Capítulo 2: Ellas saben todo

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Estaba por culminar mi horario de trabajo en la cafetería cuando recibí una llamada de Kumi recordandome  que me vería saliendo del trabajo, no me explicó mucho y me dejó hablando sola después de mi constante insistencia por saber que es lo que tenia que decirme. Al terminar de trabajar caminé hasta donde se suponia Kumi deberia estar esperándome, aunque al llegar no encontré a nadie, esperé por varios minutos y comencé a convencerme de que seguramente lo habia olvidado o quizás, solamente se le hizo tarde.

—Aquí estas Sanae— dijo corriendo hasta llegar a donde me encontraba

—Te estuve esperando demasiado, crei que no vendrías

—Lo siento, no fue sencillo venir corriendo hasta aquí— pronunció soltando un suspiro mientras ponía sus manos sobre su pecho

—Y de que es lo que querías hablar conmigo

—Ah, sobre eso. Quería hacerte una pregunta—dijo bastante nerviosa—Lo que pasa es que, ¿has pensado venir al último juego del torneo?

—No, ni siquiera lo habia considerado ¿porqué?

—A todos nos gustaría que estuvieras apoyándonos— dijo bajando la mirada— hace ya tres años que dejaste de ser mánager en el equipo y la verdad...tampoco hemos ganado desde entonces.

—En realidad no tengo intenciones de volver a entrar en un estadio. Hace tiempo que ya no me interesa

—¿Desde que se fue Tsubasa?— Preguntó viéndome con curiosidad

—No, no es por eso aún no entiendo porque todos piensas que es así— respondí sin darme cuenta que habia sonado demasiado molesta Kumi me miró por un momento y solto un suspiro, me sentí mal por haberle hablado de esa forma.

—Entiendo, veo que no puedo convencerte

—Lo siento Kumi, es sólo que, bueno yo...no tengo tiempo para ir. Tengo que trabajar y estudiar, a veces siento que me falta tiempo y si no aprovecho el que tengo no podré...

—Convertirte en la mejor arquitecta del mundo. Lo sé, y te entiendo Sanae, pero no tiene nada de malo que vuelvas a salir con tus amigos, todos te extrañamos, quizás si vienes a apoyar a Misaki se sienta mejor, no ha estado bien últimamente.

—Lo pensaré, pero no prometo nada—dije sin mucho interés, Kumi sonrió dando pequeños saltos parecía una pequeña niña que ha recibido el regalo que estuvo esperando.

— El solo hecho de que lo consideres es suficiente para mí, todos se pondrán felices cuando te vean entrar al estadio.

—Claro, pero ya me tengo que ir a mi casa, te veré mañana.

—De acuerdo te veré mañana Sanae y no olvides hablar con Yukari si decides venir, quiere ser la primera en saberlo—dijo dando media vuelta lista para marcharse pero antes de dar un paso se volvió de nuevo hacia mí—Por cierto Sanae, yo creo que lo que paso entre Tsubasa y tú fue un malentendido.

—¿Qué?—La miré confundida y volvió a sonreír

—Aunque no quieras decirlo lo sabemos, somos amigas, tu actitud cada que lo mencionamos dice demasiado, creo que si quieren arreglarlo deberían hablar. Ya han pasado 3 años ¿no has pensado que pasaria si volvieras a verlo?—y sin esperar respuesta comenzó a caminar dejándome sorprendida y sin saber que decir.

Claro Sanae tu actitud es tan obvia me reprendí al darme cuenta de ello. Todos estos años les había hecho creer que Tsubasa y yo teníamos una relación a distancia, creo que faltaba mucho para que realmente me creyera eso y por lo que Kumi me dijo nadie lo creía, bastaba con que alguien mencionara a Tsubasa para que sacará lo peor de mi, pero me era inevitable aún seguía molesta con él y aunque volviese a verlo no pensaba dirigirle una palabra.

Comencé a caminar hasta llegar a casa mamá se encontraba en la cocina y mi hermano veía con entusiasmo la televisión.

—Que bueno que ya llegaste querida—dijo mi madre saliendo de la cocina—sube a cambiarte la cena ya casi esta lista.

Asentí caminando a mi cuarto, tenía que quitarme el uniforme y preparar todo lo necesario para terminar con mi trabajo de la escuela, decir que estaba cansada era poco, parecía un zombie arrastrando mi pies por toda la habitación, el trabajo y la escuela estaban acabando conmigo "No debes exigirte demasiado" me había dicho mi madre varias veces pero ¿cómo consigo alcanzar mis metas si no pongo dedicación en ello? Era complicado, eso lo sabía, pero si quería lograrlo tenía que dar lo mejor de mí.

Después de la cena subí a mi habitación de nuevo lista para comenzar mi trabajo, me di una ducha refrescante y me vestí con la pijama mas cómoda que tenia, me cepille el cabello y cuando terminé me senté en la silla frente a mi mesa de noche cerca de la ventana. Los exámenes de admisión en la universidad comenzarían en Noviembre aún faltaban unos meses pero no tenía que confiarme.

Estudiar era lo único que hacía en mi tiempo libre después del trabajo, habia veces que pasaba horas haciéndolo y sólo cuando alguien me hablaba dejaba de hacerlo, pocas veces salía a distraerme y entendía a lo que Kumi y Yukari se referían cuando me decían que parecía un ratón de biblioteca, siempre rodeada de libros y libretas con mil apuntes que según ellas eran innecesarios. Un bostezo salió de mis labios y mis ojos comenzaron a arder miré el reloj a un lado de mí y me percaté de que no era tan tarde como creía, las horas parecían pasar lentamente. Un sonido proveniente de mi teléfono me hizo reaccionar, era una llamada de Yukari.

—Hola Sanae—su voz resono a través del teléfono— espero no haber interrumpido tus estudios

—No te preocupes ya habia terminado—dije bostezando nuevamente.

—A mi también me da gusto escuchar tu voz Sanae—dijo irónicamente bostezando también

—Lo siento, la verdad es que aún no termino mi trabajo y tengo demasiado sueño lo único que quiero es dormir por toda la noche

—Entiendo eso, pero hay algo que quiero decirte no te quitaré mucho tiempo y podrás regresar tu vista a tus libros—hizo una pausa— Kumi me contó de lo que hablaron esta tarde.

—Si es por lo de Tsubasa sólo quiero decirte que no...

—Me refería a lo del torneo—me interrumpió—, pero si quieres decirme lo de Tsubasa te escucho

—Olvidalo. En cuanto a lo del torneo supongo que si iré

—Esa es una excelente noticia Sanae, estaba esperando a que dijieras eso, entonces te dejaré continuar con tu trabajo

—Te lo agradezco mucho.

—Y sobre Tsubasa—y ahí estaba la conversación que queria evitar— yo creo que aún pueden arreglarlo, no es fácil estando los dos separados pero yo sé que lo arreglarán ¿cierto amiga?

—Gracias Yukari, pero todavía tengo cosas que hacer adiós.

Terminé la llamada y me arroje a la cama, miraba el techo de mi habitación con los pensamientos en otro lugar, ese tema de Tsubasa estaba comenzando a hostigarme, Kumi y Yukari eran mis mejores amigas estaba claro que no podía ocultarles la verdad para siempre, me conocían demasiado bien y sabia que no dejarían de hablar de ello hasta que yo les dijera la verdad, no seria sencillo pero estaba dispuesta a hacerlo.

Un Mismo CaminoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora