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Hace unos días, Harry y Louis comenzaron la segunda etapa de su cortejo, el aire, después de haber concluido la etapa del agua. Durante estos tres días, se sumergieron en diversas actividades, caminando por el bosque y subiendo a una pequeña montaña para disfrutar de la vista y conectarse con la naturaleza.

Se sentían cómodos con todo lo que hacían; cada día, su conexión mutua se fortalecía, y ya no se separaban por nada. Habían decidido adelantar sus estudios y concluir el año escolar para disfrutar de su cortejo sin presiones.

Ahora se preparaban para ir a acampar, una decisión tomada la noche anterior. Ambos estaban de acuerdo en que al irse a acampar, podrían dar por finalizada la etapa del aire y participar en algunas actividades en ese lugar.

"Sabes, nunca había estado tan feliz como ahora", expresó Harry mientras arreglaba su equipaje y sonreía con hoyuelos. Se acercó a Louis y ajustó la corona de flores que estaba un poco inclinada.

La corona de cortejo, generalmente hecha con lirios, fue creada por Louis con flores Amaryllis, el olor característico de su omega. Aunque tenía diferentes colores, predominaban el verde y los tonos rosas.

Harry se quedó mirándolo unos segundos más, admirando a su pareja, el único ser humano que hacía que su corazón latiera locamente.

"Te amo, omega, y lo hago con toda mi alma", dijo Harry sin pensarlo, desviando el tema de la conversación anterior y perdiéndose en la belleza de su pareja.

Louis notó la reacción de su lobo a la defensiva y le reprochó su comportamiento infantil. Después de un resoplido molesto, escuchó a su omega hablar de nuevo. "Yo igual te amo, alfa", finalizó con una pequeña risa.

Harry realmente creía que no se daban cuenta de que los observaba embobado. Estaba un poco distraído, incluso babeando.

"Míralo, nos ama. Se vuelve más idiota de lo normal por todo el amor que siente por nosotros", comentó el lobo defensivo de Louis.

"Tienes un rastro de saliva en tu barbilla, Louis". Mientras hablaba, Harry llevó su mano al rostro de su alfa y le quitó lo que se había ensuciado. Louis se puso como tomate.

Carraspeó un poco antes de hablar. "Perdón, es que solo estaba pensando". Esperaba que Harry dejara el tema ahí, demasiado avergonzado como para seguir hablando.

Pareció que Harry entendió su pequeña crisis porque cambió el tema para hablar de su viaje nuevamente. Continuaron guardando todo lo necesario y bajaron a despedirse de sus familias, quienes estaban orgullosas de sus cachorros y amaban verlos amarse. No sabían lo afortunados que eran al encontrar a sus destinados a una edad tan temprana.



Hace alrededor de una hora que estaban de viaje, y Harry se sentía aburrido. Su trasero le dolía por estar tanto tiempo sentado, aunque la vista era hermosa y los olores de la naturaleza lo cautivaban, se encontraban en algún lugar rodeado de césped desde hace media hora. Aburrido, se le ocurrió una idea.

"Lou", habló en un ronroneo.

"¿Qué pasa, omega?"

"Estoy un poco mareado, ¿podrías detenerte unos minutos, porfi?" Dijo en un tono afligido, tratando de parecer enfermo. Funcionó, ya que vio cómo su alfa lo miraba y estacionaba el auto a un lado del camino.

Estaban estacionados con las ventanas abiertas, y Louis estaba dispuesto a bajar del auto para ayudar a su pareja, pero fue detenido cuando sintió cómo su omega se subía sobre él, quedando a horcajadas.

"¿Qué haces, amor?" Dijo el alfa un poco preocupado por el estado de su omega.

"Quiero mimos, alfa". Habló un poco avergonzado. Nunca le había pedido directamente algo; simplemente sucedía. Pero ahora quería sentirse bonito, y unas cuantas caricias de su alfa siempre ayudaban.

𝐴𝑚𝑎𝑟𝑦𝑙𝑙𝑖𝑠 !¡ 𝑙.𝑠Donde viven las historias. Descúbrelo ahora