Criaturas de la oscuridad (Alien / fanfiction)

Ruta alterna

- De acuerdo a esto – entre sus manos Dawson sostenía el dispositivo de planos - aquel conducto – señaló la abertura a su derecha – nos lleva cerca de la sala de mantenimiento – señaló la puerta a su izquierda - y esa al área hospitalaria, y si volvemos a las oficinas debe haber una exclusa que nos lleve directo al área de mantenimiento de androides
Cheng se cruzó de brazos.
- No se usted Jefe pero prefiero el área de mantenimiento de androides - expresó Cheng – es el camino más corto
- Igual yo, solo falta la opinión de Gibson
Dawson y Cheng se giraron al ver a McMahon llegar a ellos.
- McMahon que bien que te nos unas, June ¿está bien? – inquirió Dawson
McMahon chasqueó la lengua.
- Un poco más tranquila, aunque tiene un buen moratón en la mejilla
Dawson negó con la cabeza
- Y mejor que hayas intervenido – explicó Cheng
McMahon levantó una ceja.
- No es que la maltrate ni nada de eso, pero cuando se trata de sus "amigas" – Dawson hizo comillas en el aire – no permite que se hable mal de ellas, ni siquiera a su hija – Dawson negó con la cabeza
Blake salió de la habitación aún con el corazón acelerado por aquella muestra de afecto. Al ver a los tres individuos reunidos al final del pasillo se encamino hasta ellos. Cuando Cheng alcanzó a verle le regaló una sonrisa. Dawson y McMahon la miraron con escrutinio. Al encontrarse con la mirada McMahon, volvió a sonrojarse. Al acercarse Cheng abrió los ojos de par en par al ver el cardenal y la hinchazón.
- ¡Esta vez se ha pasado! – Cheng subió ambas manos y las colocó en su frente – ¡que rayos!
Blake se acercó a él tratando de hacer que bajara la voz cubriéndole la boca.
- ¡Chist!, baja la voz - susurró - no es para tanto, en unos días estaré como nueva
- O tal vez en semanas, déjame ver – Cheng le levantó el rostro para examinarla – ¡esta vez se ha pasado!
- ¿Quieres bajar la voz? – insistió Blake – ¡ah! – Cheng pasó su mano sobre la mejilla de la pelirroja
- ¡No tan fuerte que duele!
- Ya ya, ¡suelta!, déjame ver, ¡pero que maldito!
- El hielo ayudará – explicó Blake dejando que Cheng le mirará el cardenal
McMahon rebuscó en la alforja hasta encontrar un frasco plástico de píldoras. Se acercó a los dos, la tomó de la muñeca para abrirle la mano y depositar el frasco.
- Además de la píldora que tomaste hace un rato, debes tomar una de estas cada seis horas – sacó una botellita de uno de sus bolsillos de la chaqueta entregándosela – la saqué de una máquina, tenla cerca – le guiñó un ojo y Blake se sonrojó aún más si se podía.
- ¿Se han decidido por una ruta? – inquirió Gibson saliendo al pasillo con Brooks a su lado
Blake guardó la botella en su morral aferrándose al brazo de Cheng con la cabeza baja. Los presentes miraron a Gibson por unos momentos. Dawson tomó aire.
- Pensamos avanzar por las salas de mantenimiento de androides tomando en consideración que es la ruta más cercana – sugirió Dawson
Gibson pareció considerar las posibilidades.
- Si les parece el mejor camino estoy de acuerdo – Gibson los miró a todos – entonces no perdamos más tiempo, regresemos a las oficinas, Cheng ¿podrías darnos acceso en esa escotilla?
- Claro – respondió el chico asiático
- Blake ¿puedo hablarte un momento? – solicitó Dawson
Blake se tensó, levantó el rostro y miró a su padre. Brooks se adelantó en dirección a las oficinas con Dawson detrás de ella. Cheng le susurró a Blake algo al oído, a lo que ella asintió y soltó el brazo del chico asiático que se encaminó a las oficinas. McMahon se quedó en el pasillo de pie mirando la aprensión en el rostro de la chica. Gibson observó que aquel sujeto no se movía de su sitio aun y cuando los demás habían entrado a las oficinas.
- ¿Podrías darnos un momento? – cuestionó Gibson
McMahon miró al capitán y luego a la chica.
- Preferiría quedarme – estableció McMahon sin dejar de mirar a Blake
- Y yo que nos concedas un momento, lo que tengo que hablar con Blake no tiene nada que ver contigo
- Con todo respeto Capitán Gibson – le dirigió una mirada dura a Gibson - no tengo intensiones de dejarla a solas con usted, lo que tenga que ver con Blake me concierne y bajo las circunstancias creo que lo mejor es que me quede – McMahon levantó la barbilla en un gesto desafiante
- ¡Te he dicho que...
- ¡Basta! – interrumpió Blake - ¡no hay nada que hablar!, ya has dejado claro que no te interesa lo que tenga que decir, así que no tiene caso
Blake se encaminó a las oficinas
- ¡Blake!, ¡de verdad tengo algo que decirte!, y disculparme por mi reacción
Blake se paró en seco dejando caer los brazos a los costados mordiéndose el labio inferior
- Si esa es tu disculpa, la acepto - respondió tensa sin mirarlo – debemos continuar - volvió a colocarse la compresa contra la mejilla - y salir de este sitio de una buena vez, no tengo deseos de seguir hablando contigo - entró por las oficinas dejando a aquellos en el pasillo
Estaba cansada, cansada de vagar por la estación sin llegar a ningún sitio, cansada de ser arrastrada a lugares donde no deseaba ir, que no le quedaban deseos de escuchar a su padre justificar las acciones de aquella mujer o las suyas. Dejó escapar el aire de sus pulmones cerrando los ojos como si eso pudiera alejarla de aquel lugar. McMahon la siguió de cerca. Gibson miró a ambos desaparecer por la escotilla, suspiró restregándose la cara cuando una explosión se escuchó a la distancia haciendo que la instalación se sacudiera. Fue tal el movimiento que Gibson perdió el equilibrio y cayó de espaldas.
Con rapidez se incorporó y entró en las oficinas. Adentró vio a su hija en el suelo siendo ayudada por aquel tipo a levantarse y Cheng sosteniendo a Dawson por un brazo antes de que cayera. Brooks se incorporó de sobre un escritorio.
- ¿¡Qué demonios fue eso!? – cuestionó Dawson
- Creo que eso vino de la sala F en la sección médica – comentó Cheng
- ¿Cómo lo sabes? – preguntó McMahon
- La explosión fue muy fuerte y demasiado cerca, ese lugar tiene una habitación donde se guarda el oxígeno – explicó el chico asiático – debió de haber una fuga
- ¡Malditas criaturas! – espetó Gibson