¿Cómo arrancarle las alas a un ángel?

Quiebre

Volvió a fallar.

Fallo terriblemente y sentía su mundo derrumbarse nuevamente.

Todos sus amigos estaban muertos, Hina estaba muerta.

Y lo último que se espero fue saber que quién había cometido tal atrocidad como asesinar a cada una de las personas que el deseaba proteger, había sido una de las personas más importantes en su vida.

Lo último que Takemichi esperaba escuchar en ese momento era que Mikey era el verdugo de los miembros importantes de la Tōman.

-¡Mikey sería incapaz de hacer algo así! Naoto, él no podría- Takemichi estaba en total negación.

Su corazón y su alma tenían una fe ciega en su comandante.

Pero su mente no podía negar que todo apuntaba a que era verdad.

Y se culpaba a si mismo por fallar en su misión, no salvó a Hina, no pudo salvar a Draken, fracaso en salvar a Baji y ahora fracasaba en porteger a todos los demás.

Takemichi se culpaba por no poder pelear en contra de lo escrito por el tiempo y por el destino mismo.

Takemichi se culpaba de no poder cambiar el destino de Mikey, que era siempre perder a todos los que ama.

-Se que es complicado de procesar, pero es la verdad, Takemichi, Manjiro Sano es el asesino de los altos mandos de Toman. Actualmente su paradero es desconocido- su amigo le explicaba la situación, pero su mente dejo de prestar atención en cuanto noto un detalle.

Mikey nuevamente no estaba en el futuro.

Su querido Mikey estaba perdido nuevamente.

Como la primera vez que supo que podía arreglar las cosas, Mikey no estaba en el futuro. Nadie sabía nada de él, siempre era Kisaki quien dirigía todo en nombre del comandante

-¡Siempre es el mismo futuro Naoto, no importa que haga Mikey no está!- grito con desesperación aquel chillo de ojos azules y cristalinos producto de las lágrimas que amenazaban con salir.

Se sentía perdido, sin rumbo, todo lo que hacía por los suyos no tenía ningún resultado y temía jamás poder tener la fuerza para cambiarlo.

Pero está vez era diferente, se sentía aún más desesperado y perdido, sabía que la mision era salvar a Hina pero eso paso a segundo plano cuando se adentro más y más en la Tōman... Y dejo que Mikey invadiéra su de por sí débil corazón.

Aquel chico de ojos negros había calado en él más que cualquier otro, incluso más que Hina, la misión se hacía más difícil y pesada.

Takemichi sentía que en cualquier momento iba a quebrase y sus piezas se desmoronarían.

-Aún tenemos una pista, Manila, Filipinas, tenemos razones para creer que Manjiro Sano está ahí

Y Naoto le dió un atisbo de esperanza de salvar a su querido Mikey.

-¡Mikey, por favor no!- Takemichi gritaba con todas sus fuerzas mientras sostenía el cuerpo casi sin vida de su amigo.

No esperaba que su reunion fuera así, con su comandante apuntandole con un arma y gritándole toda clase de cosas, cosas que él hizo y que hirieron al contrario y el como lo dejo solo y sin rumbo en aquella corrompida Toman, para luego terminar con un Mikey desangrándose con un tiro en la cabeza del arma de Naoto, quien lo creía en peligro.

Y con el cuerpo de Mikey perdiendo calor en sus brazos fue que Takemichi llegó a un punto de no retorno.

Ya no podía más, no podía verlo morir una vez más ya no podía seguir peleando.

Sin vacilación tomo el arma de Mikey y apunto a su propia cabeza.

-Esperame Mikey... Esta vez si está contigo siempre- las lágrimas seguían saliendo, pero no sabía si era por miedo a morir o tristeza de seguir viviendo.

-¡Takemichi detente!- escucho a Naoto gritar, pero era tarde.

Un disparo se escuchó por todo el lugar.

La voluntad de Takemichi Hanagaki se acababa de quebrar.

Mikey manila siempre me hace llorar, necesito cuidarlo.