Beso de sangre [Jujutsucreepytober2021]

Tú eres la esposa ~GoYuu~

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(Chica x chico)

~Yuuji fem~

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A pesar de los múltiples intentos de Yumi, por hacer que Gojo permaneciera en casa; cada uno fracasaba.

Entre lágrimas escondía su cabeza en sus manos, sollozando cada que veía como su querido esposo se iba como si nada de la casa. Como si Yuumi no supiera que este tenía amantes.

Claramente el corazón le dolía, como si cuchillos fueran clavados profundamente en su interior. La peli rosada respiró profundo y soltó el aire lentamente, se limpió las lágrimas con el antebrazo y bajó de la enorme cama matrimonial que, aun después de todo, compartía con el albino.

Yuuji todavía lo seguía amando, aunque se le hacía extraño la manera en que ella era tratada, aún con respeto; a pesar de que le eran infiel ¿Por qué Gojo...? Prefería mejor no pensar en eso y seguir haciendo lo suyo, lo cual era cuidar de la casa en ausencia de su marido.

...

Gojo salía del hotel donde fue a encontrarse con una muchacha de vestimentas llamativas, le pagó a la mujer y se despidió con un beso casto en sus labios. No miró atrás, a pesar del llamado insistente de la fémina que le pedía que se quedara un poco más. Gojo hizo oídos sordos y siguió su camino hasta el carro negro estacionado frente a la acera. Se adentró a este, metió la llave y arrancó.

En el camino pudo visualizar una florería aún abierta a pesar de la hora que era aquella fría noche. A Satoru no le importó y, estacionándose frente a la florería, salió del carro y se adentró a la tienda.

Salió con un ramo considerable de rosas en la mano y volvió al auto. Aceleró esta vez queriendo llegar pronto a su hogar.

Al llegar a casa y entrar por aquella enorme puerta, el olor inconfundible de comida casera llegó a sus fosas nasales; sonrió y se encaminó hasta la cocina, con el ramo de rosas en su mano izquierda. Gojo se detuvo justo detrás de su esposa y, con su mano libre, la tomó de la cintura haciéndola dar un respingo.

—¡Satoru! — regañó, volteando con una cuchara llena de salsa de tomate —. No me asustes así —el nombrado solo rió y, si decir nada más, le enseño el ramo a su mujer, quien abrió los ojos con grandeza. No pudo evitar que un tenue sonrojo adornara sus tigreñas mejillas.

—Perdón, pero es que te veías tan linda toda concentrada —comentó el albino, dándole un beso corto en los labios ajenos. — Ten, para ti, mi linda esposa.

El estómago de Yumi dio un vuelco junto a u corazón que palpitaba inmensamente feliz. A pesar de saber que su esposo hacía lo que hacía, no podía evitar emocionarse con aquellas acciones de parte de él.

Lo seguía amando demasiado, como la primera vez que se conocieron.

Satoru siguió viendo a su mujer yendo de un lado a otro por la cocina. Las flores las puso en un florero considerable con agua limpia y lo acomodó en medio de la mesa de madera.

No podía dejar de admirar aquel esbelto cuerpo de su preciosa esposa y unas tremendas ganas de tomarla ahí mismo aparecieron de repente. Sin embargo, Gojo mordió su labio con fuerza y apretó los puños.

No podía hacer eso, se supone que ya no sentía nada por ella y por eso salía con otras mujeres... y, sin embargo, todo de la peli rosada le seguía atrayendo; su olor, su cuerpo, sus ojos y su sonrisa que siempre lo levantaban de buen humor durante las mañanas.

Quizá todavía existía algo de cariño hacia la mujer frente a el en su pútrido corazón.

Todavía seguía siendo su preciosa esposa.

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Fin.

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¡Hola!

Espero les haya gustado uwu

Muchas gracias por leer :3