Obsesión

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Mikey estaba feliz.


Más que de costumbre, eso era seguro pues ese día se cumplían 3 años ya que vivía junto con su novio Takemichi.

Aquel chico de ojos sinceros y sonrisa deslumbrante lo había flechado desde el primer día que lo vio, agradecía eternamente a su compañero Chifuyu por llevarlo con su grupo de amigos aquella tarde de verano dónde todos fueron a la playa teniendo apenas 15 años recién cumplidos.

Todos lo supieron de inmediato.

Mikey había quedado totalmente enamorado de Takemichi desde el momento en que lo vió.

Y Mikey decidió que quería que ese chico fuera suyo.

Se esforzó mucho en caerle bien, y más en hacer que aquel rubio teñido le diera toda su confianza.

Velaba por él de sobremanera, cuidando que nada le faltará, atento a él ojiazul en todo momento y solo con él, eso le hacía gracia a Takemichi y le parecía tan tierno.

Mikey estaba obsesionado con cumplir cada mínimo capricho de su Takemicchi con tal de que esté le hiciera caso y aceptará salir con él.

Después de años de sumisión ante su amigo y muchas súplicas, un día Takemichi acepto su propuesta de salir juntos.

Al principio fue problematico, porque a pesar de que ya estaban juntos y ambos se juraba amor incondicional, el rubio cenizo era en extremo celoso, se enojaba si no conocía a los amigos de su novio y se enojaba más si los conocía, no le gustaba ver a Takemichi feliz con otros chicos y que no pasaran tiempo juntos.

Sus amigos le hicieron ver qué estaba mal y al igual que ellos Hanagaki siempre le recriminó sus celos infantiles.

Ya tenían 18 años, y las peleas eran menos sin duda pero seguían ahí.

Hasta que a Mikey se le ocurrió la brillante idea de vivir juntos, cosa que a su amado le pareció de lo más maravillosa.

Y ahí estaba, llendo de vuelta a su casa, con una bolsa de comida y aperitivos que estaba seguro le encantarían a su ahora pelinegro chico.

A pocos pasos de entrar noto como la cerradura de la puerta estaba rota.

Con algo de desconfianza Manjiro abrió la puerta solo para encontrarse con un escenario catastrófico.

—¿Ta-Takemicchi?— tartamudeo en un susurro con terror, sus ojos se veían totalmente idos por la imagen ante él.

Takemichi estaba tirado, inconsciente en el suelo, lleno de moretones, algunos rojos los que creyó más recientes, otros más morados y algunos incluso se veian de color verdoso.

Además de los moretones, tenía cortadas y laceraciones, parecía haber sido torturado durante horas, no podía creerlo ¿Quién había podido ser capaz de aquel acto tan terrible?

—No puede ser— susurro para si mismo mientras corría hacia el cuerpo de contrario.

Soltó la bolsa con aperitivos dejándola caer al suelo y se arrodilló frente al cuerpo del moreno, sus manos temblaban por temor a tocarlo y lastimarlo más.

—Ta-Takemicchi— llamo a su amado pero este no le respondió.

—Takemicchi di-dime ¿Quién hizo esto?— seguía hablando sin obtener respuesta.

¡Takemichi háblame ¿Cómo te desataste, quién te libero, cuánto tiempo llevas fuera del sótano?!— Mikey gritaba preguntas al aire con desesperación, el mismo sabía que el chico en el suelo era extremadamente hábil ¿Pero cómo se había liberado de las cadenas?

Y mientras Mikey entraba en pánico preguntándose cómo era que Takemichi se había quitado las ataduras que le había puesto en el tobillo para evitar que saliera del sótano, no pudo notar la creciente ira y sed de sangre que se alzaba a sus espaldas, pues frente a la puerta se encontraba el detective Naoto Tachibana, apuntando su arma directo a la cabeza de Manjiro, listo para disparar en cualquier momento.

La información de Chifuyu nunca fallaba, y justo ahora gracias a la investigación de aquel chico había logrado dar con el lugar donde se encontraba aquel viejo amigo que siempre juro proteger y que había desaparecido hace 3 años ya junto con Manjiro, o eso les había hecho creer a todos el más bajo al secuestrar a Takemichi en una de sus citas y encerrandolo sin posibilidad de comunicarse con nadie más.

Y sin previo aviso, como se suponía en el protocolo de la policía, Naoto disparó, liberando a su amigo de aquel encierro de años al que su antiguo platónico lo había condenado.

Y Takemichi al fin se encontraba fuera de la prisión en la que Mikey lo había tenido preso debido a su insana obsesión.

Y Takemichi al fin se encontraba fuera de la prisión en la que Mikey lo había tenido preso debido a su insana obsesión

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Mikey todo lindo comprándole dulces a su novio secuestrado :3

Y Naoto todo cruel le dispara, ¡Lee el ambiente Naoto!

¿Cómo arrancarle las alas a un ángel?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora