Capítulo 7.

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El funeral fue tranquilo y muy grande, mi compañía fue WonHo, su ataúd estaba enfrente mío, sé que no era el único quién no se lo podía creer que su cuerpo, destrozado, estaba en esa caja de madera. Mis lágrimas silenciosamente bajaron, ahora su hermana le tocaba decir unas palabras.

─ Agradezco a cada uno de ustedes por haber asistido al... funeral de mi hermana... Quiero decir que mi hermana, era alguien sensacional, una mujer valiente, alguien a quién seguir y sobre todo, alguien amable, algo que no se encuentra en muchas personas y de corazón, me alegro que mi hermana me enseñará ese valor... Era una mujer fuerte y que lo logró hasta el final, luchó con todo hasta el final pero no tenían por qué arrebatarle la vida de esa manera, a nadie deben de arrebatarle la vida de esa manera... ─ Tomó aire, sus lágrimas estaban a punto de hacer presencia pero lo dejó a un lado.─... Gracias a todos por su apoyo hacia mi hermana, SeulGi, a quién debemos de recordar no de mala manera, sino de ese buen aspecto que siempre ha tenido, su dulzura, su sonrisa, sus ganas de reír y de ver las cosas buenas en todo, no por cómo murió o por lo que le hicieron, por favor... Es lo único que pido...─ Todos lloraban, asintiendo, unos sólo estaban callados... Todo esto es tan melancólico...

La madre también dijo una que otra palabra, unas amigas pero no estaba ni planeadas mis palabras para ella, era un honor pero no tenía ni idea. Me dio un pavor inmenso al saber que yo diría mis únicas y las últimas palabras para así, bajarán el ataúd, suspiré con valor para retomar aire y valentía, al estar listo de unos segundos pasé al frente de todos.

─ Quiero decir gracias, gracias a todos por haber venido y por darle una despedida a nuestra mejor amiga... SeulGi... quién, en paz descanse, estará muy honrada y agradecida por sus presencias... Lo último que le dije a mi amiga fue que, no debía de darle gustos a alguien, que si alguna vez no respondía algún llamado porqué ella no tenía ganas de ir, nadie la odiaría y sería lo contrario, la iban a entender, fue una charla muy corta así dándole una lección de vida a mi amiga, no quiero lamentar el que no la haya usado... No estuve ahí con ella pero sé que no le dio el gusto a "ese"... Sé que ella no lo hizo, por qué recordó nuestro momento... No debo de lamentarme ni decir cosas cómo: "¿Porqué no la acompañé?" o tal vez "¿Porqué no se me ocurrió que alguien podía haberle hecho daño?". En primera por qué uno nunca sabe lo que va a pasar y eso le da miedo a la mayoría, saber si vas a llegar a casa o no y en segunda por qué mi amiga no quería vernos así... Dios, ni siquiera sé qué decir, tal vez y sólo son palabras al azar, lo único que le quería dar a mi amiga era un último adiós y su canción de buenas noches...─ dije con sinceridad, logré ver de reojo a Wendy asintiéndome, dándome permiso de poder cantar.

Logré tararear la canción mientras el ataúd bajaba poco a poco, al ya no verla mi voz fue bajando de volumen hasta terminar con la canción. Todos empezaban a retirarse de uno en uno, yo aventé una rosa al ataúd antes de ser sepultado, caminé a un lado de WonHo y los chicos con mucha tranquilidad, nadie hablaba por un buen rato hasta MinHyuk.

─ ¿Se puede saber quién es él?.─ Preguntó haciendo que todos paremos en seco para ver por dónde apuntaba, a lo lejos entre los árboles y tumbas, se veía un chico de nuestra edad, incluso más grande, vestido de negro elegantemente y en el traje unos detalle dorados que hacía relucir aún más el traje, un sombrero era lo que llevaba por lo que no lo podíamos ver, sus manos estaban juntas y entre ellas un collar con un dije de cristo, al parecer, rezaba por SeulGi.

─ Supongo que es un familiar...─ comentó KiHyun tranquilo, dejando de un lado el tema y queriendo avanzar pero no lo logró por el comentario de HyunWoo.

─ ¿Acaso no es JooHeon?.─ preguntó queriendo saber intentando avanzar dos o tres pasos pero WonHo lo detuvo por el hombro.─ ¿Ahora qué?...

─ Es un familiar, vamos, hay que dejarlo en paz.─ comentó WonHo serio, palmeó su hombro dos veces y se fue, los demás le siguieron.

─ En eso tiene razón...─ susurró HyunWoo alejándose, me quedé parado unos segundos hasta que el chico levantó su cabeza poco a poco, llevaba un paliacate negro elegante y sus detalles de dorado conjuntando con el traje, bloqueando el rostro desde en medio del tabique de la nariz hasta el cuello aunque, se veía distinguido el tipo, lo único que veía eran sus ojos, sus ojos se me hicieron tan familiares, era...

─ ¡ChangKyun!... vámonos de aquí, tomaremos un café en la casa de los Kang.─ vino WonHo, tomándome del antebrazo con cuidado, había quedado hipnotizado por el chico por unos segundos, volteé a ver a WonHo unos momentos y después donde estaba él, ya no se encontraba ahí.─ ¿Qué ves? No hay nada allí...

─ N-no... no es nada... vámonos...─ dije algo confundido, dejándome llevar por WonHo.



Ya eran las dos de la tarde y estaba caminando hacía mi casa, y eran de esas veces que sentía que alguien te seguía, te observaban y al voltear no hay nada ni nadie, en medio camino estuve alerta por si alguien me seguía pero no hubo ni indicios de alguien cerca, era el mismo sentimiento que tuve en el cementerio con ese hombre de traje elegante, al estar en el cementerio sentí escalofríos, miedo y con ganas de huir y ahora me sentía igual, era cómo si ese tipo me estuviera siguiendo, era... escurridizo. Llegué a casa sano y salvo, recargué mi espalda en la puerta principal y suspiré tranquilo pues me quité ese peso de unos ojos recorriendo mi espalda cómo si fuesen cuchillas.

─ Hijo...

─ ¡Ah! ¡Madre!... Por favor no hagas eso...─ mi mano posó a mi pecho.

─ Oh, lo lamento mi niño... bienvenido a casa pequeño, hice tu comida favorita... Kimchi...─ me comentó tranquila dándome paso a entrar al comedor.─ Por cierto, tu amigo JooHeon está aquí, vino a comer y a preguntar por tí, me dio ternura, es un dulce muchacho.

Estaba confundido, se suponía que nos íbamos a dar esté día para nosotros, para descansar después del funeral, fruncí en ceño demasiado confundido, me di un descanso de tres segundos para después entrar al comedor, ahí estaba JooHeon sentado, de nuevo dándome la espalda mientras movía su cabeza de un lado a otro, tranquilo, cómo si disfrutará de una melodía...

─ Ya está aquí, JooHeon.─ avisó mi madre sobando la espalda del chico, volteó y sus hoyuelos se mostraban.

─ Hola Kyun, ¿Cómo te fue?... ¿Qué tal estuvo?...─ preguntó con serenidad.

─ B-bien... Todo melancólico ya sabes... ¿Acaso no fuiste?..─ caminé hasta sentarme a su lado.

─ Si fui, sólo que tuve un inconveniente y me tuve que ir temprano pero estuve un rato ahí...─ me sonrío tranquilo.

Mi mente aún estaba procesando todo, mi miedo, la visita, el funeral, el ataúd, el cementerio, todo y había algo que no me cuadraba; miré cuidadosamente cada parte de él hasta ver un paliacate negro elegante, manchado de sangre, una qué otra gota.

─ ¿Acaso estabas usando un traje negro elegante en el funeral y usabas un sombrero?.─ fui al grano, algo no cuadraba, había algo que estaba mal o sólo era la ansiedad de todo lo que había pasado los últimos tres días.

─ Eh.. todos usaban trajes elegantes Kyun...─ su sonrisa seguía plasmada en su rostro, sin retroceder o titubear.

─ No, digo, eran arreglos dorados en el traje y-.─ 

─ Aquí está la comida servida chicos, por favor, recuperen energías después de esté día, han trabajado duro.─ habló mi madre interrumpiéndome, la miré y estaba tan tranquila, al parecer no quería verme perder la cordura, luego miré a JooHeon.

─ Gracias por los alimentos, ¡buen provecho!.─ habló y sin más, comenzó a comer.

Algo estaba pasando...


fantasia; JooKyun.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora