07

1.1K 155 32
                                    

- ¿Viviré aquí? - Le aterraba pensar que debía cruzarse con la familia de MoonJo por el resto de su vida.

- Oh, no, sería una tortura para ti, quiero que estés cómodo, viviremos solos en otra casa, tranquilo.

JongWoo se sintió aliviado. Suspiró, realmente no quería casarse.

- No quiero casarme.....

- ¿Tenías a alguien en mente con quien pasar el resto de tu vida?

- No en una visión amorosa.... pero.... yo.... - No tenía futuro planeado, siempre se preocupaba del dinero, no tenían nada, recordó el por qué estaba ahí - Olvídalo.....

- ¿Qué hay del chico que siempre estaba contigo?

- ¿Eh? - JongWoo pensó - ¿Te refieres a SeokYoon? - JongWoo sonrió - Lo extraño.

MoonJo lo miró.

- Es parte de tu familia, ¿no?

- Obvio.

MoonJo sonrió, le gustaba tener comunicación con JongWoo, haría las cosas más fáciles.

- MoonJo, ¿cuándo será la boda?

- Pasado mañana.

- Mientras más pronto mejor.... - Suspiró.

MoonJo se acercó a él.

- Prométeme algo - JongWoo lo miró -. Prométeme que no volverás a atentar contra tu vida.... por favor....

- Ah... - Agachó mirada - Si... bueno... lo prometo...

MoonJo lo abrazó.

Cálido, pensó JongWoo, acogedor, con un rico aroma, llegaron las caricias, suaves, JongWoo se dejó como un gatito mimado, lo necesitaba, ese cariño que el mayor le brindaba, lo necesitaba. Aún así en su interior, quería negarlo y apartarlo, después de todo estaba siendo obligado a estar allí, no tenía opciones.

- Ya es mucho.... déjame.... - Sonaba incómodo.

- Lo siento. - Se alejó el mayor.

La incomodidad se hizo presente, el mayor se volvió tímido y nervioso, era incapaz de decir o hacer algo, no quería irse, pero tampoco quería seguir molestando a JongWoo, sus ojos no encontraban un punto que mirar, se sentía algo perdido.

- Vámonos de aquí. - Habló por fin.

- ¿A dónde?

- No lo sé - Sonrió -. Salgamos juntos. - Se emocionó.

- No quiero - Su sonrisa se borró -. Estoy cansado....

MoonJo apretó sus labios y asintió.

- Entiendo.... - Dijo casi susurrando para luego levantarse para dejar al menor descansar.

Salió de la habitación dirigiéndose a la sala. Estaba oscuro, era de noche, encendió una lámpara. Era una casa grande, hermosa y costosa con varias habitaciones. Aunque era solo una casa de vacaciones, en realidad vivían en Seúl. Tomó un libro sobre sus manos, una historia que le encantaba, un mundo onírico que narra desde la perspectiva de un muerto, con exquisitas líneas llenas de palabras que sonaban melodiosas como un concierto de notas mentales que masajeaban su alma, una historia increíble que relataba la vida de aquella niña presionada y sufrida, una niña enamorada y utilizada, abusada y asesinada por el profundo dolor de la injusticia. Triste, pero hermoso.

Lo interrumpió el sonido de la puerta, justo cuando se concentraba en ver crecer las semillas de los orígenes de aquella obra, se volteó, perplejo, el fuerte olor similar a vinagre llegó a él, llevó su muñeca a su nariz.

Me And My HusbandDonde viven las historias. Descúbrelo ahora