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Estaba oscuro, hacía frío y su pequeño cuerpo dolía, sus ojos cansados podían ver la sangre en el suelo, un gran charco de sangre, pegajosa, espesa y oscura.

- ¡Eres una desgracia! ¡Una vergüenza!

Los gritos, los azotes, ¿de dónde venían? No podía ver quién le hacía tanto daño, se sentía perdido, asustado, dolía. Levantaba y buscaba con su vista, no había nadie, no podía ver. Como si estuviera ciego, no podía levantar su cuerpo, estaba débil y demasiado cansado, comenzó a dejar de luchar, a dejarse llevar, a rendirse, a cerrar sus ojos.

Hasta que, lo sintió, unos brazos, unos fuertes brazos, sujetarlo, abrió los ojos, encontrándose con ese fruncido ceño.

- Te estás cayendo de la cama, idiota...

MoonJo abrió más sus ojos, estaba soñando y casi se cae por eso, una vez más, JongWoo lo salvaba, se aferró a él y rió.

- Lo siento, cariño, creo que soy torpe hasta cuando duermo.

- Si sigues durmiendo tan a la orilla terminaras cayéndote y te harás daño, duerme bien, la cama es grande.

- No quiero incomodarte, te adueñas de la cama estirándote en ella y te ves demasiado cómodo, para que yo te quite espacio.

JongWoo suspiró.

- En ese caso, vete a dormir al sillón.

- Está bien. - Comenzó a levantarse.

JongWoo se alteró, solo estaba bromeando, al parecer fue muy serio.

- MoonJo, no lo decía en serio, que idiota.... ven, acuéstate, acomódate, abrazame, no importa... estaré bien.

MoonJo lo miró.

- ¿Abrazarte? - JongWoo asintió - ¿De verdad?

- Que si.... duérmete....

MoonJo asintió y volvió a recostarse, esta vez más cerca de JongWoo, pero no lo abrazó, no quería invadir su espacio personal, al menos ambos estaban cómodamente acurrucados, por lo cual pudieron volver a conciliar el sueño y dormir bastante bien.

Nuevamente inmerso en sus sueños, en sus recuerdos, en su dolor, donde podía ver a su madre nuevamente, pero no podía alzarse a ver su rostro, ni tampoco podía oirla, nuevamente, ciego y sordo, nuevamente siendo inútil, vio a su padre tomar los cabellos de su madre, golpearla, arrastrarla, esta vez pudo escuchar los gritos desesperados de su madre, los gritos de auxilio, no podía moverse, no podía ir a ella. ¿Por qué? ¿Por qué soñaba con eso? ¿Por qué seguían atormentandolo esos recuerdos? Sintió su espalda arder, estaba siendo golpeado, quería despertar, pero no podía, su corazón se aceleraba, se estrujaba, su alma casi se arrebataba de su cuerpo, su mente intranquila palpitaba con fuerza, dolía, sufría.... Que inútil, no podía hacer nada. Despertó.

- Mierda..... - Dijo entre jadeos, se llevó una mano a su cabello, estaba sudando.

Aún estaba oscuro y estaba cansado, sus ojos se cerraran inconscientemente pero no, no quería dormir, no quería seguir durmiendo, tenía miedo de lo que su mente sería capaz de mostrarle. Se sentó en la cama, con su respiración temblorosa, llevó sus manos a sus ojos para tallarlos, se levantó rápido y fue al baño para lavarse la cara, mojando una y otra vez, mirándose al espejo, pálido, los cabellos se pegaban a su frente, sus labios volvían poco a poco a su fuerte color rojizo, bajó su mirada, su respiración aún le pesaba y sus manos temblaban un poco, cerró sus ojos tratando de calmarse, hacia calor, hervía, se terminó quitando la camisa como si de llamas de fuego se tratara, suspiró, esta vez fijándose en las cicatrices de su cuerpo, tocó levemente su pecho, luego su hombro y su cuello. Inútil, pensó. Cerró sus ojos frustrado, dando un leve golpe a la cerámica del lavamanos.

Me And My HusbandDonde viven las historias. Descúbrelo ahora