"Idilio" - Hollins

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Dedicado a @chiscaria ♡





— ¡El coche va finísimo! — Exclamó. — Eh.. relájate un poco, que te pegue el aire y luego... vente a casa y trae un vodka. — Especuló con desasir.

— 10-4... — Escuchó mascullar al ruso con desgana.

— Y alegra esa cara, que te veo triste.

Colgó el teléfono, las cosas no salieron como había planeado. A estas horas se imaginaba ebrio, sin camisa y bailando con Viktor hasta que no le dieran las piernas.

Pero no pasó.

El novio murió, se vio obligado a entrar de servicio, tuvo al ruso haciéndose el tonto con sus indirectas y por si fuera poco, una reunión con la bruja de Maia fue la cereza del pastel para su día, teniendo que morderse la lengua cada que esta soltaba veneno sobre los demás.

Eso, más la llamada de Gustabo, lo dejaron más estresado y exhausto de lo que podría haber terminado en un after party.

Siguió conduciendo, esta vez sin rumbo fijo. Su necesidad de alejarse de pensamientos agobiantes lo hizo recaer inevitablemente en Collins y su regreso a la ciudad.

Había pasado mucho durante su ausencia...

Rememoró lo bien que se la pasaba a su lado mientras patrullaban, los piques durante los operativos y las cosas que hacían cuando se encontraban solos. Su tacto, su aroma y ese calor en su pecho que se hizo presente más tarde que pronto. Aquel sentimiento tan efímero cómo las noches que compartió junto al norteño.
Una idea descabellada afloró en su mente y esperando que el ruso no estuviera en la misma frecuencia, sintonizó la radio de la LSSD. — Ehh... Aquí FBI. ¿Terminaron con las prácticas?

— 10-4, vamos de salida. — Contestó casi de inmediato el hombre que deseaba escuchar.

— Vale, Collins, necesito informarte unas... cosas. ¿Paso a recogerte o...?

El hombre no contestó de inmediato, pareció pensarse bien lo que respondería a continuación. — ... Te espero en la entrada.

Cuando estacionó frente al ingreso del descampado, el rubio se encontraba apoyado en una de las rejas. Horacio bajó la ventanilla del auto, y devolvió con intensidad aquella mirada avellana que lo observaba a través de esos oscuros lentes de sol, durante esos segundos no hubo necesidad de palabras. Si bien había pasado tiempo desde la última vez que se encontraron solos, parecía que aquella conexión seguía intacta.

Collins subió al auto y él emprendió camino a aquel viejo motel del norte, el único testigo de aquello que todos sabían, pero ellos siempre se negaron en confirmar.

Dejó que todo fluyera, intercambiaron palabras amistosas y burlas que les hicieron rememorar los viejos tiempos. El rubio sabía perfectamente que el moreno no lo había citado con intenciones de hablar sobre trabajo, conocía aquel tono de voz y la ruta que el roche estaba llevando.

Y por supuesto que él no tenía problema alguno con seguirle el rollo. De hecho, había aguardado por ello toda la tarde, desde que lo volvió a ver.

Rieron, y al estacionarse, un simple roce cariñoso de la áspera mano por sobre su mejilla convirtió todo en fuego. Sus labios se unieron, al principio calmo, dejando que sus bocas se reconocieran hasta que el calor no tardó en inundar sus cuerpos. Choque de lenguas y alientos pesados fueron incentivos para abandonar el patrulla y pedir una habitación en aquel motel.

Horacio ingresó al cuarto gimiendo placentero, con la boca del hombre que en el pasado había poseído su cuerpo incontables veces besando y lamiendo la delicada piel de su cuello, así como apretando sus nalgas a través de la tela del pantalón.

BABY, COME WITH ME - SPAINRP/INFAMESDonde viven las historias. Descúbrelo ahora