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Desperté de golpe ya que sentía una voz llamándome a lo lejos.

— Fernandita.— suspiró el Erick moviéndome despacio.

— Déjame dormir.— me quejé.

— Ya llegamos a antofa.

— Ya.— no estaba entendiendo nada así que dije lo primero que se me ocurrió.

— Yapo,Fer.— habló un poco más fuerte.— Despierta.

— Uy.— me estiré bostezando.— Dormí todo el viaje,que rico.

— Parecías una guagua.— rió.— Ya,párate,que hay que bajarse.— apuró.

— Siempre corriendo por la vida,Erick.— rodé los ojos.

Este asintió y se paró de su asiento para dejarme pasar. Me armé de valor inhalando una buena cantidad de aire,y me digné a levantar mi trasero de mi cómodo lugar. Tomé mis respectivas pertenencias,y esperé a que la azafata diera la orden para salir del avión. Una vez dada,caminé tranquilamente hasta llegar a la manga de este.

— Impresionante lo lento que caminas,niña.— comentó el Erick.

— Impresionante lo apurete que eri'.— lo imité.

— Disculpa por molestarte con mi lado de señora.— se hizo el ofendido y continuó caminando.

El resto del camino fue bastante silencioso,ya que en tierras Antofagastastinas,los nervios se hacían presentes en mi cuerpo,recorriendo cada una de sus partes. Tenía la guata completamente apretada,y me sudaban las manos.

— ¿Estás bien?.— preguntó el Erick al darse cuenta de mi cara.

— Estoy muy nerviosa.— achiné mis ojos.

— Tranquila.— rió.— Ya vai' a ver que te van a amar.

— No te rías.— fruncí mi ceño.

Una vez terminado todo el fome papeleo,salimos por la puerta principal del aeropuerto de Antofagasta,encontrándonos con una jeep cherokee negra,completamente polarizada.

— Ya llegó el Jeans.— habló el Erick señalando.

— ¿Es tu hermano?.— pregunté.

— Sí,ven, vamos.— estiró su mano.

Tomé a esta y caminé a su lado hasta llegar al hermoso auto que poseía. Me convencí de que todo saldría bien,y finalmente abrí la puerta de atrás para poder subirme.

— Hola,Fer.— saludó amablemente él.

— Hola.— le regalé una sonrisa.

— ¿Cómo estai'?,¿que tal el viaje?.

— Bien y bien.— reí.— ¿ y tú?.

— Bi...- el Erick se entrometió en la conversación.

— Hola,me presento.— estiró su mano.— Soy Erick pulgar,tú hermano,por si no recuerdas.— le dijo sarcásticamente al jeans.— También existo yo po',culiao.

— Que celosa la tigresa.— lo molestó.— Si ya se que vo' estai' bien po.— habló.

— Soy' pesao' conchetumare'.— se quejó.

Yo solo reía mientras espectaba el showcito de ambos hermanos.

— Ya,Fer.— se dirigió a mi.— ¿Vamos o no vamos?.—bromeó.

— Vamos nomás.— reí.

Este asintió riendo,puso en marcha el motor y dio contacto para partir rumbo a la casa de la mamá de ambos.

Casualidad // Erick PulgarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora