En otra vida.
"Mirio." Decir su nombre era un recordatorio doloroso, uno que sabía a flores agrias en los días soleados, con una pizca de nubes grises, "Mirio." Esta vez dije su nombre casi en un susurro, repitiéndome a mí misma para dejar que esa sensación amarga hirviera a fuego lento en mi lengua y se extendiera por mi paladar, pareciendo más una limonada en los días de lluvia y poca miel en un té demasiado negro. Su cabello rubio estaba cuidadosamente peinado hacia arriba, ni un solo cabello fuera de lugar, su piel pálida sin una mancha a la vista. Era tan perfecto que me enfermaba. Sus dedos abrazaron mi cintura un poco más fuerte, el más leve indicio de un ceño fruncido tiraba de las puntas de sus labios.
Mantendríamos todas nuestras promesas.
"(T/n)." Su voz casi me sonó extraña con la forma en que usó mi nombre, el veneno se extendió a través de su tono de una manera tan fascinante, nunca había conocido ese lado de Mirio. Nunca pensé que ese lado sería para alguien como yo. Forcé una sonrisa educada, alejándome de su toque y pasando mis manos por mi camisa para enderezarme. "¿Qué estás haciendo tú aquí?" Nuestras miradas se encontraron en el momento en que habló, una colisión accidental, una que estaba tan segura que evitaría. Y esos orbes que he sabido que tienen cielos infinitos y aguas claras y celestiales con ondas de luz solar, no eran los mismos.
Sé nosotros contra el mundo.
"Estaba..." Ni siquiera podía armar una mentira adecuada porque el vacío que sentía dentro de mí, se arremolinaba en la parte más profunda de mi vientre como una sopa mala en un día caluroso, "Estaba visitando-..." Mi mirada cayó a mis pies mientras buscaba lo correcto para decir, algo que decir-, cualquier coa. Cualquier cosa para llenar este vacío sin fondo entre nosotros, cualquier cosa para devolvernos a cómo éramos antes, cualquier cosa para deshacer todo el dolor que se había hecho. Cualquier cosa. "Ah-." El sonido de una puerta deslizándose para abrirse en el pasillo, y la voz de Mina que llegaba hasta donde estábamos, hizo que Mirio y yo miráramos por encima de mi hombro a la chica rosa que brincaba con más alegría que nunca podría alcanzarnos a los dos. Un, Shota Aizawa, salió de su salón de clases mientras seguía a los estudiantes de cerca. Para el observador normal, el maestro era muy casual, refunfuñando intensamente ante las aclamaciones de sus alumnos y apenas echando una segunda mirada a los dos jóvenes adultos que se demoraban torpemente uno al lado del otro. Pero para el ojo atento, Shota Aizawa miró a los dos ex amantes a tevés de su flequillo color azabache, con las manos en los bolsillos mientras observaba atentamente desde lejos, sus labios apenas temblaban de molestia. Él sabía de las cosas que pasaban entre Mirio y yo, sabía que el chico de oro mantuvo mi existencia en secreto durante bastante tiempo, mientras sufría en silencio. Él sabía del abandono al que me enfrentaba y del espiral oscuro que seguí.
"¿Estabas qué?" ¿Cuándo Mirio si volvió tan frío? Mi cabeza se volvió hacia él, con su mirada fija en el suelo a la par que se frotaba la nuca, "Mira, (t/n), ya es bastante malo verte en todos lados-." Mis ojos se agrandaron, sintiendo la más mínima lágrima en mi corazón, viendo al chico roto arrugar la nariz por el dolor.
Nubes de tormenta y truenos dolorosos.
"¿Puedes dejarme tener la UA?" Él levantó la mirada, esos amables ojos azules brillando con lágrimas que nunca había visto antes, lágrimas que nunca pensé que caerían por mi culpa.
Hojas secas e iris marchitos.
"Es decir-," Bufó, "¿No ves que me estoy muriendo aquí?"
Un mar árido con olas silenciosas.
Eso es lo que esos ojos tenían para mí ahora. Eso es lo que se parecían cuando me disparaba dagas, destrozando mi carne y despojándome de mi piel. Esos ojos, esos malditos ojos que nunca supe que cargaran tanto odio, tanto desastre, ahora me miraban como si fuera una especie de monstruo. Como si ya no fuera yo, como si él no supiera quién era.
"Yo-."
"Señorita Todoroki." Salté ante el sonido de su voz sintiendo sus dedos envolver mi hombro, tarándome suavemente hacia atrás, "¿Me ayudaría en la clase de hoy? Creo que al Sr. Togata le vendría bien un día libre."
"Ah-." ¿Por qué no puedo decir nada? ¿Por qué no puedo encontrar palabras correctas? Él me necesita soy la única que puede deshacer el dolor que he tratado. Necesito arreglarlo.
"Gracias," Mirio sorbió la nariz, dándonos la espalda, "Aizawa-Sensei."
"Espera-." Mirio fue mi mejor amigo en más puntos que la mayoría, Mirio lo fue todo para mí durante una buena parte de mi vida no puedo perderlo, por favor, no puedo.
No puedo seguir perdiendo gente así.
"Déjalo ir, (t/n)." La voz de Shota era baja, así sólo yo podía escucharlo, "Él necesita sanar." Su agarre me apretó, tirándome hacia atrás por el pasillo, "No puedes ayudarlo con eso."
No puedo seguir viendo a la gente alejarte.
No puedo seguir sacrificándome.
No puedo.
En otra vida.
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Erased消された (Español)
Fanfic"¿Cuál soy, Shota, huh? ¿Soy un héroe o un villano?" "Eres todo para mí." Secuela de: Erase Her ____________ Ésta historia es original de @JojoWritesx, cuento con su consentimiento para hacer ésta traducción, así que todos los créditos van dirigidos...