⟨Sunoo quiso callarlo con un beso, estaba seguro que su Ni-ki no se iría, no iba a dejarlo ¿O si?.⟩
Dónde Sunoo pierde a su ser amado, Ni-ki, y SungHoon regresa para consolarlo y ayudarlo a seguir adelante.
Le ofrecerá un trabajo muy fácil, pero deb...
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Técnicamente SungHoon y Sunoo vivían juntos.
Y es que el mayor iba a casa del más bajo todos los días, y algunas veces, muchas en realidad, se quedaba a dormir.
Pero había una razón para eso.
SungHoon debía cuidar del menor.
Por otro lado, su tiempo de "vacaciones" con respecto a su carrera de patinador se estaba agotando, por lo que venía pensando en la probabilidad de dejar por un tiempo su carrera para poder dedicarse por completo a su amigo.
Pero la pregunta es, ¿Por qué no se planteó aquello cuando notó su relación con HanBin desintegrarse de a poco?
Ni siquiera él tenía una respuesta concreta al respecto.
Ya se habían cumplido dos meses desde la partida del Japonés, por lo que ambos se encontraban camino al cementerio, en el auto de Hoon, sumidos en un cómodo silencio.
De reojo observó al pelirubio, tenía un semblante pensativo, el ceño ligeramente fruncido, las mejillas algo infladas y un pequeño puchero en sus labios que lo hacía ver tierno, mientras sostenía el ramo de flores que habían comprado para dejarlo sobre la tumba de Ni-ki.
—¿Hay algo que te esté preocupando?– La repentina pregunta hizo sobresaltar a Sunoo, quien por primera vez en todo el camino, miró al mayor.
—Bueno, no en realidad, es sólo que quiero verme bien para él..– Habló avergonzado, mirando nuevamente la carretera.
—¿Pero qué dices?, Estás perfectamente bien, no deberías preocuparte por tu aspecto, te ves hermoso, siempre lo estás– Sun sólo atinó a esconder su rostro detrás de las flores que sostenía, mientras SungHoon no había caído en cuenta de lo que había soltado sin pensar. No hasta que Sunoo volvió a hablar.
—G-Gracias, supongo..– El mayor se sentía algo extraño, pero dejó de tener eso en mente cuando llegaron al lugar.
Buscó un buen puesto para estacionar y ambos bajaron del vehículo.
Era la primera vez que iban juntos a visitar a Ni-ki, y por alguna extraña razón, los dos estaban nerviosos.
Entraron al cementerio, tratando de buscar la lápida con el nombre del extranjero.
La encontraron, pero no sólo la tumba, si no también a una castaña, la hermana mayor de Ni-ki.
Cuando ella se giró para ver a quienes pertenecían los pasos acercándose a donde ella se encontraba, sonrió entre lágrimas al ver aquellos rostros conocidos.
—Sunoo, SungHoon. Hola– habló, limpiando su rostro mientras caminaba a pasos torpes hasta ellos.
Los mencionados simplemente la abrazaron, escuchandola cuando al fin se atrevió a entablar una conversación.
