —responde con timidez.
—Carile —repite Serena —Me agrada tu nombre.
—Es un honor que mi nombre sea pronunciado por la princesa impe...
—¿Sabes en qué tipo de situación me encuentro? —pregunta Serena interrumpiéndola.
Si algo que ha aprendido durante su vida en el palacio, es que las doncellas que toman interés en ella, es porque probablemente estarán de su lado, así que si su intuición no le falla puede tener a otra doncella servicial aparte de Zena.
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La Princesa Del Emperador
RomanceConocida como la Rosa del Imperio, Serena es la princesa menor de la familia real que sólo algunos tienen el privilegio de conocer. Desde niña y sin ser presentada en sociedad, ha llamado la atención, no hay nada ni nadie que quede deslumbrado con s...