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Habían pasado tres días desde el funeral.

—La comida está muy rica, Señora Potter— dijo Scorpius intentando romper el hielo. Ginny que solo revolvía su comida levantó el rostro y le sonrió con cariño.

—Que bueno que te gustara Scorpius, fue algo improvisado.

Volvió a quedar todo en silencio. Heater miraba a todos y el ambiente lúgubre le daba ganas de vomitar, le traía malos recuerdos, esos que prefería que se quedaran enterrados en el fondo de su memoria. La chica se levantó y golpeó la mesa, todos pegaron un salto y la miraron asustados.

—¿Creen que a Molly le gustaría verlos así? Ella amaba tener a su familia en casa para poder verlos felices, para poder compartir con ellos, no para ver esas caras largas. Esto no es fácil, pero no hagan las cosas más difíciles de lo que ya son. Hoy sean esa familia que siempre han sido.

Durante el discurso todos estuvieron escuchándola, mientras Scorpius le tiraba la manga y le susurraba que parara. Todo se quedó quieto por un momento, hasta que Bill se puso a reír.

—La chica tiene razón. Mamá no nos quiere ver así, esto no tiene porque ser triste. Esta noche, brindemos por Molly Weasley, la mejor madre, esposa, y abuela que pudo haber— luego de eso, todos asintieron de acuerdo con las palabras de Bill— traigo las copas. Al fin podré beber cuanto quiera sin que mamá me diga algo.

El resto empezó a retirar los platos y a ordenar el lugar. James miró a Heater y le agradeció, ella tan solo asintió y ayudó a mover las cosas. Vio como Lily pedía permiso y subía a la habitación a, supuestamente, ir a buscar algo.

Ya cuando todos estaban en lo suyo, los más jóvenes decidieron sentarse en el piso a jugar algún juego de mesa muggle de los que tenía Arthur. Estaban sentados formando un círculo.

—¿Falta alguien?— preguntó Teddy que prefirió sumarse al juego que a compartir con el resto.

—Lily, subió hace un rato pero ya se demoró mucho— respondió James —voy a buscarla— el chico se estaba levantando cuando pareció tener una mejor idea —Mejor, anda tu Heater.

Heater frunció las cejas sin entender porque ella y no él, u otra persona. Dio media vuelta y empezó a subir las escaleras. Sus manos sudaban un poco y estaba nerviosa, no entendía ¿Qué le pasaba? era Lily, la misma chica de siempre, no había porque ponerse así. Antes de abrir la puerta de la habitación se detuvo frente a ella. Suspiro. Cerró los ojos y la abrió sin pensarlo dos veces.

Al entrar se encontró con Lily sentada al borde de la cama, tapando su rostro mientras lloraba en silencio. La pelirroja al escuchar la puerta giró la cabeza al lado contrario del que se encontraba la otra y secó sus lágrimas.

—Lo siento, debí tocar antes de entrar— se disculpó Heater bastante preocupada, aunque lo intentara disimular.

—Está bien, no te preocupes.

Se quedaron en un silencio un poco incómodo, ninguna sabía bien qué decir.

—Bueno, yo venía porque con los chicos vamos a jugar, por si tú también quieres sumarte— Lily sonrió un poco y asintió intentando controlarse. Heater no aguanto y se sentó junto a ella— conozco las circunstancias, y lo que está pasando, pero aun así pregunto, ¿Qué pasa?

—No pasa nada, en serio— se quedó pensando un poco y luego suspiro —me siento sola. Todos tienen a alguien a quien aferrarse. James tiene a Teddy, Albus tiene a Scorpius, y yo no quiero molestarlos a ellos pero, ¿Quién estará para mí cuando yo caiga? Me llevo bien con muchas personas, y también llamó "amigos" a muchos otros. Pero ninguno de ellos está acá, siquiera han enviado una carta preguntando por mi.

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⏰ Última actualización: Nov 26, 2021 ⏰

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꧁Manos entrelazadas, Scorbus꧂Donde viven las historias. Descúbrelo ahora