Let me be... - Jackacio

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Al ingresar al local, las luces rosas, moradas y azules lo segaron durante un segundo. Fue como si hubiese llegado a un mundo totalmente ajeno al suyo.

Tanto mujeres como hombres colgaban de los tubos y modelaban en las jaulas que colgaban del techo. Los strippers yacían rodeados por hombres y mujeres de todo tipo, muchos de ellos portando sus mismas pintas: traje y corbata. Como si luego de un largo día de trabajo aquel lugar fuera su lugar seguro antes de tener que regresar a su realidad mundana y desdichosa.

Jack pasó de la barra —no estaba ahí específicamente para beber— y se fijó en todas las figuras danzantes, mujeres luciendo sus exuberantes pechos, rozándolos contra el rostro de algunos afortunados en el público y recogiendo del suelo los billetes que varios lanzaban en apremio a su demostración. De igual forma, hombres perfectamente depilados, algunos desnudos y otros portando diminutas prendas, luciendo su cuerpo con el fin de obtener las generosas propinas que su público estaba dispuesto a dar.

Jack suspiró con decepción, ninguno parecía ser suficiente para llamar su atención. Hasta que lo vió.

Al fondo del local, rodeado de luces, un moreno candente como el infierno daba vueltas por el tubo sostenido únicamente por uno de sus fuertes brazos. Con los ojos abiertos de par en par, se abrió paso entre el tumulto de gente que rodeaba al pole dancer atraído como mosca a la miel, hasta llegar al filo de la tarima para contemplarlo de cerca.

Aquella criatura de cresta fucsia bajó de la barra y sin menor esfuerzo hizo un spagat lateral, el público gritaba como loco empujándose, buscando obtener una buena vista o fotografía del cuerpo del moreno que ondulante posaba erótico al ritmo de la música, restegándose contra el piso con movimientos sexuales, dejando a relucir como protagonista el rebotar de sus gordos glúteos. Acarició sus pectorales boluptuosos, con pezones cubiertos bajo unas pegatinas en forma de corazón escarchados de color rojo. Aquel ángel de culo hermoso se contorneó hacia él y se apartó el tanga, separando con sus dos manos ambos glúteos, mostrándole su entrada libre de vello. Jack no dudó en sacar unos cuantos billetes de la cartera para dejarlos en su liga, justo en la cadera.

El show del moreno terminó más rápido de lo que imaginó, la música acabó y el joven sonriente tomó la gran cantidad de billetes que se habían quedado regados en el piso antes de irse tras bambalinas.

Palabras sueltas fueron escuchadas, el rumor de que aquel bailarín exótico era una joya "inalcanzable" atrajo el interés del hombre de cabellos azabache, que ubicando al par de seguratas que custodiaban las puertas del personal, supo cómo proceder.

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Alquilar una sala exclusiva para un baile privado salía caro, pero reservar al chico de cresta que le robó el aliento salió el doble de caro. Tal parecía que Hope era un diamante en bruto para aquel club, por lo que darse el gusto de verlo desnudarse por y para su placer visual era algo que sólo clientes exclusivos podían costear.

¿Pero qué hombre era más exclusivo que Jack Conway?

Esperó paciente en aquella sala rodeada de muebles de color rojo, una pequeña tarima se ubicaba en el medio para poder apreciar con más detalle a su servidor balancearse en el tubo. No era la primera vez que se aproximaba a un lugar parecido, pero sí la primera vez que iba a ese local y también en pedir un show privado.

Aquella costumbre se desató a partir de las continuas discusiones con su esposa, aquel cúmulo de infelicidad lo llevó a buscar entre cuerpos desnudos llenar aquel vacío que su mujer nunca pudo ocupar. Julia y él se casaron jóvenes, el amor duró poco más del primer año hasta que las peleas se volvieron constantes y ambos se quedaron enfrascados en una rutina donde ninguno era felíz.

BABY, COME WITH ME - SPAINRP/INFAMESDonde viven las historias. Descúbrelo ahora