Vigésima Carta.

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Querido Thomas:

Mi madre me pidió que vaya a la casa del vecino.

Tu casa.

Para pedir un poco de polvo para hornear.

Porque quería hacer un pastel.

Así que toqué tu puerta.

Me abriste.

Te pedí lo que necesitaba.

Me entregaste el polvo para hornear.

Sonreíste.

Te dije "adiós".

Y cerraste la puerta.

Le llevé el polvo a mi madre.

Y me sentí contenta.

Querido Thomas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora