Naranja ~GoYuu~

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(Chico x chico)

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(...)

Yuuji vestía una sudadera que a Gojo le fascinaba.

—Yuuujiii.

El nombrado volteó con una rebanada de pan en su boca, bastante tierno para los ojos impuros de Satoru. El albino le sonrió, como solo él sabía hacerlo y se acercó al peli rosado tomándolo por los hombros.

—¿Si, Gojo-sensei? —Respondió, Itadori, con la rebanada, ahora en su mano.

El olor inconfundible a canela que desprendía Yuuji se impregnó en las fosas nasales de Satoru, dejándolo momentáneamente embelesado.

—¿Me das pan?

De pronto, Megumi ya tenía su vista puesta en Gojo, observando con una ceja alzada la situación, a la par que comía una galleta.

—Claro, sensei. —Entonces, es ahí cuando el albino abre la boca para recibir la tan ansiada rebanada, pensando que Yuuji le daría de su misma rebanada; pero Gojo Satoru no cayó en cuenta que Itadori tomó otra llevándola hasta la boca de su sensei.

Gojo parpadeó unos segundos cayendo en cuenta de lo que acababa de pasar. Él solo quería de la rebanada de Yuuji. Su mirada azul fue a parar a un peli negro que acaba de toser, disimulando una risa que se le quería escapar. Satoru formó un puchero con su boca y tomó la cintura de Itadori, acercando más su rostro, ahora dejando que un suave rosado coloreara las mejillas del peli rosado.

—¿Qué pasa, Gojo-sensei? —Habló el peli rosado mirando al albino con sus ojos miel, de manera inocente mientras le daba una mordida más grande al pan.

Satoru sintió su corazón desbocarse al ver esa hermosa mirada color miel que le daba Itadori. Carraspeó tratando de concentrarse y habló:

—Esta rebanada no me sirve, tienes que darme de la tuya.

—¿Eh?

—Es una orden de tu sensei.

Para estas alturas Megumi estaba rodando los ojos y estuvo a punto de replicar que ya no molestara a su amigo, hasta que notó como el peli rosado reía y, seguidamente, le daba de su propia rebanada a Gojo.

—¡Sensei! ¿Qué hace? —Reía Itadori cuando las grandes manos de Gojo tomaron toda la cintura de Yuuji; el albino reía de igual manera, mientras picaba levemente las costillas de su alumno. Un peli negro tenía el ceño fruncido y una ceja alzada; sin embargo, no dijo nada, yéndose, dejó a la pareja disfrutando de su jueguito. Luego le recordaría a Gojo-sensei que había una misión para más al rato.

...

La misión fue todo un éxito. Les costó, eso sí, pero finalmente podrían darse un merecido descanso.

Iban caminando, los cuatro, por las calles casi vacías de la ciudad. Megumi llevaba las manos en los bolsillos, Nobara iba hablando sobre querer comprar algo que realmente no le estaba prestando atención y Yuuji molestaba a Fushiguro para que fueran a ver películas el siguiente fin de semana, hablándole también de una muy buena y que recomendaba muchísimo.

Satoru iba caminando detrás a ellos, con una pequeña sonrisa adornando sus labios. No dejaba de ver a Yuuji, y el cómo su bonito cabello rosado bailaba con el frío viento.

Solo fue cuestión de segundos, cuando Gojo notó que el sol comenzaba a bajar, que el oji azul aprovechó la pequeña distracción de la peli castaña y el azabache para tomar a Yuuji de la mano y arrastrarlo con él. El peli rosado lo miró confundido y apenas iba a decir algo, cuando Gojo puso su dedo índice en sus propios labios, como diciéndole en silencio que no hablara. Yuuji asintió, aún sin comprender.

Y sin más, ambos desaparecieron sin dejar rastro.

—...¿entonces qué opinas de esta nueva falda, Yuuji? —Llamó Nobara volteando a un lado donde estaba su amigo. —¿Yuuji? —Parpadeó, incrédula, no veía a Itadori... y mucho menos a Gojo.

Megumi solo suspiró y se encogió de hombros.

—Sigamos, Kugisaki.

—¿Eh? Pero, quiero saber a dónde se fueron estos tipos. —Kusgisaki hizo un puchero y resopló. Fushiguro volvió a suspirar.

—Créeme, no importa que sepamos a donde fueron. Mientras Itadori esté con Gojo, estará bien.

Nobara, sin creerlo siguió replicando, hasta que Megumi la calló, alegando que podrían ir a un restaurante a comer sushi ya que ellos dos no estaban.

Fushiguro era el único, por el momento, que sabía de la relación que guardaban Gojo-sensei e Itadori. Pero admitía que ardía en ganas de poder decirle a Kugisaki sobre ello; sin embargo, no lo hizo.

...

—Gojo-sensei ¿Dónde estamos?

—Mira por ti mismo, Yuuji y admira.

Ambos se encontraban en alguna colina, bastante retirada de la ciudad... Yuuji observó de igual manera como los árboles enormes se mecían por la suave y fría brisa de aquella tarde-noche y el césped debajo de ellos igualmente meciéndose suavemente. inconscientemente Yuuji se abrazó así mismo cuando una brisa más fría y fuerte le dio de lleno, entonces fue ahí cuando sintió dos largos brazos tomar su cuerpo con suavidad. Itadri dejó de sentir menos frío y su rostro se calentó.

—Mira al frente, Yuuji. —Susurraba Gojo a la oreja del peli rosado. Itadori le hizo caso y todo su cuerpo sintió una enorme emoción al ver el hermoso atardecer frente a él.

Se veía de un tono entre amarillo y naranja, casi combinados, las nubes daban un paisaje precioso, siendo llevadas por el viento con lentitud. Era algo tan maravilloso que Yuuji no pudo quitarle los ojos de encima por un largo rato.

—¿Te gusta? —Pregunta Satoru moviendo sus manos al estómago de Itadori, descansándolas en ese lugar. Yuuji asiente con la cabeza acomodándola en el hombro del mayor.

—Me encanta.

Entonces, es ahí donde Satoru hace un rápido movimiento tumbando a ambos en el césped, quedando Yuuji entre las piernas del más alto.

—¿Sabes? A veces creo que necesitamos un tiempo para nosotros...¿Qué tal si venimos aquí cada que podamos?—La voz de Gojo arrulla un poco a Yuuji, pero este solo atina a sonreírle con cariño.

—Todas las veces que sean necesarias, sensei. Porque me gusta estar con usted. —Suelta Yuuji sin más. Satoru agradece que no lo estaba viendo, sino se daría cuenta del enorme sonrojo que ahora mismo adornaba sus mejillas.

Entonces, ambos se quedan admirando el precioso atardecer y sin decir palabra alguna Yuuji voltea a ver a Gojo y este le regala una sonrisa, sonrisa que es correspondida; Itadori, después, toma la mejilla del albino y hace que se acerque a su rostro

El peli rosado comienza a cerrar sus ojos y, con una lentitud casi insoportable, sus rostros se acercan hasta que los labios de Gojo toman posesión de los de Yuuji.

Y el beso comienza frente a un atardecer desapareciendo de su vista.

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Fin.

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¡Hola!

Gracias por leer hasta acá:3

No es mucho, pero es trabajo honesto.

Espero les haya gustado uwu

Beso de sangre [Jujutsucreepytober2021]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora