Capítulo 14
"Nora y un beso ahumado"
Había pasado tan rápido el tiempo que no me había dado cuenta que el sol ya no estaba.
Sumergida en la música y en el libro de Veronica Ruth, había olvidado por completa la existencia de todos los que me estaban rodeando; acostada en la cama de la habitación de mis abuelos, cerré el libro y miré por la ventana, se veían pintadas las estrellas, más allá de las nubes grises, de las luces de los rascacielos, me acerqué a la ventana, tocando el suelo con los pies descalzos, un pequeño escalofrío recorrió mis piernas, apoyé mi mano en el marco de la ventana del décimo piso del edificio, el último, miré hacia la calle, los sábados por la noche eran las horas más codiciadas por aquellos que no paran de bailar en toda la noche, de esas personas que no evitan enamorarse y perderse entre cortinas y almohadas.
Tocaron a la puerta, giré ante el sonido incesante de los nudillos chocando contra la madera, apareció Pamela, mi prima de pelo largo castaño rizado y con sus gafas en la punta de su nariz respingona.
-¿Puedo entrar?- esbozó una pequeña sonrisa.
-Sí, estaba leyendo.- me acerco a ella quitándome los audífonos, sonrió.- siempre llegas tarde cabrona.- agrego abrazándola.
-Ya sabes cómo son mis padres.- ríe y me rodea con sus brazos.- tengo que contarte mil cosas.
-¿Y crees que yo no?- alzo las cejas sonriendo, ella asiente y camina a la cama, se quita sus tacones rojos y se desploma en el edredón gris.
-Ya que te hice esperar, empieza tú.- se acomoda en la cama y se recuesta en las almohadas grises y cojines rojos.
Mordí mi labio inferior, no sabía cómo iba a reaccionar a lo mío con Nora, lo que había pasado ayer, apreté el móvil y mordí mi uña. Todo fue un bonito caos, ella y yo en el sofá de su casa, a la madrugada compartiendo unas caladas y unos dulces secretos.
-No sé...no sé por dónde empezar.-sonreí.
-Madre mía, esto va para largo, ¿verdad?-ríe.
Juego con mis manos y muerdo con más fuerza mi labio inferior, tomo aire y alzo la mirada, ella, me miraba con sus enormes ojos avellanas, apoyando su mentón en su mano.
-Ayer, pasó lo que nunca creía que iba a ocurrir, y es que...-trato de buscar alguna excusa para no contárselo, no sabía si iba a rechazarme, a aceptarme, o a juzgarme por haberme besado con Nora en su terraza.-¿te acuerdas de ese chicho tan misterioso? Últimamente te hablo mucho sobre esa persona.
-Sí, el chico de pelo largo castaño, ¿no?
-No es un chico, es una chica...-aprieto mis labios y frunzo el ceño.
-¿Qué?-se reincorpora en la cama y se sienta recta frente a mí.
-Sí, se llama Nora, es maravillosa, y ayer, fui a su casa por la noche, me quedé a dormir en su casa, vimos una serie y fuimos a la terraza luego a fumar unos pitis, nada del otro mundo la verdad.-agrego, mi voz temblada de incertidumbre, el corazón se aceleraba con cada palabra que salía de mi boca, sentía que en un momento u otro cogería sus tacones, y se iría de la habitación, dejando un hueco frío en la cama.
-Ali...eso no me importa.-ladea su cabeza, un pequeño mechón resbala por su mejilla rosada.-eres humana, puedes amar a quien tú quieras, no a lo que los demás te digan.
-Gracias por entenderme, de verdad...no sabía cómo ibas a reaccionar.-acomodo mis gafas y una sonrisa de oreja a oreja aparece en mi rostro.
-Y... ¿qué tal el beso?-acomoda también sus gafas.
ESTÁS LEYENDO
She.
Romance¡Dime como vivir sin tu melena y tus chistes! ¡Como respirar sin tus manos y tus cosquillas! Y dime, como vivir sin ti y cada una de tus pecas, porque adorada Nora mía, créeme cuando te digo, que quiero una vida junto a ti, espera, ¿qué? ¡Y dime...