"Sol y Luna"

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–Y bien, ¿Qué te parece?

El dueño de aquella voz dió una vuelta para que la otra persona junto a él pudiera tener una vista completa de aquello que le quería mostrar. Era un traje formal, pero con varios detalles para "no perder tradiciones" como a él le gustaba decir. Estaba feliz.

–¿Este año sí vas a asistir? Pensé que le habías perdido el gusto a estas cositas.

Le dió una mirada rápida, realmente le gustaba lo que veía, pero se mantuvo totalmente indiferente. Después de todo él también se estaba probando el suyo.

–Creo que es bastante obvio por qué lo hago, Ciel..

El mencionado rodó los ojos.

–Cierto, cierto, que de pronto te gustan los humanos.

El de ojos más claros bufó algo ofendido ante aquella insinuación, pero tampoco tenía ganas de discutirle nada.

–¿Y tú qué? También estás yendo, pero careces de un agape..

Se le acercó a paso lento.

–No puedes ni arreglarte el cuello, ¿a qué vas?

Prefirió arreglarlo él mismo, pues ya le estaba dando un toc.

–¿No es demasiado obvio? La comida es genial, además. Este año estás yendo t-

Se quedó sin aire un segundo cuando el cuello de su corbata fue apretado excesivamente, el otro no tuvo que oir la oración entera para saber a lo que se refería.

Soltó su corbata de inmediato, con arrepentimiento por su reacción tan precipitada y violenta. Pero mantuvo una pausa en lo que el otro masajeaba su cuello.

–Por favor no me hagas bromas así, hace tiempo te dije que no son graciosas, ¿Verdad?

Ciel asintió, poniéndose serio.

–Sí, si, perdona.

De pronto escucharon un toque en la puerta.

–Pase.

Entonces, la puerta fue abierta brevemente por una señora pequeña, la cual se asomó para ver a los presentes.

–Lamento si interrumpo, ¿Si van a querer los trajes, jóvenes?

Incluso en un lugar tan salvaje como el abismo, existía una sociedad que no todos conocían. Era el reino de la princesa del abismo.

Cada año, en el primer eclipse lunar, dos almas opuestas que reflejen ambos cuerpos estelares quedarán unidas, creando un vínculo el cuál solo la muerte puede romper.

Aquellas almas cuyos vínculos fueron rotos contra su voluntad, rara vez están destinadas a encontrar a su alma ideal de forma natural. Sin embargo, ese no era el fin del mundo. Existían diversas formas, a ellas recurrían esas almas que ya no podían con el vacío en su interior.

–Hey, Ciel.

Ya habían salido de la tienda, caminando juntos para regresar a su hogar, pasaron por un pequeño lugar de postres.

El mencionado solo lo miró.

–¿Sí?

Eros detuvo el paso para que el otro también lo hiciera, quedando frente a frente.

–¿Y esto?

–Por lo de hace rato, me faltó pedirte disculpas.

Eros apretó una pequeña bolsa antes de entregársela.

–Perdoname, en serio.

Se tomó el asunto mucho más personal que el otro, pero tenía sus razones para hacerlo aunque nadie pudiera comprenderlas en primer lugar, ni siquiera él.

Lobos de favonius |Bennett & Razor|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora