Se enamoró de una linda sonrisa que deslumbraba para todos, pero sabía que jamás sería una sonrisa exclusiva para él.
Se encandiló de unos ojos brillantes y sinceros, que lloraban sin pudor frente a todos, pero que nunca lo verían solo a él.
Se encariñó de un par de manos cálidas que con fuerza lo protegían a él y a otros y se aferraban a la lucha y a un futuro dónde todos fueran felices.
Se embriagó de una voz suave y tranquilizadora, que al decir su nombre, dios, escuchar su nombre en aquellos labios con esa tierna voz hacía que el mundo desapareciera y sus problemas fueran mínimos, como deseaba que de esa voz solo saliera su nombre.
Se embelesó de un corazón valiente que no le temía a nada y era capaz de enfrentarse a todo por aquellos que le eran importantes.
Se enamoró, o por todos los cielos si que se enamoró.
Mikey se suicidó, porque se había enamorado.
Mikey se suicidó cuando se dió cuenta de que estaba enamorado hasta el alma de Takemichi.
Mikey se suicidó porque aunque él amara a Takemichi no podía arrebatarle la felicidad de estar con Hina.
Él era egoísta si, y si por él fuera no le importaría que Hina lo odiase, que todo el mundo lo despreciará por haber destruido un amor tan puro como el de aquellos dos, pero no era tan egoísta como para causarle daño a la felicidad de Takemichi.
Así que se quedó mirando a lo lejos como florecía aquel amor adolescente de sus amigos.
Mikey se suicidó pero para su desgracia no mató su cuerpo.
No hizo nada contra aquel recipiente que guardaba su alma.
Se suicidó cada que escuchaba a Takemichi hablar de cuánto amaba a Hina.
Se hería a si mismo cuando sonreía fingiendo felicidad por esos dos cuando claramente le dolía muchísimo saber que la persona que él amaba jamás lo vería de la misma manera.
Manjiro Sano no murió en cuerpo, solo en corazón y alma.
Mikey se suicidó cuando se dió cuenta que su amor era y sería siempre unilateral.
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Esto es canon, el mismo Wakui me lo dijo, por eso el Mikey Boten se aventó del edificio.
