—Oh.. ¿Entonces no eres de aquí?El otro niño negó en respuesta. En realidad mentía al negar, nisiquiera estaba seguro de su verdadero origen como para confirmar o denegar si era de Mondstadt, pero por alguna razón sentía que jamás pertenecería sin importar cuantos años pasaran.
Estaba acomplejado.
—No.. Saber.
—Oh.. ¡Me pasó lo mismo! Mis papás dicen que me encontraron cuando era muuuy pequeño y desde ese entonces fuí su consentido, pero cuando les pregunto dónde fue eso no me dicen.
Era gracioso, en el poco tiempo de conocerse ya sentían que se parecían un poco. Su origen no fue exactamente el mismo, pero podían identificarse con un par de cosas.
Aunque sus reacciones al tema solían ser muy distintas, mientras que Bennett lo recuerda entre unas pequeñas risas Razor no puede evitar sentirse intrigado y ligeramente triste, ambos tenían sus razones para ser así.
Irónicamente el más surtudo de los dos terminó siendo el que tiene mala fama por su suerte terrible, era algo gracioso.
El pequeño bajó un poco la cabeza, su mirada estaba perdida. Bennett notó que no se mostraba cómodo ni mucho menos seguro en el entorno tan pegostioso que era Mondstadt por el simple hecho de tener tantas incógnitas sobre su origen que solo lo perjudicaban.
—Razor jamás pertenecerá a Mondstadt..—Murmuró.
—¿Qué cosa?
Este no alcanzó a escucharlo, el otro tampoco repitió lo anteriormente dicho.
Bennett pensaba que no habría problema ya que podría preguntarle después. La capital no era el lugar más grande de Teyvat, sí o sí volverían a encontrarse si Bennett preguntaba a un par de personas sobre su tutora.
Pero estaba equivocado, era como si todo lo ocurrido en ese jardín hubiera sido solo un sueño y en realidad ese niño de cabellos grises y ojos profundos color carmín nunca hubiera existido y solo hubiera sido producto de su imaginación como mecanismo de adaptación por no poder entrar al dichosos jardín con alguien.
Pero algo muy en su interior me gritaba que esta vez no era el caso, por ende no lograba olvidar sus características más presentes con el pasar de los años como con los otros sueños que tuvo.
Y resulta que sus instintos tenían razón, ese niño tierno y desorientado pasó a convertirse en un jóven totalmente diferente. De apariencia salvaje pero a pesar de todo mantenía un peculiar encanto que se complementaba de manera impecable con su mirada, su ropa llena de detalles rústicos y poco convencionales juntos le daban un aura de misterio.
Y claro, no podía olvidar su pelo largo y llamativo, lo hacía ver.. ¿Apuesto? Jamás había usado esa palabra en otro chico, pero ahí estaba.
Todo estaba igual, pero cuando miraba sus ojos notaba que no brillaban como antes. Eran igual que los suyos en ese aspecto.
—Esto.. ¿Hola?
El solo hizo un ademán con la mano en señal de saludo, no estaba muy seguro de si era buena idea mostrarse inofensivo ante el cenizo. Pero confiaba en que lo que recordaba no lo traicionaría, eso sí, todavía quería mantenerse algo reservado por cuestiones meramente personales que siempre fueron parte de él.
—Oh, gracias a Barbatos. Por un momento pensé que metí la pata.
No se sentía en peligro, eso era una buena señal.
—Ha pasado tiempo, esto..Razor, ¿Era así?
El otro asintió.
—Y tú.. Bennett, ¿No?
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Lobos de favonius |Bennett & Razor|
FanfictionAmbos eran tan idénticos, llenos de cicatrices tanto físicas como mentales gracias a lo duro que decidió jugarles la vida, sin embargo, a la vez eran diferentes, lo suficiente como para considerarse interesantes el uno al otro .. Los personajes no...