No podía creer cuanto ella me entendía, cuanto se preocupaba porque ninguno de nosotros, en especial yo saliera mal parado con nuestra situación. Y eso... en vez de alejarme, me acercaba más, me hacía amarla más a ella y su forma de ser.
—Yo también pensé que era lo que necesitaba pero...— dije acercandome a ella pero viendola retroceder ante mi.
—Nicolas, vuelve a tu casa. Dejemos esto de una vez, ya lo dijiste queres seguir con tu vida, con tu vocación y yo necesito seguir con la mia— me dijo con sus ojos brillantes por las lágrimas acumuladas. Me estaba ahogando, la tenía enfrente y solo quería tocarla, quería confortarla de alguna forma y fue por ese pensamiento que mi mano se dirigió hacia su mejilla. —Nicolas— susurro con sus ojos cerrados. Me bastaron unos segundos para dejar mi frente contra la suya y solo un movimiento para poner mis labios contra los suyos.
Ella intento negarse, pero me correspondio después y pasamos de la incertidumbre y la tristeza, a la adrenalina y la plenitud en sus brazos.
Aurora me guió hasta su habitación donde se dejó caer en la cama y yo la seguí de inmediato. No podía estar alejado ahora, mis manos recorrieron su cuerpo sintiéndola estremecer ante mi toque. Mientras sus manos desprendían de forma desesperada mi camisa, sus manos sobre mi pecho me causaban escalofríos.Mis labios querían recorrerla completamente, su cuello, su pecho, sus brazos, piernas, todo mientras ella soltaba pequeños suspiros.
Amaba estar dentro de ella, jamás había disfrutado tanto del sexo. Con Aurora era mucho más, sus manos me hacían temblar, ella me transmitía su amor, su pasión, su deseo con una sola mirada.Toda esa noche la hice mía y me entregue a ella como tanto quería. Porque si, quería ser suyo, pero después de ese único momento, aún teniéndola entre mis brazos mi mente empezaba otra vez a pensar sobre mi situación, sobre la horrible posición en la que había dejado a mi preciosa Aurora que dormía tan pacíficamente sobre mi pecho.
Como me gustaría sentirla así todos los días, sus piernas enredadas con las mías, su tranquila respiracion en mi cuello, su brazo rodeandome.
Pero al mismo tiempo mi cerebro me recordaba que di mi palabra, que otra parte de mi corazón amaba a Dios con la misma intensidad pero de manera diferente, que me había preparado para eso toda mi vida.
Me sentía tan bien en sus brazos pero al mismo tiempo me sentía horrible. Sentía que le había faltado el respeto a todo aquello en lo que alguna vez creí firmemente. Sentía que era débil aunque en sus brazos me sentía el más afortunado y fuerte.
Era como tener la mitad de mi cuerpo en el cielo y otra parte en el infierno. Me sentía tan bien como mal, era tan difícil y mi mente estaba demasiado confusa.
Pase toda la noche así, en sus brazos al menos pude dormir un par de horas pero el resto... mi cabeza no dejo de pensar ni un segundo, me pedía que eligiera un camino pero mi corazón estaba partido en dos. No quería tomar una decisión y arrepentirme pero como bien sabíamos Aurora y yo, no podía tener todo.
Me dedique a observar a Aurora dormir placidamente, puse esmero detallando todos los rasgos de su rostro, cada curva de su cuerpo. Quería tener una imagen completa de ella por si mi fe me llevaba lejos.
—Nicolas— susurro contra mi cuello apretando su agarre.
—Estoy aqui— le susurré en respuesta viendo como ella empezaba a abrir sus ojos acostumbrándose a la poca claridad que entraba por la ventana. Hasta que dio un salto separándose de mi.
—Es de dia— dijo asustada mirándome. —¿Cómo nos quedamos dormidos Nicolas?¿Por qué no me despertaste?— me pregunto realmente preocupada pero con su ceño fruncido al ver mi calma.
—Porque sabía que pasaría esto cuando te despertarás, quería disfrutar el poder despertarme y tenerte a mi lado— le conteste sincero notando como ella ponía ahora una expresión triste en su rostro.
—No quiero que me digas esas cosas— me susurro volviendo a apoyar su cabeza sobre mi pecho. —Porque soy consciente de tu posición pero... pero si me dices esas cosas hay una estúpida parte de mi que se ilusiona Nicolas, y no quiero ilusionarme— me confeso con su voz ya quebrada logrando que mis lágrimas también empiecen a formarse.
Era tan difícil, tan difícil y tan duro sentir tanto amor por ella, sentirme tan completo con ella pero al mismo tiempo tan sucio por fallarle a mi otro yo.
Era placentero y doloroso en iguales medidas, y sabía que yo no era el único que se sentía así.Escuchar a Aurora confesarme que inconscientemente se ilusionaba pensando en otro final para lo nuestro solo me hizo sentir peor. Los dos, de alguna forma soñábamos con otra realidad donde podíamos estar juntos, en donde a mi no me costará dejar mi otra vida para empezar una con ella. Incluso si dejaba ir mi imaginación podía llegar a ver todo un futuro, toda una casa, toda una familia, juntos.

ESTÁS LEYENDO
𝐃 𝐔 𝐀 𝐋 𝐈 𝐃 𝐀 𝐃
Cerita Pendek¿𝙰𝚕𝚐𝚞𝚒𝚎𝚗 𝚜𝚊𝚋𝚎 𝚚𝚞𝚎 𝚝𝚊𝚗𝚝𝚘 𝚍𝚞𝚎𝚕𝚎 𝚜𝚎𝚗𝚝𝚒𝚛 𝚚𝚞𝚎 𝚝𝚛𝚊𝚒𝚌𝚒𝚘𝚗𝚊𝚜 𝚊 𝚕𝚘 𝚚𝚞𝚎 𝚖𝚊𝚜 𝚊𝚖𝚊𝚜? ¿𝙰𝚕𝚐𝚞𝚒𝚎𝚗 𝚎𝚗𝚝𝚒𝚎𝚗𝚍𝚎 𝚕𝚘 𝚖𝚞𝚌𝚑𝚘 𝚚𝚞𝚎 𝚞𝚗𝚘 𝚕𝚞𝚌𝚑𝚊 𝚌𝚘𝚗𝚝𝚛𝚊 𝚜𝚞𝚜 𝚙𝚛𝚘𝚙𝚒𝚘𝚜 𝚍𝚎𝚜𝚎𝚘𝚜...