Capítulo 20: Tú lo empezaste

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     Sirius tomó su ropa y se cambió. Todos lo vigilaban de cerca, como si se fuera a desmayar mientras se ponía la camisa. James no quería que su amigo le avisara de alguna forma, a Felicity, que habría una fiesta.

     Sirius últimamente no hablaba tanto con sus amigos. James era con el que más hablaba, ya que era su mejor amigo, sin embargo no lo hacían tanto como antes de Felicity. Ella era su único interés, por más que él no quisiera que lo fuera, ella debía serlo. Black era como una hormiga en un frasco, no sabe que está atrapada, pero sabe que algo está mal y no puede identificar que es.

     Los merodeadores llegaron a la fiesta y se incorporaron con rapidez. James quería estar atento a Sirius, pero después de un poco de alcohol, su misión se nublo. Todos bailaban como si no hubiera un mañana, pero luego de una hora, Sirius no se sentía bien.

     Black salió de la fiesta algo mareado, no por el alcohol —no había bebido más de un vaso—, sino por la masa de gente que había amontonada en el lugar. Sentía mucha presión, como si todo ese grupo de personas, como si sus amigos, esperan que fuera alguien que no es. Aunque en realidad él solía ser así, pero ahora estaba cambiando y no se daba cuenta.

     Necesitaba estar solo, lejos de toda persona que buscara algo de él, así que fue al lugar donde jamás nadie lo buscaría, la biblioteca.

•••

     Meissa estaba preparada para la fiesta de Hufflepuff, mentalmente preparada. Estaba con un vestido¹ rojo, corto y pegado al cuerpo. Se puso maquillaje, aros y tacones. Se vio en el espejo un par de veces, se sentía rara, sentía que no era ella misma. Mientras se miraba en el espejo, se repetía a sí misma que si era ella, que tenía que serlo y así Nicholas Brown no la desecharía como el resto.

     Shira entró en la habitación y se sorprendió al ver a Mei. Abbott notaba que Avery estaba comportándose de forma rara, pero por más que lo intentará la única respuesta que recibía era «No sé de qué hablas, soy yo, la misma de siempre».

     —¿Meissa qué haces todavía aquí? La fiesta comenzó hace como una hora.

     —Lo sé, pero la gente suele llegar más tarde…

     —La gente, tú no. Tu eres puntual, te encanta serlo y odias que los demás no lo sean —dijo Shira acercándose con lentitud.

     —Pues ahora no me importa. — Meissa seguía frente al espejo, tocando su vestido.

     —¿Qué traes puesto? —Shira se paró detrás de Mei, mirándola por el reflejo.

     —Un vestido, lo compré hace una semana. Es lindo, me hace ver sexy, a él le va gustar.

     —¿A Sirius?

     —No, claro que no. Hablo de Nicholas, y al resto de las personas de esa fiesta.

     Shira no podía reconocer a su amiga. Era como si hubieran moldeado su cerebro, como si hubieran quitado todo lo que la hacía única. No pudo seguir con la situación sin hacer nada, así que tomó a Mei del brazo y la giró. Ambas quedaron enfrentadas y Shira lo soltó.

     —¿Desde cuándo te importa que piensen esos tontos sobre ti? Pareces una cualquiera, una de esas que los chicos solo usan como trofeo. No eres un trofeo. Eres una mujer fuerte, inteligente, astuta y especial; no una muñeca sin cerebro.

     —Yo sigo siendo yo. No puedes juzgarme y decirme todas esas cosas feas, por usar un vestido corto y ajustado.

     —¡No, no lo entiendes Meissa! No me importa que tan corto sea tu vestido, incluso no me importaría si decides ir en ropa interior… —le gritó Shira. Bajando el volumen de su tono, agregó —: Mei, lo que me importa es que no lo haces porque a ti te guste o te sientas cómoda, lo haces porque a los demás les gusta. Tu me lo dijiste una vez, si no te valora por lo que eres en realidad, entonces no vale la pena.

The Black Love #1 [✔️](Historia Sirius Black)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora