Denisse

Capitulo VIII: Nadie se daba cuenta de lo que pasaba

- Hola, soy Sofie ¿Puedo pasar? - dijo por la puerta
- Sí, adelante - contesté
- Denisse, sé que te sentirás rara por todo lo sucedido... Pero hay algo que no te he contado, la madre Rosslin fue aposta a tu casa por una cosa.
- ¿El qué? - dije preocupada
- Porque la madre Rosslin es tu tía....

De repente abrí los ojos como platos y comencé a alucinar. No lo entiendo... Yo nunca he tenido una tía por parte materna o al menos nunca la he conocido.

- Es todo una larga historia...
- No me lo puedo creer- comencé a llorar- Esto es horrible no aguanto más.
En ese instante Sofie me abrazó
- ¿Podemos salir de aquí?-dije con los ojos lagrimosos.
- Claro, no te preocupes iré a mi habitación a por unas sandalias y una toca.
- Gracias de verdad.
- Nada.

Me vestí de monja (no me gustaba) y salimos a la calle, todo era normal; la gente caminaba, compraba.... Como si nadie se diera cuenta de lo que pasaba. Llegamos a la plaza de Notre Dame que estaba abarrotada de gente que gritaba, incluso dentro de la Catedral.
Sofie y yo pasamos rápidamente la plaza hasta llegar a los restos de mi casa, con dificultad, entramos por lo que antes era la puerta principal. Todo estaba quemado, no quedaba nada... El gran salón era lo que mejor estaba, parte del artesonado estaba en el suelo (por nuestra caída) y los ventanales estaban rotos; lo que más dolor me causaba era aquella habitación. Y de la nada, esa imagen volvió a aparecer en mi cabeza e inesperadamente caí al suelo.

Denisse Denisse Denisse...

- ¡Denisse, despierta! - decía angustiada Sofie
Abrí los ojos y estaba en los brazos de Sofie
- ¿Qué me ha pasado?
- Te has mareado, creo que las heridas te han dejado secuelas.. volvamos al Convento.
Cuando llegamos al Convento no sé porque pensé en Marie... No había pensado en como estaba, cuando la di el abrazo la sentí fría... entonces subí a su habitación y no estaba.
¿Donde estaba?
Me empecé a preocupar bastante... ¿A dónde ha podido ir? Yo pienso que no muy lejos, ella también tenía las heridas aun abiertas. En ese instante alguien gritó fuertemente y  lo vi subiendo muy rápido las escaleras.
- ¡¡Corred!! ¡¡Necesitamos ayuda!! ¡¡Han llegado más heridos!!

Ahora todo tenía sentido... Marie había bajado a ayudar a los heridos que las monjas habían salvado, por las manifestaciones y disturbios, la verdad es que Marie era muy devota y buena con la gente... Sin embargo, yo no es que fuera muy religiosa... Aunque en mi familia siempre se había tenido muy en cuenta todo eso.
En ese momento pensé en lo que me iba a pasar.
Yo sabía que dentro de poco tendria que volver a Palacio y, que cuando llegara, todo iba a estar diferente.