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•Tres meses después•

-Tienes suerte- hablo el hombre que vestía ropas formales -O tal vez sea tu inteligencia la que te salvó esta vez-

-Como sea, espero que el estado te pague bien- contestó el castaño ignorando las palabras del abogado.

-Si no hubieses ocultado tan bien tu identidad, en este momento estarías en la carcel- recibió una mala mirada de parte del menor quien solo hizo un saludo con la cabeza y comenzo a caminar en la dirección contraria al hombre.

Tres meses habían pasado, tres meses en los cuáles estuvo en una celda encerrado esperando por el juicio. Su lesión en la cabeza ya había sanado, y el juicio lo habia favorecido, alegando que no habian pruebas concretas de que el haya asesinado a varias personas. Había quedado libre, pero no podía fiarse, él sabía sobre sus delitos y de los familiares de sus víctimas, los cuáles solo querian verlo tres metros bajo tierra. Razón por la cuál ahora se encontraba con una gorra y cubrebocas negros, para no ser reconocido por nadie.

Tres meses de los que no sabia nada de Jungkook, se le había enviado una solicitud para asistir al juicio, pero no fue... no sabía absolutamente nada de él desde la vez que lo vió en el hospital de la carcel.

Por eso en ese momento estaba yendo hacia su casa, aunque la verdad le llevaría bastante tiempo, no contaba con dinero para tomar un taxi, así que tendría que caminar.

Mientras tanto en la casa de los Jeon se encontraba la señora Minsoo intentando entrar a la habitación de su hijo.

-Hijo abre la puerta y habla conmigo- se escuchaban los hipidos del llanto desde el otro lado -¿Que pasó?¿Alguien te hizo algo? Déjame pasar-

La habitación se encontraba a oscuras, con el pelinegro sentado en el suelo a los pies de la cama, ocultando su rostro entre sus rodillas y derramando lagrimas como para mojar sus prendas.

Estos últimos meses habia sufrido todo tipo de abusos por parte de sus compañeros, desde que Taehyung fue preso su vida habia perdido esos colores y la alegría que le generó el conocer al castaño.

Muchos de sus compañeros habían aprovechado que el chico sombrío y que emanaba un aura pesada, digna de una pelicula de terror, ya no estaba en la institución. Golpeando o insultando al pelinegro, sabiendo que él no iba a defenderse. Un claro acto de cobardía por parte de los agresores que claramente estaban causando repercuciones en Jungkook, quien lloraba cada vez mas en las noches destruyendo sus horas de sueño.

Ya no sonreía como solía hacerlo, porque ante todos sus acosos escolares intentaba mantenerse feliz, pero eso ya no estaba funcionando.

Estaba cada vez mas roto, se sentía vacío, su cabeza era un desastre de pensamientos, lo único claro era que extrañaba a Taehyung. Sabía que el juicio era a los tres meses que Taehyung fue preso... esos tres meses ya pasaron, y no recibió notícia alguna. Ni siquiera por parte del director, a quien de vez en cuando cruzaba por los pasillos de la institución. No sabía que pasaba, estaba asustado.

Escuchaba voces, mezcladas con las súplicas de su madre diciendole que habra la puerta. De nuevo todas las voces que alguna vez lo juzgaron... lo despreciaron, e insultado. Poco a poco la poca vida de este se estaba yendo, un alma rota por tanta estupidez social, toda una vida de niñez y adolescencia arruinada. Con una mirada cristalina por tantas lágrimas, miraba hacia la ventana, aunque no precisamente el cielo nublado, si no más bien no tenia rumbo fijo. Una mirada perdida...

El pelinegro hizo uso de la poca fuerza de voluntad que le quedaba, levantándose para ir hacia su desordenada mochila que se encontraba en una silla, no habia tocado sus hojas de estudio en varios días. De la mochila saco una hoja, pero no de papel, una mucho mas peligrosa, una filosa hoja de metal. El arma que terminaría con el sufrimiento del joven.

Ilusión | Vkook |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora