The Black Love #1 [✔️](Historia Sirius Black)

Capitulo 26: El Plan

Nota de autor:
Holaaa! Anteultimo capitulo, lo que significa que estamos a una semana de terminar. Dejen sus teorías de cómo va a terminar, siempre leo sus comentarios y el amor que le dan a la historia (o más que nada a Shira). Para celebrar el final voy a hacer un llamada la semana que viene, si quieren participar hablé me a Instagram @delfu.moral.
¡¡Disfruten!!

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     El sol apenas alumbraba los pasillos, todavía no había terminado de salir. Era tan temprano, que Sirius debía evitar cerrar los ojos para no quedarse dormido.

     —Las seis de la mañana, de todos los horarios, él debía elegir las seis de la mañana.

     —Deja de quejarte Sirius, te va a oír.

     —Lo dudo Lunático, lo hemos seguido por un rato y no se ha dado cuenta.

     —Tal vez sea por la capa, ¿no crees?

     —Es cierto, estoy tan cansado que casi lo olvido. ¿Aunque saben que es injusto? Peter puede dormir y encima lo traen en brazos.

     —Uno, no entrabamos todo en la capa. Segundo, es una rata y tu un perro, a él puedo cargarlo. En cambio, tú eres pesado —explicó James.

     —Y en más de una forma.

     —Eres muy gracioso… en serio…

     —¡shh! Ahí está. Lo va a sacar. Lo tiene. Es momento.

     Sirius sacó la capa y la apoyó en el piso, al igual que James con Peter, que rápidamente volvió a su forma humana. Remus le dio los libros a Pettigrew y pusieron el plan en marcha. Salieron del pasillo hablando y Peter chocó con Regulus. Ambos cayeron al suelo, dejando caer los libros. Rápidamente James fue a ayudar a Peter y Sirius a Reg.

     —No necesito tu ayuda…

     —Solo intento ser buena onda, hermanito.

     Regulus tomó la mano de Sirius y este discretamente le quitó la nota, tirándola a Remus.

     —No me llames hermanito, tu y yo no somos familia —dijo empujando a Sirius.

     —Solo porque no viva en casa no significa que no me importes.

     —Tu no me importas, tú no eres mi familia.

      Mientras los hermanos discutían, Lupin duplicó la nota. Metió la duplicada en uno de los libros y terminó de juntar los demás. Se paró y tomó a Sirius de la muñeca dándole el papel, que este agarró con discreción.

     —Dejalo, Sirius. No vale la pena discutir.

     —Tienes razón Remus… —Se acercó a su hermano y lo abrazó. Así, con astucia, le devolvió la nota poniéndola en el bolsillo —. Espero que seas feliz.

     —¡Suéltame! —dijo Regulus, alejando a Sirius de su abrazo —. Que raro eres.

     Los merodeadores se fueron caminando a un paso normal. Cuando estuvieron lo suficientemente lejos, festejaron por el éxito de su plan.

     —Creí que saldría mal, pero no. Estoy sorprendido.

     —Es tu plan. ¿Tan poca fe le tenías? —dijo Black —. Ahora lee la nota.

     Remus la abrió con delicadeza. El papel no era más que un pedazo de pergamino arrugado, con una bonita caligrafía. Comenzó a leerla, y todos se quedaron atentos hasta el final.