Mi hermano

81.5K 567 15
                                    

Cuando despierto, siento una parte de mi cama húmeda. Confusa, toco con mi mano para inspeccionar.

Deslizo mi dedo índice por toda mi vagina. Estoy completamente mojada. ¿Qué rayos soñé anoche?

Restándole importancia al asinto, bajo a la cocina a desayunar. Mi hermano, Logan, se encuentra tomando café.

—Buen día —saludo—

—Buenas —devuelve— ¿Te sientes bien?

—Claro, ¿Por qué lo dices?

—Gritaste como loca por la noche —comenta con una sonrisa pícara y siento mis mejillas arder— Por cierto, lindo pijama.

Bajo la vista y me doy cuenta de lo que llevo puesto; un simple remerón que cubre el comienzo de mis muslos y marca sin disimulo mis erectos pezones.

—¡Oh! No me di cuenta. Iré a cambiarme.

Subo las escaleras casi a las corridas. Claro, sosteniendo mi remera por detrás para que no se levante.

...

Cuando llega la noche, quito toda la ropa que llevo encima y la reemplazo por una remera corta para dormir.

Me recuesto en mi cama y cierro los ojos, intentando conciliar el sueño. Sin embargo, se me hace imposible.

Del aburrimiento comienzo a pensar en lo que hice durante el día y cómo amanecí esta mañana.

Las ganas de tocarme comienzan a aparecer, cosa que hago. Comienzo a masturbarme con ganas, y en el momento en el que estoy por sacar un consolador de mi mesita de noche, oigo la puerta abrirse con lentitud.

Quito la mano de entre mis bragas con rapidez y finjo hacerme la dormida. Una parte del colchón de mi cama se hunde, indicando que alguien se acaba de sentar a mi lado.

Sarah —dice Logan— ¿Estas dormida?

No obtiene respuesta de mi parte. Sin embargo, no parece querer irse.

Segundos después en los que permanece sentado, siento como corre mi remera hacia arriba y posa uno de sus fríos dedos justo en uno de mis pezones, causando que este se endurezca al instante.

Lo acaricia con sutileza y luego lo pellizca, lo suficientemente delicado como para no despertarme, supongo.

¡¿Qué rayos está haciendo?!

Quedo paralizada en el momento que siento su mano correr mi tanga hacia un costado. Con su dedo recorre mis labios internos y luego le da toques a mi clitoris.

—¿Acaso alguien se estuvo tocando que está tan mojadita? —murmura con un tono burlón—

Intento no moverme ni retorcerme. Mis ojos permanecen cerrados, sin la menor idea de cual será su próximo movimiento.

Logan me introduce su dedo índice dentro de mi agujero. Estoy tan lubricada con mis propios jugos que apenas logro sentirlo. Lo sube y baja con lentitud.

—Que rica estás, zorra.

Mi hermano vuelve a correr mi remera y, al segundo, siento su boca succionar mi pezón derecho mientras que con sus dedos estimula mi citoris.

No puedo contener dicha debilidad y dejo escapar un gemido. Instantáneamente, Logan se aleja.

—¿Sarah?

No respondo e intento continuar con mi papel de dormida. Sin embargo, mi hermano parece haberse asustado y a los pocos minutos oigo la puerta cerrarse.

Giro la cabeza con mis ojos entreabiertos y suelto un bufido del disgusto. Me dejó sola. El idiota se marchó y a mi no me queda otra opción que continuar con mi anterior masturbación.

relatos eroticosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora