𝐂𝐚𝐩𝐢𝐭𝐮𝐥𝐨 2: ¡𝐎𝐡 𝐃𝐢𝐨𝐬!

3.2K 333 31
                                        

Se informa a los señores pasajeros que en cinco minutos estaremos arribando a la ciudad de Seattle, por favor mantengan sus cinturones de seguridad instalados y apaguen los teléfonos celulares- índico la azafata por el parlante.

Lisa ajusto su cinturón de seguridad y constato que su teléfono celular se encontrara apagado, luego tomo nuevamente el expediente de Hood, y lo abrió para dar un repaso del caso. Su primera aparición fue en una tienda de comestibles en marzo del año anterior, durante el desarrollo de un robo a mano armada, una persona vestida de negro con su suéter de capucha, entro en la tienda y rápidamente domino al asaltante dejándolo inconsciente en el piso, no hubo ningún herido. El segundo incidente fue en una gasolinera, tres hombres armados fueron rápidamente dominados por una persona con la misma descripción, en esta oportunidad uno de los hombres termino en el Hospital por fractura en dos costillas. En el quinto incidente se obtuvieron imágenes del "Justiciero", en las fotografías se observaron movimientos por parte de éste similares a las artes marciales. Luego de dos meses de registrar incidentes prácticamente cada noche, que involucraban a esa persona, apareció en una de las calles un grafiti exaltando al justiciero y nombrándolo "HOOD", haciendo alusión al famoso Robín Hood.

Ella sonrió, nunca imagino aceptar un caso policial, mucho menos uno como este, recordó lo dicho por su mejor amiga cuando le comento que tenía que ir a Seattle por una temporada.

-Estás loca, verdad.

-No, estoy ayudando al FBI.

-No, estás loca, ¿Cómo que atrapar a un justiciero?

Es así como lo escuchas.- suspirando con el teléfono en su oreja.- Yo también pensé que todo era una broma, pero no lo es, además con toda seguridad esto estará listo en un par de semanas, solo debo elaborar un perfil, nada más.

-No puedo creerlo, bueno al menos vas a tener distracción, en Seattle se encuentran una de las comunidades gays más grandes del país.

-Voy por trabajo.- índico irritada.

-El sexo ocasional puede ayudarte a despejar tu mente.

-No quiero sexo ocasional, tengo trabajo que hacer.

-Queda claro que tu trabajo está por encima de tu vida personal.

-Sí, estas en lo correcto.

-Bueno....voy a extrañarte, ¿con quién voy a hablar?.

-Estaré a un discado telefónico, no trates de manipularme, no puedes y lo sabes.

-Lo sé, ¿Cuándo te vas?

-Mañana.

-Llámame cuando te encuentres instalada. ¿OK?


-Está bien, te llamare, cuida de todo por mí.

-Por supuesto, un abrazo amiga.

-Un abrazo Jisoo.- cerró la comunicación.

Lisa tenía treinta y cuatro años, había decidido que solo se enfocaría en el trabajo y nada más; no siempre fue así, tuvo un par de relaciones, duraron poco en realidad, ella siempre corría hacia donde su trabajo la enviara, nunca miro atrás para tomar en cuenta a su pareja, por eso luego de su ultima relación, lo había decidido, el trabajo estaba primero, esa era su gran pasión, y aunque nadie podía entenderlo, así era, haría todo por seguir adelante con sus objetivos laborales; finalmente suspiro cuando el avión aterrizo.

𝐓𝐡𝐞 𝐕𝐢𝐠𝐢𝐥𝐚𝐧𝐭𝐞 - 𝐉𝐞𝐧𝐥𝐢𝐬𝐚Donde viven las historias. Descúbrelo ahora