Escena XVII
CÓMICO 3.º y dichos.
HAMLET.- Dejadme ver una... ¿A qué tengo de ir ahí? Parece que me quieres hacer caer en alguna trampa, según me cercas por todos lados.
GUILLERMO.- Ya veo, señor, que si el deseo de cumplir con mi obligación me da osadía; acaso el amor que os tengo me hace grosero también e importuno.
HAMLET.- No entiendo bien eso. ¿Quieres tocar esta flauta? GUILLERMO.- Yo no puedo, señor.
HAMLET.- Vamos.
GUILLERMO.- De veras que no puedo. HAMLET.- Yo te lo suplico
GUILLERMO.- Pero, si no sé palabra de eso.
HAMLET.- Más fácil es que tenderse a la larga. Mira, pon el pulgar y los demás dedos según convenga sobre estos agujeros, sopla con la boca y verás que lindo sonido resulta. ¿Ves? Estos son los toques.
GUILLERMO.- Bien, pero si no sé hacer uso de ellos para que produzcan armonía. Como ignoro el arte...
HAMLET.- Pues, mira tú, en que opinión tan baja me tienes. Tú me quieres tocar, presumes conocer mis registros, pretendes extraer lo más íntimo de mis secretos, quieres hacer que suene desde el más grave al más agudo de mis tonos y ve aquí este pequeño órgano, capaz de excelentes voces y de armonía, que tú no puedes hacer sonar. ¿Y juzgas que se me tañe a mí con más facilidad que a una flauta? No; dame el nombre del instrumento que quieras: por más que le manejes y te fatigues, jamás conseguirás hacerle producir el menor sonido.
Escena XVIII
POLONIO y dichos.
HAMLET.- ¡Oh! Dios te bendiga.
POLONIO.- Señor, la Reina quisiera hablaros al instante.
HAMLET.- ¿No ves allí aquella nube que parece un camello?
POLONIO.- Cierto, así en el tamaño parece un camello.
HAMLET.- Pues ahora me parece una comadreja.
POLONIO.- No hay duda, tiene figura de comadreja.
HAMLET.- O como una ballena.
POLONIO.- Es verdad, sí, como una ballena.
HAMLET.- Pues al instante iré a ver a mi madre. Tanto harán estos que me volverán loco de veras. Iré, iré al instante.
POLONIO.- Así se lo diré.
HAMLET.- Fácilmente se dice, al instante viene. Dejadme solo, amigos.
Escena XIX
HAMLET solo
HAMLET.- Este es el espacio de la noche, apto a los maleficios. Esta es la hora en que los cementerios se abren y el infierno respira contagios al mundo. Ahora podría yo beber caliente sangre, ahora podría ejecutar tales acciones, que el día se estremeciese al verla. Pero, vamos a ver a mi madre...
¡Oh! ¡Corazón! No desconozcas la naturaleza, ni permitas que en este firme pecho se albergue la fiereza de Nerón. Déjame ser cruel, pero no parricida. El puñal que ha de herirla está en mis palabras, no en mi mano; disimulen el corazón y la lengua, sean las que fueren las execraciones que contra ella pronuncie, nunca, nunca mi alma solicitará que se cumplan.
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Hamlet - William Shakespeare
Misterio / SuspensoEsta obra de teatro gira en torno a las tribulaciones de Hamlet, cuyo padre, el rey de Dinamarca, ha muerto. Luego de que el fantasma de éste le revela que ha sido asesinado por Claudio, su hermano y actual rey (que además ha casado con la madre de...