Daisy

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Antes de llegar a las salas de mantenimiento, el grupo entró a una de las armerías cercana a instancias de Gibson. Blake se quedó de pie en el umbral de la entrada sin moverse.


- ¿Sucede algo? – cuestionó McMahon a su espalda
- No, solo es que me parece que no es necesario que entre, de cualquier forma, no es que tenga mucha experiencia en armas
McMahon observó a los demás rebuscar en los cajones y estantes de la habitación para luego regresar la mirada a la joven a su lado.
- Ven, sentémonos ahí
Le pasó el brazo por los hombros acompañándola hasta los asientos fuera de la habitación en el pasillo. Ambos se sentaron uno al lado del otro, Blake con las piernas flexionadas con los tobillos cruzados al estilo indio y McMahon en el filo con los codos sosteniéndose la cabeza. Blake se quitó el morral de la espalda y comenzó a hurgar en su interior, McMahon la miró concentrada con el ceño fruncido.
- Deben estar por algún sitio, estoy segura que las guarde por... aquí
Al encontrar lo que buscaba le brillaron los ojos.
- Toma – le extendió una barra mediana de chocolate - debes tener hambre - McMahon tomó el caramelo
- Estás preparada para todo
- Nunca deben faltar – respondió la pelirroja
La chica le dio un mordisco a la barra y mientras masticaba McMahon se volvió para acariciar su mejilla. Al percibir el contacto, lo único que sintió correcto fue ladear la cabeza y cerrar los ojos.
- Si están listos debemos irnos – con voz grave Gibson los miraba al pie del marco de la puerta con la mandíbula apretada.
Blake abrió los ojos de golpe, giró la cabeza alcanzando a ver a su padre. McMahon bajó la mano y miró a aquel hombre que parecía traspasarlo con la mirada. Cheng salió de la habitación cargando una pequeña maleta cruzada por los hombros y una escopeta. Caminó hasta la banca sentandose en cuclillas al lado de Blake para robarle un trozo de la barra. Gibson no apartaba los ojos del cazarrecompensas.


Brooks salió de la habitación cargando una maleta y un lanzallamas seguida de Dawson que al ver el rostro de Gibson y su expresión hacia McMahon supo que algo no andaba bien.
- Gibson estamos listos, podemos irnos – Dawson trató de llamar su atención.
El Capitán apartó los ojos del tipo frente a él y asintió a la afirmación
- ¡Sigamos! – ordenó molesto Gibson moviéndose frente al grupo – no se queden atrás 

Cheng le dio un codazo a Blake para después inclinarse y susurrarle al oído

- Parece que a tu padre no le agrada que estés cerca de él

- En este momento me importa poco que le guste o no
Blake le dio la mitad de la barra a su amigo para luego levantarse del asiento y colocarse el morral en la espalda halando al cazarrecompensas por la muñeca.
- Ven, no te quedes atrás – le sonrió y ambos comenzaron a caminar por el acceso.


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- Daisy, debemos irnos, esa criatura podría regresar en cualquier momento - Theo trataba de convencer a la rubia para que dejase a la doctora Hawkins y los acompañara. La rubia negaba con las manos sobre el rostro sentada al lado del cuerpo.
- P... pero no... no puedo
- Sí que puedes - le apartó las manos de la cara - sé que te resulta difícil, pero debemos irnos - la máscara de pestañas se le había corrido un poco
- Pero ¿cómo podríamos dejarla así?
Theo miró el cuerpo de la mujer, tomó aire dejándolo salir despacio, se quitó el arma y la maleta con las municiones dejándolos sobre el suelo para sacarse la cazadora con la que cubrió el cuerpo. Levantó a la doctora y la llevó a una de las oficinas cercanas depositándola sobre uno de los sillones cubriéndole el rostro y el torso. Daisy se arrodilló junto al sillón tomando la mano de la doctora entre las suyas mientras le decía algo inaudible. Theo se alejó hasta el marco de la puerta para darle aunque sea una sensación de privacidad. La rubia se levantó del suelo limpiándose el rostro con la manga del uniforme. Theo le entregó un pañuelo verde.
- G...gracias, perdona es solo que ella significa, significaba mucho para mí – se volvió para mirar en dirección al sillón – era como mi madre, la mía murió cuando era una niña, así que ella y mi tía cuidaron de mí, y... - se limpió la nariz – era alguien muy especial en mi vida
- No pasa nada – Theo le puso una mano sobre el hombro - no es fácil despedirse de alguien cercano
Daisy lo miró a los ojos, se acercó y lo abrazo apretándolo con fuerza. Aquella acción lo tomó por sorpresa pero no tardó en rodearla con ambos brazos, a lo que la chica respondió apretándolo con más fuerza.
- Perdón por interrumpir – Tanaka se asomó por la puerta
El médico se volvió con la chica aun en brazos
- Danos unos minutos, no tardaremos, pero pueden adelantarse
El asiático asintió y regresó con el resto dirigiéndolos por el pasillo.
- Daisy - trató de sonar lo menos insensible posible - debemos seguir
- ¿Crees en la vida después de la muerte?
- ¿Qué?
- Quisiera creer que dónde quiere que esté, está mejor
- La verdad es que... si están en un mejor lugar o si dejaron de existir... ya no deben sentir miedo o por lo menos ya no tienen preocupaciones – levantó el rostro a la chica – mira Daisy, lamento mucho tu pérdida, de verdad y no tengo ni idea de lo que debes estar sintiendo, pero debemos continuar antes de que ese monstruo regrese, venga vamos – la soltó para ponerle una mano en la espalda animándola a caminar

Daisy se dejó guiar fuera de la oficina.
- ¿Aún la amas?
- ¿Qué? – Theo se paró en seco - ¿de qué hablas? - la miró con el ceño fruncido
- De aquella chica pelirroja... Blake ¿verdad?
- No entiendo que tiene que ver eso con... - siguieron caminando
- Perdona, es solo que creí que después de... ya no... olvídalo, solo olvídalo, - tomó aire - es que no entiendo cómo es que pudiste fijarte en ella, digo ¿qué tiene ella que yo no? – ambos se pararon en medio del corredor
- Daisy creo que estás en shock y eso te está haciendo decir este tipo de cosas...
- No es eso, siempre quise saber la razón – lo miró con lágrimas en los ojos – no es que no sea bonita en su clase y tiene su encanto y todo eso, pero ¿no crees que soy lo suficientemente bonita para que te fijases en mí? – se señaló de arriba abajo
Theo parpadeo varias veces sin saber cómo responder a eso
- Daisy yo...
- ¡Nada de Daisy!, ¡solo responde!, ¡has un esfuerzo!, solo necesito una respuesta
Theo tragó con fuerza. A Daisy le tembló el labio inferior
- No deberías compararte con nadie - Daisy resoplo - en este momento estás muy sensible y no creo que la respuesta que te dé sea suficiente – se rascó la nuca - eres linda y...
La rubia puso los ojos en blanco y se cruzó de brazos
- Estoy tratando de responderte lo más sincero que puedo sin herir tus sentimientos, pero no me lo haces sencillo – replicó Theo
La chica se mordió los labios hasta hacerlos desaparecer tragándose las lágrimas. Apartó la mirada del sujeto frente a ella y respiró hondo tratando de calmarse antes de que una segunda explosión les hiciera caer de espaldas sobre el frío metal. Theo tomó la radio tratando de comunicarse con sus camaradas.
- ¿Tanaka?, ¿O'Brien?, ¿pueden escucharme?
- ¡Theo ven lo más rápido que puedas!, ¡esto está mal!, ¡hay escombros por doquier! – Tanaka tosió - ¿Theo?
- ¿Dónde están?
- Como a treinta metros de tu posición, seguimos recto por ese pasillo y luego subimos un nivel por las escaleras de servicio – volvió a toser, se podían escuchar voces de fondo – hubo una explosión y... - se escuchó interferencia
Theo se levantó de un salto halando a la chica junto a él y comenzaron a correr. Cuando llegaron a la escalera de servicio vieron a O'Brien y Tanaka intentando sacar de los escombros metálicos a Mel que estaba bajo una pila de trozos metálicos cubierta de sangre. Theo se apresuró a llegar a donde sus compañeros para ayudarlos a desenterrarla.

- ¿Pero qué demonios sucedió? – preguntó a los dos chicos
- Tanaka caminaba por delante y yo por detrás, los cables de aquella pared estaban sacando chispas y luego comenzó a oler un poco a gas, de un momento a otro explotó... explotó antes de que siquiera pudiéramos llegar arriba – O'Brien habló apresurado, se le veía un corte en la frente y le sangraba el hombro, en tanto que a Tanaka le escurría sangre por una pierna y tenía varios cortes en el rostro.
Mel estaba inconsciente cuando por fin pudieron sacarla de debajo de los escombros, tenía las piernas severamente lastimadas. Intentaron localizar a los demás, pero no pudieron dar con ningún otro. Daisy se apresuró a llegar al lado de Mel, revisó sus heridas y se desabrochó la blusa rasgándola para poder detener el sangrado de la chica, mientras Theo revisaba sus signos vitales que menguaban a cada momento. Cuando su pulso dejó de ser perceptible, Theo se levantó y se dirigió al lado de sus compañeros en busca de los demás.
- Dejen que revise sus heridas – pidió Theo
- ¿Qué hay de la chica?, necesita ayuda urgente – respondió O'Brien señalando a Mel
- Está muerta O'Brien, ¿no lo ves? – respondió Tanaka
- ¿De qué hablas?, aun puedes ayudarla ¿cierto?, Theo, ¡ayúdala!
Daisy cubrió a Mel con el resto la parte alta de su uniforme, se levantó de su lado y fue a donde los tres sujetos


- ¡O'Brien mírame!, tranquilízate, ya no hay nada que hacer por ella, así que siéntate y muéstrame tus heridas O'Brien tragó saliva y sin dejar de mirar en dirección a la mujer en el suelo, se dejó caer cubriéndose el rostro con ambas manos. Tanaka y Theo lo miraron en silencio.

Criaturas de la oscuridad (Alien / fanfiction)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora