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—¿Solo eso? ¿Nada más?

—Decepcionante, lo sé. Esperaba una confesión de amor, pero nada. Solo eso.

—James, de que te quejas. Al menos sabes que tienes una opción.

—Pero es difícil que lo elija a él. Con lo desagradable, mañoso, inmaduro, burro, estupido, obsesivo, orgulloso, tarado y absurdamente idiota que es.

—Gracias por la motivación hermano.

La mesa de las serpientes nuevamente estaba siendo invadida por la gran familia Weasley. Y el gran tema de conversación de la noche, había sido James y Teddy. El chico se mostraba emocionado por el solo hecho de que Teddy hubiera salido del closet con él, pero a la vez algo decepcionado de que no hubiera llegado a más. Todos le dijeron que fuera con paciencia, que no todo se iba a dar tan fácil. La única persona que coincidía en lo que decía James, era Heater, quien también quedó con ganas de una confesión de amor. Scorpius escuchaba la conversación a medias. Y Albus molestaba a James, aunque en el fondo si estaba feliz del pequeño avance.

—Y tu Heater, ¿cuando te vas a atrever a dar el primer paso?—susurro Roxanne solo para que la pelinegra escuchara. Esta abrió los ojos algo sorprendida, tomó un largo sorbo de jugo, y siguió comiendo.

—No entiendo a qué te refieres.

—No soy idiota. Te gusta la pequeña Lily Potter.

—A mi no me gustan las chicas. Nunca me han gustado.

—¿Si es asi por que la miras tanto?

—Solo me impresiona ver todo lo que creció durante el verano, cambió mucho. Y puede que quizás, me da un poco de curiosidad saber quien es. Me relaciono con muchos de ustedes, pero nunca he tenido una conversación con ella—Roxanne miró a la chica, quien solo miraba su plato y movía de forma nerviosa sus pies. Rodó los ojos y sonrió ligeramente.

—Quizás deberías intentar hacerte amiga de ella. Tranquila, no muerde—Heater le miro mal y le tiró un poco de arroz.

—Roxanne tiene razón. Quizas deberias ser amiga de ella. Mañana son las pruebas del equipo de Quidditch, así que podrias ir. Es muy buena— dijo James metiendose en la conversación. Heater al verse un poco acorralada solo asintió.—Perfecto, vayan los tres. Quiero que vean el equipo que los vencerá y que ganara la copa este año.

—Ya quisieras—dijeron a coro las tres serpientes.

La cena terminó. Todos se levantaron y fueron a sus respectivas salas. Albus y Scorpius se despidieron de Heather, y fueron a su habitación. Era temprano, así que cada uno estaba en lo suyo, mientras el rubio leía un libro, Potter estaba recostado en su cama mientras escuchaba música con un mp3 que había hecho algunos arreglos para que funcionara dentro de la escuela.

Albus estaba tranquilo cantando dentro de él cada canción. Noto que gran parte de ellas se las había mostrado Scorpius, por lo tanto le era inevitable pensar en él cuando las escuchaba. Aunque en cierta parte, cada letra le hacía pensar en el chico, y siempre llegaba a la misma pregunta de si algun dia, llegarian a algo. Porque si no, no le importaba, el lo que quería era que estuvieran juntos, y verle feliz. Pero si estaban juntos, prefería ser él quien estaba encargado de poder hacer de Scorpius, el más feliz.

Albus se dio la vuelta, mirando hacia la cama en la que el susodicho, leía tranquilamente.

«Quisiera ser yo el que lo hace sonreír, tal cual le hacía sonreir Rose cuando aceptó salir con el. Aunque pensándolo mejor, no quiero que las cosas pasen como pasaron entre ellos»

Comenzó a sonar una canción de la banda favorita de Malfoy. Albus se sacó un auricular.

—Hey, está sonando esa canción que tanto te gusta—le dijo ofreciéndole un audífono.

꧁Manos entrelazadas, Scorbus꧂Donde viven las historias. Descúbrelo ahora