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Abrió los ojos lentamente, parpadeando varias veces en un intento por enfocar su vista. Escuchó un ruido a su alrededor, percibiendo un nuevo aroma en la habitación.

Miró a su derecha y se encontró con un alfa, específicamente el que lo había salvado. Un pequeño sentimiento de alegría nació dentro de él y le sonrió disimuladamente.

"Hola, omega. ¿Cómo te encuentras?" Habló el alfa, mirando fijamente al omega recostado, mientras le dedicaba una mirada amable.

Harry se quedó en silencio, debatiéndose internamente sobre si era seguro contestarle. Después de unos minutos, decidió hacerlo.

"Hola, mmm... ¿cómo te llamas?" Dijo tímidamente.

"Oh, perdón, ¿no te dije mi nombre? Bueno, veo que no". Soltó una risa un tanto escandalosa antes de volver a hablar. "Me llamo Niall Horan, ¿y tú eres Harry, no es así?" Habló rápidamente, haciendo que el omega soltara una risa silenciosa y asintiera.

"Mmm... ¿dónde estoy?" Preguntó Harry un poco nervioso.

"Estamos en la enfermería", aclaró el alfa.

Quedaron en un incómodo silencio, transcurrieron unos minutos, cada uno esperando a que el otro decidiera romperlo.

"Gracias". Murmuró Harry, lleno de sinceridad.

"No hay de qué, Harry. ¿Estás bien? ¿Puedes levantarte?"

"S-sí, sí puedo". Dijo levantándose lentamente de la camilla.

"Nuevamente, gracias, en serio". Añadió esta vez un poco más alto.

Antes de que el alfa pudiera hablar, Harry salió casi corriendo de la habitación, dejando a Niall bastante confundido por su reacción.

Miro a su derecha y vio a un alfa, específicamente al que lo salvó. Un pequeño sentimiento de alegría nació dentro de él y le sonrió disimuladamente.

"Hola omega, ¿como te encuentras?". Hablo el alfa viendo fijamente al omega recostado, mientras le daba una mirada amable.

Harry se quedo en silencio, debatiéndo internamente si era seguro contestarle, unos minutos después decidió hacerlo.

"Hola, mmm... ¿como te llamas?". Dijo tímido.

"Oh, perdón, ¿no te dije mi nombre?, bueno veo que no". Soltó un risa un poco escandalosa antes de volver a hablar. "Me llamo Niall Horan, ¿y tú eres Harry? ¿no?". Hablo rápidamente haciendo que el omega suerte una risa silenciosa para luego asentir.

"Mmm... ¿donde estoy?". Pregunto Harry un poco nervioso.

"Estamos en la enfermería". Aclaro el alfa.

Quedaron en un silencio un poco incomodo, transcurrieron unos minutos, cada uno esperando que el otro decida romper el silencio.

"Gracias". Murmuró Harry, lleno de sinceridad.

"No hay de que Harry, ¿estas bien? ¿Puedes levantarte?".

"S-i, si puedo". Dijo levantándose de a poco de la camilla.

"Otra vez, gracias, enserió". Dijo esta vez un poco más alto.

Antes de que el alfa decida hablar, salió casi corriendo de la habitación. Dejando a Niall bastante confundido por su reacción.



Llegó a su casa con la respiración acelerada después de correr hasta su hogar. Abrió la puerta sin hacer ruido para pasar desapercibido y subió las escaleras rumbo a su habitación.

Soltó una respiración dolorosa, sintiendo un nudo en su garganta que amenazaba con explotar y dolores en distintas partes de su cuerpo haciéndose notar.

Trató, en serio trató, de respirar normalmente y calmarse, pero falló miserablemente.

Los minutos pasaban, observaba fijamente las manillas del reloj con gran dificultad debido al dolor que sentía. Finalmente, se levantó desesperado, sin poder controlarse otro segundo, y rompió en llanto.

Se repetía mil veces en su cabeza que debía calmarse, que no podía permitirse otro ataque que lo dejaría devastado por días.

El poco aire que ingresaba a sus pulmones le quemaba. Sentía que con cada respiración se enterraban miles de agujas en su garganta. Solo quería que dejara de doler y sabía cómo detenerlo, pero no quería. Se había prometido no volver a hacerlo, debía resistir.

"No puedo". Su voz sonó rota debido a los sollozos, se levantó tambaleándose y se dirigió a su escritorio, abriendo el cajón donde se encontraban sus navajas.

Tomó una bocanada de aire como pudo, se miró en el espejo, levantó su camiseta sobre sus hombros y pasó la navaja cerca de sus costillas. Dolió, claro que dolió, pero ya estaba acostumbrado a ese dolor y era mejor que el emocional.

Cuando ya estaba calmado y había terminado de limpiar, bajó las escaleras para dirigirse a la cocina y finalmente saciar su hambre. Abrió el refrigerador, vio un pastel de chocolate, bastante grande. Lo tomó, agarró un tenedor y empezó.

Lloraba mientras probaba cada bocado, era delicioso, pero dolía, sabía que tendría que vomitar, no podía permitirse ingresar esa cantidad de calorías a su cuerpo. Probó unos bocados más, tan lleno que sentía que iba a explotar, se dirigió al baño, donde vació su estómago hasta sentir la bilis y un poco de sangre salir de su garganta.

Levantándose del suelo, se lavó los dientes evitando ver su reflejo, se dirigió a su cama y se recostó, soltando un pequeño quejido de dolor por haber presionado su costilla lastimada. Una lágrima salió de sus ojos. Ya no lo soportaba, solo quería cerrar los ojos y no volver a despertar. Quería detener el dolor, ser amado, solo deseaba poder amarse.

Tomó su diario, comenzó a escribir todos los sucesos del día, terminó unos minutos después y decidió revisar las demás páginas. Todas ellas tenían la misma historia, narraban cómo lo golpeaban, insultaban, sus ataques. Todos los días eran los mismos, ya no recordaba cuándo fue la última vez que pudo estar en paz.

Dejó el diario en su pequeño escondite y miró al techo, pensando en cómo sería su vida si fuera amado y protegido.

"Tal vez algún día suceda". Se dijo en voz baja.

"Claro que lo serás, humano tonto, encontraremos pronto a nuestro alfa, él nos ayudará, lo sé". Habló su omega decidido.

"Sí, claro, y ¿cómo sabes? Nadie nos mira si no es para burlarse de nosotros". Le dijo Harry a su lobo omega esperando alguna respuesta coherente.

"Joder Harry, me pones de mal humor. Sé que llegará nuestro alfa, lo siento en mi alma, nuestro alfa me habla Harry, él nos está esperando".

Se le escapó una pequeña y última risa antes de cerrar sus ojos, el sueño invadiendo todo su cuerpo, soltó un último suspiro antes de caer en un dulce sueño, muy poco común, donde un alfa de ojos azules y sonrisa encantadora era el protagonista. 

𝐴𝑚𝑎𝑟𝑦𝑙𝑙𝑖𝑠 !¡ 𝑙.𝑠Donde viven las historias. Descúbrelo ahora