¿Cómo arrancarle las alas a un ángel?

Profecía-Parte 1

OK este capitulo es... Largo y lento, no sabía bien como debía ser mi regreso pero quería compensar el tiempo que no les di nada, bueno espero poder entretenerlos un ratito aunque sea y si no son libres de decirmelo y buscaré la forma de mejorar esto, habrá actualización de todo pero quería iniciar con el fic que inicio todo esto y ya no doy más vueltas, espero que les guste

Te voy a contar una historia que ha ido de voz en voz a lo largo de muchos años, que ha trascendido prácticamente intacta entre el tiempo y la mala memoria humana, aunque no es de fiar un cuento que va de boca en boca por los cambios que le podría hacer cualquiera, en lo profundo de mi corazón se que la mayoría es verdad.

Todos saben de la existencia de algo más allá de lo entendible y de lo inentendible, más allá de lo imaginable y lo real, seres que habitan en este mundo pero son tan ajenos a él que resulta asombrosa su mera mención, seres divinos y mágicos que nos permiten soñar con algo más allá de lo que vemos.

Antes que todo existiera, existió algo primero...

Claro que dicho así no se le ve sentido, pero si lo piensas, para que algo exista debe haber otra cosa antes de ello para que sea posible ¿No? Antes que un árbol, hubo una semilla, pero antes que una semilla también debió provenir de un árbol, todo es y nada es todo, existe y vuelve a desaparecer para seguir existiendo, lo que existió primero hizo existir las demás cosas y así fue como hizo más seres similares a él pero al mismo tiempo diferentes, toda una variedad infinita de seres semejantes y diferentes, y con ello vino la humanidad, y con la humanidad vino el pensamiento y así vino el sentir...

—No quiero interrumpirte viéndote tan concentrado y todo pero abuelo, no puedo entender la mitad de cosas que dices.

—Y por eso no debes esconderte cuando te van a dar lecciones de literatura Manjiro.

—Ya pero-

—Déjame continuar y después escuchó tus quejas.

En medio de una tenue luz de vela y una cama desarreglada estaban dos personas, el gran rey de las más prósperas tierras y uno de los príncipes herederos más curioso que ningún otro. 

Mansaku Sano poseedor de muchos títulos y apodos de renombre no podía creer que se encontraba contándole un cuento al menor de sus nietos Manjiro, más inconcebible le parecía que Manjiro no le estuviera entendiendo ¿Hablaba con un lenguaje anticuado, él era una persona no grata, aburrida? No, definitivamente Manjiro era poco virtuoso, por decirlo de forma amable, para comprender el relato que llevaba más de una hora intentando compartir.

Independientemente de cual sea el sentir de cada uno había cosas buenas y en equilibrio a la existencia también cosas malas, los primeros seres tenían lo bueno del mundo, aquellos nombrados ángeles trajeron paz, amor y bondad a los humanos, por el contrario el mundo necesitaba que hubiera algo más para que los seres inferiores como los humanos las comprendieran y apreciaran, así que sus semejantes distintivos, los demonios, se encargaron de sembrar conflicto, odio y ambición, no es que solo lo disfrutaran, comprendían que era su deber llevar equilibrio al mundo porque ¿Qué sería de los pobres gusanos que plagaban la tierra sin que existencia trajera algo de discordia?