Capitulo VII: Se te ve mejor

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Me costaba mucho moverme, el suelo estaba muy frío y las heridas aun eran muy recientes. Los rayos del Sol entraban por las ventanas que daban al Claustro y de ellas salía un olor a flores.
Caminaba sola por el Claustro superior sin saber a dónde ir, a mi derecha había unas enormes escaleras que hacían bajar para abajo. De repente, un sonido me estremeció por completo, alguien había dado un portazo y se oían fuertes pisadas.
Yo, medio asustada, seguía bajando las enormes escaleras, al bajar había un pequeño banco de madera y en él había sentada una joven monja, más o menos de mi edad.
- Se te ve mejor - me dijo
- Gracias una cos... - me dio tiempo a acabar la frase.
- Ya sé que ibas a decir, ven el refectorio es por aquí, ¿necesitas ayuda para andar?
- Me vendría muy bien, muchas gracias - la sonreí
Me dijo que me agarrara a su brazo y así hice, y poco a poco íbamos llegando a esa puerta.
- Pasa - me dijo
Ya dentro, pude ver que la habitación era muy grande y bonita: a los lados había diversos cuadros religiosos, en la entrada había un púlpito de madera, al final un fresco representando a Santa Clara con la virgen  y en el medio una mesa en la que se encontraba la monja que me despertó, Marie y otras dos monjas jóvenes.
Me acerqué a la mesa y me senté al lado de Marie, seguidamente la di un abrazo largo.
- Hola, soy la hermana Sofie - dijo la chica que me había ayudado a llegar al refectorio.
- Hola, yo soy Anne - añadió la otra chica joven que ya estaba en la mesa.
- Yo soy La Madre Rosslin, y estamos muy contentas de que estéis aquí.
- Muchas gracias de verdad, me gustaría saber que ha pasado - dije en un tono un tanto borde.
- Te lo explicaré lo mejor que pueda - dijo la mujer:

Todo empezó cuando vimos mucho humo y nos acercamos lo más rápido posible hacia allí, había un grupo de personas estaba quemando tu casa, así que entramos por el jardín buscando si había algún herido hasta que os encontramos a vosotras.
- Muchas gracias de verdad, no sé como agradecerlo - dije feliz
- Nada, no  ahí que agradecer nada - dijo la madre sonriente. 
Me levanté de la mesa y me acerqué a la madre, le volví a agradecer lo que había hecho por nosotras.
Después Sofie me acompañó a la habitación, y me dejó un hábito ya que no tenía ropa limpia.
Me eché un momento en la cama a pensar en todo lo que estaba sucediendo... En un mismo día he perdido a mi padre y a mi madre, y de la nada me han salvado unas monjas... Esto parece una horrible pesadilla que nunca acaba aunque en uno de mis sueños una voz me alertaba de que me levantara.

¿Quién me avisó?¿Quién me salvo de una muerte segura?

Denisse Donde viven las historias. Descúbrelo ahora