Era la noche antes del funeral, y la familia Weasley como todas las noches estaba reunida para comer todos juntos. Cruzaban alguna que otra palabra, mientras agradecían a Fleur y Ginny por la comida. Pronto comenzaron a levantarse de la mesa para ir a dormir, al otro día les esperaba un día duro.
James, Albus, Scorpius y Heater se quedaron abajo de los últimos. Ginny salió de la cocina luego de lavar los platos.
—Chicos, no se queden despiertos hasta muy tarde, recuerden que mañana el día empieza temprano— ellos asintieron y Ginny empezó a subir la escalera— descansen.
Se quedaron sentados en el sillón y otros en el piso, mientras tomaban una taza de chocolate, la ausencia del verano se iba sintiendo y el clima se estaba sintiendo un poco más frío.
—Aún no lo logró analizar. Mañana es el funeral— dijo James.
—Ni que lo digas. Estos días se pasaron demasiado rápido, siento que aún no digiero bien la noticia— gruño Albus tomando un sorbo de su taza.
—Creo que deberíamos ir a dormir, es tarde— Scorpius se levantó y fue a lavar la taza que él estaba usando. James, Heater y Albus fueron rápido y le dejaron las tazas—No no, laven ustedes sus tazas.
—Gracias Scorpius por lavar, lo agradeceremos eternamente—respondió James para subir corriendo la escalera haciendo carrera con Heater. Albus se quedó junto a Scorpius.
—Ya que te quedaste acá podrás lavar tu taza.
—No te pasara nada si la lavas tu, o que, ¿se te van a partir o secar las manos con el lava loza?—pregunto molestando. Malfoy negó con la cabeza y le tiró agua—que agresivo.
—Cállate.
Hubo un momento de silencio hasta que Albus se puso serio y habló.
—Ya sé que te lo dije antes, pero no está demás repetirlo. Gracias, por estar acá.
—Para eso estamos los amigos, para apoyarnos— el rubio secó sus manos. Las palabras se sintieron amargas al ser pronunciadas, y se sintió igual para Albus cuando las escuchó.
—Vamos a dormir mejor.
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La casa se estaba moviendo desde temprano. Todos estaban listos ya saliendo de la casa para ir al cementerio. Albus se estaba arreglando la corbata frente al espejo, tocaron la puerta y él dio permiso para que entraran. Harry también con traje se acercó a él y se paró detrás.
—Ya es hora— Albus asintió y se dio vuelta. Harry abrió los brazos y lo abrazó unos segundos, para luego soltarlo y llevarlo junto a él.
El cementerio era amplio. Cada tumba tiene su terreno y las lápidas no estaban una pegada a la otra. El lugar donde sería el funeral estaba rodeado de sillas, y un micrófono delante de la tumba. Albus sentía que mientras más se acercaban, una presión en el pecho iba siendo más fuerte, estaba ahogándose y su respiración se estaba alterando. Se detuvo antes de llegar, tocándose el pecho con una mano, hasta que sintió como alguien se afirmaba de su brazo y lo empujaba.
