22.- La boda

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Una boda bien organizada, esperada y sobre todo deseada por ambas partes, suele ser el evento más importante, lleno de ilusiones y suspiros bastante nerviosos que hacen a sus corazones enloquecer porque aquel tan anhelado momento llegue. El poder estar junto a la persona que amas con tu vida entera y con la que, no importan los problemas, las discusiones o la falta de palabras, quieres hacer todo. Irte de luna de miel a algún hermoso lugar, disfrutar plenamente la vida.

Suele ser el momento más esperado por muchas parejas, planeado por meses para que nada salga mal. Inclusive las palabras que se dirán frente a las personas que los acompañan son importantes y quizás es por ello que ahora mismo siente que el aire le falta.

No quiere estar ahí. No quiere estar ahí con ella, ni siquiera necesita decirlo, todos los saben, sus padres sobre todo, que le insistieron a muerte que no lo hiciera, que de alguna manera lograría dejar atrás a Lee JungWoo. Ni siquiera porque Lee Felix se lo pidió llorando un día atrás mientras le recuerda sus años de escuela en Seúl.

Todo esta mal. Desde un inicio estuvo mal. Porque él aceptó la petición con el corazón hecho mierda, sintiéndose un juguete con el que se habían divertido y luego desecho. No había pensado en las posibilidades a futuro, ni siquiera el como estaría la persona que verdaderamente lo ama y él ama, porque no pudo. Simplemente quería que aquel chico sufriera lo mismo que él, al enterarse de su boda. Pero ahora, resultaba ser él quien siente todo el mundo darle vueltas mientras le falta el aire y siente a sus piernas temblar como nunca temblaron antes. Todo su cuerpo se siente pesado, cansado y lleno de estrés.

No es normal y él lo sabe.

-Honnie. - el llamado que prohibió años atrás resuena en sus oídos con la voz de la única persona que lo enloquece y sabe que está mal cuando al girarse para encontrarlo, no hay nadie y es solo su reflejo burlándose de él. Como viene pasando desde que regresó a Seúl y se entero que Han JiSung también estaba ahí.

Se acercó al espejo, sintiendo como todo su interior arde, como su sangre hierve de una forma extraña mientras el reflejo continúa riéndose de él, mientras el muchacho frente a él le insita a hacer lo que no debe, pero que siente mejor en su interior. Su reflejo sólo puede transmitirle la palabra que viene definidolo durante los últimos cuatro años encerrado en aquel internado.

Cobarde.

Él saber perfectamente bien que lo es, que lo fue y que lo seguirá siendo si no va y arruina ese teatrito estúpido con Jihyo. El siempre fue una persona impuslviva, desobediente, arriesgado, siempre llevando la contraria a todos y por todo. No había día en su vida en que no encontrará una aventura nueva con JiSung o sus amigos. Y quizás era eso lo que necesitaba, alejarse de todo lo que por un tiempo fue su realidad para poder recuperar lo que siempre debió ser.

Sonrió de lado a su reflejo y después de darse una última arreglado al saco, tomó su celular y marcó el número telefónico que ya se había aprendido y con el que esperaba poder conseguir algo, lo que fuera. No importa si es un regaño por estar arruinando todo lo que ahora tenía. Camino por el pasillo de su casa hasta el inicio de las escaleras y después de bajar cada uno de los peldaños fue directo a la terraza, donde se encontraba toda su familia, amigos y gente que la verdad le valía una mierda.

Porque el tiene 22 años, esta joven y no tiene ni las mínima idea de lo que quería hacer con su vida, porque él estaba enamorado de alguien que es completamente diferente a la chica con la que planeaba casarlo y porque tuvo que verse en el espejo una vez más para decirse que las locas ideas que abundan en su cabeza, no siempre son locas y son bastante claras.

Porque tomar malas y locas decisiones no está mal cuando te llevan a la libertad, porque arruinar tu presente para construir tu nuevo futuro suena tan divertido como loco.

Así que, quitándose la corbata y despeinado su cabello le arrebato el micrófono al señor que se encontraba parado frente a toda la familia, miró a su hermano, papás y primos que estaba muy confundidos sin entender y sonrió de aquella forma que alteró a todos los Lee.

Porque conocían esa sonrisa de lado que iba acompañada de problemas y porque ya se estaba tardando en arruinar algo tan importante con su propia boda.

-Bueno, yo se que ustedes me estás mirando mientras se preguntan quién mierda soy. - empezó y la mirada de Lee JungWoo cayó en él con más peso del que imaginó. - bien, yo soy el ex novio de Jihyo y digo ex porque ni imbécil, drogado, borracho o apuntó de morir me caso contigo, no puedo y tampoco quiero porque por más que lo intente, no funcionó. Y aquí es donde viene la famosa frase: "no soy yo, eres tú" - Rió bastante fuerte por el micrófono mientras mira fijamente al señor que tiene por abuelo y le sostiene la mirada con la mayor hostilidad del mundo. - puedes encerrarme, alejarme de mí familia, querer cambiarme una y otra y otra vez, pero que te quede claro, Lee JungWoo abuelo, que tu nieto siempre fue, es y será gay. - dijo y sus primos solo pudieron sentirse libres al tener a semejante familiar como lo era Lee MinHo. - ¡animo, gente! ¡Que si no la entierro, me la entierran!

Y salió corriendo con su madre que no podía parar de reír mientras lo observaba. Iba a tener problemas hasta para bañarse con ellos por lo que acababa de decir, pero le importaba una mierda todo eso. Porque al fin se sentía Lee MinHo otra vez, porque al fin estaba siendo feliz y porque al fin podría hacer lo que le cante sin que un señor amargado homofobico ridículo se lo impida.

-Ya se, estoy castigado de por vida. - dijo abrazándose a su madre sin ninguna intención de alejarse. - pero debo irme o me llevarán de nuevo lejos. Te amo, mami.

Después de eso, y de besar la mejilla de Lisa, definitivamente salió corriendo mientras se quitaba el saco y arrojaba el absurdo anillo que había adornado su dedo por cuatro años. Sintió el viento frío golpear su cara despeinadolo más y grito tanto como quiso y pudo en medio de la calle deshabitada. Grito mientras las lágrimas lo traicionaban y una sonrisa adornaba su cara. Podía estar llorando, pero definitivamente no era un llanto triste, si no uno lleno de bastante alegría por recuperarse a si mismo después de esos años.






























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Bueno...

Quejense aquí si lo necesitan

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Crazy decisions #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora