Respira.
Respira ondamente una, dos, tres veces e incluso una más, porque sabe que si no controla los frenéticos latidos de su corazón, era probable que el ruso termine por escucharlos una vez se acueste a su lado.
Inhala y exhala repetidas veces en un vano intento de calmarse y que el color de su moreno rostro vuelva a la normalidad, porque yace rojo cual langosta hervida. Sabe que se está tardando, por lo que con manos temblorosas se retira la camisa, zapatos y antes de realizar otro movimiento se pregunta si debería quitarse las medias como lo hizo Volkov. ¿Se puso talco para pies esta mañana? No lo recuerda, tampoco quiere comprobarlo porque se moriría de verguenza si el ruso le dice algo al respecto, sea bueno o malo.
Desnudarse frente a extraños o andar por la vía pública en ropa interior mostrando su cuerpo nunca a sido causa de bochorno para él. Es una persona muy segura de su físico, le costó sudor y lágrimas llegar a verse así como para no lucir su cuerpo. Pero era Viktor quien estaba esperándolo, en la cama de su habitación de hotel. Y a pesar de que este se encuentre con los ojos cerrados en busca de alcanzar la fase Rem, Horacio no podía evitar sentire cohibido como si este lo estuviese estudiando de pies a cabeza.
«Sólo vamos a dormir Horacio, no tienes por qué estar nervioso», se recuerda. Pero contrario a encontrar la calma que tanto anhela, su corazón parece bombear con más fuerza y todo su cuerpo hormiguear en espectativa.
Y es que a pesar de que en repetidas ocasiones han dormido en la misma habitación —cuando uno de ellos terminaba en el hospital o como aquella noche donde Viktor veló por su sueño luego de que intentara tirarse del puente— nunca habían dormido así, en la misma cama, al mismo tiempo, juntos.
Sabe que ya tardó lo suficiente como para volverse raro cuando Viktor abre un ojo, lo mira y vuelve a cerrarlo volviendo a su posición de sueño anterior. Entonces decide que es ahora o nunca, se quita las medias rogando que no le huelan mal los pies y se acuesta al extremo contrario de la cama, justo a la derecha.
Es incómodo, realmente incómodo. Su cuerpo está casi al filo de la cama y de repente recuerda que ni siquiera a apagado la luz de la habitación antes de acostarse, lo cual hace que se sonroje aún más y se sienta increíblemente estúpido. Pero, como si Viktor adivinara sus pensamientos, lo soluciona rápidamente estirándo su mano para bajar el interruptor que está al lado de su cama, logrando que Horacio suspire en alivio y livere un poco de tensión.
Desde su perspectiva, la espalda desnuda del ruso se ve mucho más amplia y la diferencia entre sus complexiones más notoria. Sonríe al recordar lo bien que se siente ser abrazado por un hombre como Volkov, que es tan cálido a pesar de ser tan frío. Nota la respiración de este acompasarse a medida que los minutos pasan y mientras tanto se entretiene detallando en el tatuaje que ambos compartes, los detalles de este y la constelación de pecas que el ruso posee en la piel de su espalda, estas casi ni se notan —nunca las había notado hasta hoy— pero ahí estaban.
Se permite acercarse más, ya no está al filo de la cama, Volkov yase dormido, el cansancio y efecto de los analgésicos han hecho mella en él dejándolo rendido al sueño, contagiando a Horacio en minutos, ya que en un juego de acompasar su respiración con la del amor de su vida, a empezado a bostezar.
Entonces pasa.
Volkov gira y balbuceando palabras inintelegibles apresa entre sus brazos a Horacio, quien ante la sorpresa está rígido como una tabla y con los ojos abiertos de par en par.
Se obliga a pellizcarse ya que piensa que es un sueño maravilloso, pero no, es la realidad. Viktor suspira complacido por el calor que desprende el cuerpo de Horacio y vuelve a relajarse, es entonces cuando el moreno decide que es su oportunidad y enreda su brazo al rededor del abdomen del ruso, cuidando de ser delicado y no perturbar el sueño del mayor. Cuando lo logra, en su cara se planta una sonrisa de oreja a oreja, quiere chillar y reir como un loco pero se conforma con también enredar sus piernas con las de Volkov. Es la mejor noche de su vida y no puede esperar a que sea de mañana. Y es entre fantasías que se queda dormido entre los brazos de su amor.
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Volkov gruñe con fastidio, no han juntado las cortinas la noche anterior y el sol de la primera mañana le da en toda la cara obligándole a despertar.
Una fuerte de calor se aferra a su torso desnudo, Horacio ronca y refunfuña entre sueños. Una fina hilera de saliba cuelga de la comisura de su barbilla y a Viktor no podría parecerle más gracioso. Se asegura de cerrarle la boca con cuidado y secarle con el dorso de la mano, sorprendentemente, no le molesta aquello para nada; y se siente realmente cómodo considerando que amaneció enredado hasta las piernas con su compañero de trabajo y amigo.
Claro... "amigo".
Sigue llamándolo así porque la situación lo apremia. Están pasando demasiadas cosas y la preocupación de que algo le pase a Horacio no le deja tiempo a decirle que ya está más que listo, que lo ama, y si lo acepta, quiere estar a su lado en el lugar que sea, de ser posible por siempre.
Pero no lo hará, no hoy por lo menos. Aspira el aroma de los cabellos tinturados y deja un beso en su frente antes de salir cuidadosamente de la cama, la naturaleza llama y su mascota también. Mika se apersona dentro de la habitación reclamando alimento, Volkov sisea haciendo un gesto para que su gata guarde silencio. Aquello le parece una buena idea hasta que esta se sube a la cama de un salto y reclama con mayor volumen. Horacio se remueve y al ruso no le queda de otra que mandar al demonio sus ganas de ocupar el inodoro para tomar a su gata en brazos y llevarla a donde tiene su cuenco.
Hace todo con diligencia y se mete a la ducha porque quiere verse presentable. Un día normal lo habría llevado a correr una hora por la zona y quedarse así hasta que den las doce, pero esta mañana quería hacer el desayuno para Horacio. Sin embargo, sus planes no salen tal cuál los planea. Horacio está tan dormido, que si no roncara ligaramente pensaría que había entrado en coma. Ya eran las diéz menos cuarto y el desayuno que preparó estaba más que frío, los programas matutinos ya no eran entretenidos y realmente no sabía que hacer. ¿despertarlo? No tenía el corazón, se le veía tan cómodo entre sus sábanas que la sola idea de perturbar su sueño le parecía aborrecedora.
Se queda velando su sueño por minutos, hasta que un bostezo se convierte en realización. No había necesidad de iniciar aún el día, si Horacio no lo hacía ¿por qué él si?
Con ese pensamiento regresó a la cama, sin importarle ya los formalismos atrajo el cuerpo del moreno hacia el suyo en un abrazo, Horacio se reacomodó y Volkov suspiró complacido al sentir el calor de su cuerpo. Fue entonces, que el de cresta despeinada entreabrió sus ojos y murmuró:
—Ya te habías tardado.
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Soñé esto la noche en que estos dos se durmieron juntitos ❤
En mi imaginación fue increible y Momon me re cagó mandando a Volkov a trabajar y Perchas haciendo que Horacio desprecie las tortitas del ruso :(
En fin, este escrito se iba a quedar conmigo pero al final decidí compartirlo con mucho amor para ti, mi estimado lector *muak* *beso con baba*
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BABY, COME WITH ME - SPAINRP/INFAMES
FanfictionConjunto de AU's +18 de diferentes ships de Spainrp e Infames. (En mayoría Volkacio)