Melancolía

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Mikey odiaba dormir.

Lo detestaba con toda su alma...

A diferencia de la  mayoría de las personas promedio que amaban estar de vagos todo lo que podían, él prefería parecer fantasma por la palidez de su rostro sumado a las pronunciadas ojeras que le producía el insomnio impuesto a tener que cerrar los ojos y mantenerse quieto por más de 4 horas seguidas.

Todos sus amigos entendían la razón de su fobia al descanso, más nadie mencionaba nada al respecto, era una de las grandes cualidades de esa caótica familia que formaba a la Tokyo Manji, si no deseabas decir algo no lo decías y nadie hacía preguntas innecesarias.

Mikey odiaba dormir.

Repudiaba el descanso prolongado...

El simple hecho de cerrar los ojos por más de 10 minutos en completo silencio ya era demasiado para su pobre y perdido corazón. La vida ya le había quitó mucho, a sus padres, hermanos, amigos y gran parte de si mismo, su alma estaba perdida y rota, un alma que no encontraría descanso a menos que pagace una imposible deuda con una vida egoísta e insaciable con el dolor de un adolescente de apenas 15 años.

La sensación de asfixiarse, de no poder moverse, de sentir como todo debajo de ti se desmorona y te deja flotando, a la deriva lo agobiaba, dormir significaba morir por un tiempo, había quienes tenían el sueño ligero y el más mínimo sonido o mirada mínimamente fija era capaz de despertarlos, pero había quienes tenían más dificultad para reaccionar, el ruido, el movimiento o sonido no eran capaces de perturbarlas, Mikey era el segundo tipo de persona, antes de las tragedias él podía dormir prácticamente en cualquier lugar y cualquier momento. Después de la primera desgracia no despertar con la respiración entre cortada y lágrimas de por medio era todo un logro.

Después todo se volvió abrumador, la sensación de que si se quedaba dormido moriría era tan horrenda que por varios días no puede pegar el ojo hasta que su cuerpo no puede más y cae rendido, no más de 4 horas bastan para que despierte gritando, con los ojos llorosos y la respiración irregular, tocando su cuerpo y cara para confirmar que seguía ahí, pellizcando todo a su paso para sentir dolor y saber que seguía con vida.

Mikey odiaba dormir, porque dormir era como morir por un rato, y él deseaba morir, pero se negaba a dejar de estar vivo.

Mikey, en serio, odiaba dormir.

Así que en el momento que abrió los ojos por la luz del sol que golpeaba su cara no se explicaba como era que había podido dormir toda la noche sin siquiera moverse o entrar en pánico en medio de alguna terrible pesadilla.

La respuesta llegó a él cuando se dió cuenta de que Takemichi aún estaba ahí, abrazándolo con suavidad por debajo de los hombros, tranquilo, con algo de saliva saliendo de su boca.

No se había ido como los demás, no lo había llamado exagerado como otros, Takemichi solo lo abrazo con cariño y le dijo "Está bien, me quedaré contigo hasta que puedas dormir" y Takemichi era un chico de palabra.

Si, antes de Takemichi, el rubio odiaba dormir, pero desde que conoció al chico en medio de una pelea dónde claramente le estaban dando una paliza y le mostró un mundo más allá de las reglas, más allá de la fuerza que podía poseer y la buena imagen que podía dar, se dió cuenta de que dormir no era tan malo, no significaba morir por un rato, significaba descansar y soñar...

Soñar con algo mejor, soñar con que gracias a Takemichi, él podría encontrar su libertad.

A Mikey ya no le parecía tan repulsivo dormir.

Seguía sintiéndose abrumado ante la idea de morir, aunque fuera por un tiempo, pero si Takemichi estaba ahí morir por un rato le parecía tan relajante y necesario, como cuando era solo un niñito y solo debía abrazar su vieja toalla para conciliar el sueño.

Hanagaki le entregaba la misma sensación de calidez y confort, le daba nostalgia, y deseaba con todo su corazón seguir así por lo que le restará de vida.

Hanagaki le entregaba la misma sensación de calidez y confort, le daba nostalgia, y deseaba con todo su corazón seguir así por lo que le restará de vida

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Mikey tiene ansiedad, no tengo pruebas pero tampoco dudas.

Te entiendo Mikey, a mi también me da miedo dormir pero maldita sea me encanta dormir TwT lo cual es muy contradictorio... Necesito un Takemichi en mi vida TwT

Les dejo algo no tan triste como ofrenda porque jaja sigo sin subir los demás escritos, suéltame universidad, me estás lastimando TwT

¿Cómo arrancarle las alas a un ángel?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora