Capítulo 6: Un lugar especial

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Había perdido la cuenta de las veces en que habia intentado comunicarme con Tsubasa y el resultado seguía siendo el mismo, desde aquella noche en que tuve la conversación con las chicas llamé con la esperanza de que contestara, pero no fue así. Los días pasaron y corría con la misma suerte habia llegado a un momento en el que creí que era mejor dejar de intentarlo, pero a pesar de mi fracaso aún en el fondo guardaba la esperanza de que en algún momento Tsubasa atendiera mis llamadas.

Terminé mi turno en el trabajo y después de cambiarme el uniforme me retiré dispuesta a volver a casa, la tarde de aquel día era fría llevaba puesto un abrigo café acompañado de una bufanda roja que Kumi me había regalado la navidad pasada, el otoño hacía su aparición con días nubosos y tardes heladas que parecían aquellos dias de invierno salvo por la parte en que no habia nieve por ningún lado.

Caminaba despacio con las manos metidas en mis bolsillos mi mente permanecía en silencio sin ningún pensamiento y solo hasta ese momento extrañé la ola de ideas que atacaban mi mente los días anteriores. Definitivamente el silencio no era mi mejor aliado. Cerré los ojos mientras detenía mi andar podía escuchar el suave susurró del viento y a mi mente vinieron un sin fin de recuerdos; aquellos días corriendo sobre el campo de fútbol mientras felizmente apoyaba a Tsubasa y esas tardes en las que conversabamos a orrillas del río, sólo éramos él y yo.


"Ahí es en donde nos conocimos" pensé con melancolía recordando aquel momento.

Desvíe mi camino comenzando a caminar directo al campo de fútbol en donde años anteriores todos nos reuníamos para conversar, aquellos años en donde no importaba nada más que divertirnos cuando no teníamos que preocuparnos por nuestro futuro y lo que pasaría si no pudiéramos vernos por un largo tiempo.

Pero sin darme cuenta, mis pasos se dirigieron a las orillas del río la tarde ya había caído sobre la ciudad, aquel lugar guardaba mis recuerdos más preciados esas horas de conversaciones que parecían no tener fin y acababan hasta que alguien vieniera a buscarnos, esos días que sabía ya no volverían Tsubasa no estaba aquí y yo tenía que seguir con mi vida. Me senté sobre el seco pastizal mirando hacia el suelo intentando olvidar todos y cada uno de esos recuerdos, una nueva ola de pensamientos atacó mi mente y comencé con un gran debate interno. No queria olvidarlos, aunque intentaba convencerme de que era lo mejor sabía que no era así. Podia seguir avanzando y aprendería a vivir con ellos el hecho de que lo olvidara no queria decir que en realidad nunca hubiesen ocurrido.

— Sabía que te encontraría aquí—dijo una voz que conocía perfectamente

— Me conoces muy bien— sonreí alzando la mirada— Hola Taro

— Hola Sanae, ¿puedo sentarme a tu lado? o estas reservando el lugar para alguien más.

— No, adelante toma asiento, es mejor recordarlo con alguien a mi lado que en completa soledad— soltó una suave risa y se sentó a un lado de mí.

Nos mantuvimos en silencio por un momento en el que ninguno se disponía a hablar, era extraño porque siempre teníamos algo que decir cuando nos encontrábamos, dejé salir un suspiro abrazando mis rodillas con la mirada fija hacia enfrente, una suave brisa movía nuestros cabellos mientras poco a poco el cielo comenzaba a oscurecer.

— Recuerdas que siempre venías a buscarnos a estas horas— dije para romper el silencio—. A Tsubasa y a mí, parecias nuestro hermano mayor siempre te preocupabas por nosotros y eras el único que nos hacía entrar en razón

— Sí, todavia lo recuerdo han pasado más de cinco años, la verdad era difícil imaginarse a uno sin el otro siempre estaban juntos, después de los entrenamientos eran los únicos que se quedaban en el campo de fútbol Tsubasa decía que era agradable hablar contigo. Por cierto, lograste hablar con él

— No, en realidad...bueno, ni siquiera contesta mis llamadas. He intentado comunicarme desde el día en que recibí tu mensaje con su número telefónico, cada día sin falta observó el reloj e imagino que se encuentra entrenando o descansando después de un largo entrenamiento y quizás, esa sea la razón por la cual no puede atender mis llamadas.

—Eso es extraño, el otro día hablamos. Me dijo que había descansado unos días por petición de Roberto

—Tal vez no le guste contestar llamadas de números desconocidos— dije con una sonrisa intentando calmar los pensamientos negativos que llegaban a mi mente

—Le dije que querías hablar con él. Tal vez Genzo tenga razón no estan listos para comenzar de nuevo, quizá Tsubasa aún no esté preparado para hablar contigo, ¿tú lo estás?

—No lo sé, ni siquiera sé de donde obtuve el valor para llamarle. Empiezo a creer que en realidad soy miy impulsiva, recuerdas lo que te dije el otro dia, en realidad fue una locura salir corriendo de casa para llegar a Tokio, simplemente no lo estaba pensando, para ser sincera ni siquiera sé porque lo hice. Creo que fue la ilusión que tenía por volver a verlo, pero...no pensé en lo que le diría, lo cual es logico no hemos hablado en tres años y tampoco nos hemos visto en ese tiempo creo que ninguno de los dos sabrá como reaccionar cuando al fin estemos frente a frente.

—Debe de haber una manera para que puedan hablar.

—Siempre hay una manera, no te procupes yo me encargaré de encontrarla—él asintió perdiendo su mirada sobre el agua que fluia por el río, un nuevo silencio se hizo presente entre ambos.

Las luces que comenzaron a brillar a la distancia me hicieron comprender el tiempo que llevaba en este lugar, la verdad es que cuando estaba aquí el tiempo parecía correr más lento, éste era un lugar especial para mí era el único sitio en donde me sentía tranquila. Volví mi mirada a Taro quien me veía con curiosidad.

—Estaba pensando en lo hermoso que es este lugar—dije soltando un suspiro—. Pero creo que ya es muy tarde

—Tienes razón— se levantó extendiendo su mano para ayudarme a levantar— Sabes Sanae yo creo que aún pueden arreglarlo todo.

—Yo tambien quiero creerlo—dije alzando mi mirada al cielo—, no, realmente creo que lo haremos—afirmé con seguridad y una sonrisa—.Quizás no vuelva a ser como antes pero aún guardo la esperanza de que lo sea.

—Nada vuelve a ser como antes, pero me alegra saber que quieras intentarlo.

Asentí y comencé a caminar, estaba nerviosa pero segura de lo que iba a hacer. No importaba cómo, encontraría la manera de poder comunicarme con Tsubasa, si no podia atender mis llamadas tal vez si podría recibir mis cartas y si aún así se negaba a contestarme me vería en la obligación de viajar hasta Brasil para hacerlo.

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