La biblioteca estaba concurrida por los estudiantes que iban en la tarde, Kang y Susan tenían un día ajetreado, sin embargo atendían a todos amablemente.
–Estos estúpidos estudiantes.
– ¡Kang Hansu!–exclamo– No digas eso, soy una estudiante.
–Pero no estúpida, sabes dónde van los libros– dio un golpe en su cabeza– además ¿Qué demonios hacían en la sección de acción?
–No se... ¿Leyendo rápidos y furiosos?– rio después de esquivar un segundo golpe– ya casi es hora de cerrar. – lo miro– ¿Cenaras con tu hija hoy?
–Mmm... posiblemente. A menos que traiga a casa el vagabundo de su nuevo amigo.
Susan sonrió mientras apagaban y cerraban el lugar, Kang Hansu era un hombre de cuarenta años, viudo y con una adolescente de dieciséis. Amaba su hija como ella a él, por eso soportaba a Susan, según ambas se parecían.
–Andrea se molestara contigo si te escucha hablando así de su mejor amigo.
–Que lo haga, yo la mantengo– caminaron calle abajo oyendo los autos pasar a su lado– Ken... ¿Aún sigue peleando?
–Si– suspiro algo cansada– el piensa que es una buena manera de ganar dinero, que algunos de los grandes este allí para llamar su atención y que le ofrezcan un contrato.
–Aún mantiene la fe en ello.
–Fe desde la adolescencia, pero ya es hombre. Su único empleo está en el mercado, no le gusta porque gana poco– hizo una mueca– siente pena de él, aun así no siente pena de llegar a casa con golpes.
–Su mentalidad sigue siendo de alguien que no cae en la realidad– suspiro parando en una esquina– tus padres están orgullosos de ambos.
–Eso espero– suspiro– debo irme, ten una buena noche, come y deja ser feliz a tu hija.
–Cállate, cuando tengas hijos hablamos. Mientras tanto anda y busca un novio.
–Adiós– se despidió y camino una calle poco iluminada, la noche caía muy rápido y las nubes grises no ayudaban a lo poco que iluminaba la luna.
Susan sentía que no pertenecía donde se encontraban, que afuera en algún lugar del planeta se hallaba algo o alguien que la hiciera vivir algo mejor o mayor de su aburrida vida. Todo para ella era rutina cada día, levantarse, hacer el desayuno y el almuerzo para su hermano y ella. Estudiar y trabajar, ya conocía a todo el mundo, nada que llamara su atención.
Estaba cansada.
– ¡Llegue!– grito cuando cerró la puerta, escucho unas risitas en la sala y su mirada viajo de su hermano a un amigo de este– ¿Saldrás?
–Sí, tengo un trabajo hoy.
–Pensé que no trabajabas hoy. ¿Qué trabajo, Ken?– se cruzó de brazos, sus sospechas de que su hermano andaba en algo no bueno crecían con los segundos.
–Uno en el que ganare el dinero suficiente, ten fe en mí, Susu– se levantó– llegare antes de que te vayas a la aburrida biblioteca.
–Ken– suspiro– por favor, estoy confiando en ti. No hagas nada malo.
–Walker Susan, no lo hago– bufo– estaré de vuelta, cena.
–Hola y adiós, bonita–saludo el amigo del mayor.
–Adiós y largo– señalo la puerta, escuchando esta después.– Dios, si estas allí no dejes que algo malo pase hoy.
...
Su cuerpo descansaba tranquilamente sobre las sábanas blancas de su cama, su respiración era tranquila y estaba completamente relajada. Hasta que el tono fastidioso del celular la despertó. Tanteo y lo encontró abriendo poco sus ojos ¿Quién demonios llamaba a las tres de la madrugada?
–Alo– gruño.
–Señorita... ¿Susan Walker?– afirmo con un sonido de su garganta– la estamos llamando de la estación central de policía, su hermano Ken Walker ha sido detenido por hurto y allanamiento de morada.
Salió corriendo cogiendo las llaves de la casa y una chaqueta junto sus zapatos. Su respiración era agitada mientras subía y buscaba un taxi que la llevara a la estación. El frio estaba calando sus huesos y el humo se hacía presente mientras respiraba por su boca. Entro empujando ambas puertas de cristal con el símbolo de la policía británica, el pasillo se le hizo largo.
–Buenas noches, soy Susan Walker. Me llamaron por una detención.
–Sí, el joven Walker está en las celdas– señalo el oficial– pero no puedo darle una fianza.
– ¿P-porque?– su voz tembló– debe hacerlo. Además no entiendo porque esta aquí.
–Señorita, su hermano fue atrapado junto a dos chicos robando una propiedad privada, a parte esta fue incendiada por su mano– suspiro al ver sus ojos lloroso– el dueño pidió que esperaran su llegada, sus abogados están aquí y no los dejaran libres.
– ¿Quién es el dueño?
–Kim Namjoon.
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La Bella y la Bestia 🌹Kim Namjoon🌹©
FanficLos cuentos de princesas se pueden hacer realidad, mas si Kim Namjoon era el profesor de boxeo de mi hermano. Book 4 -Historia corta. -No se aceptan copias ni adaptaciones. -Terminada. -+18 ⚠️Proceso de corrección⚠️ ⚠️NO SE ACEPTAN COPIAS NI ADAPT...