La vida en pareja en el hogar era maravillosa, a pesar de algunos pequeños percances poco relevantes que enfrentaban juntos. Siempre lograban superar cualquier obstáculo que se les presentara.
Para Harry, en estos momentos, todo parecía más pesado. Con 24 años y embarazado de gemelos, cada actividad se volvía más difícil. Aunque contaba con la ayuda de su alfa, este debía trabajar y no podía darse de baja. Con sus 9 meses de embarazo, Harry podía ausentarse, ya que el embarazo masculino resultaba un poco más complicado que en las omegas.
Así que le tocaba quedarse en casa todo el día, ocupándose en cualquier tarea para pasar el tiempo, y sobre todo, descansar, ya que el agotamiento le estaba ganando. No le molestaba estar en casa, pero la soledad era un obstáculo. Ansiaba pasar el día con su pareja, que lo abrazara y hablara a los futuros cachorros en su barriga para calmar sus movimientos.
Faltaban al menos tres horas para que su alfa regresara a casa, así que se retiró a su nido y se dispuso a dormir, despertando más tarde para recibir a su pareja. No tenía mucho que hacer despierto, y el agotamiento era abrumador.
Despertó por algunos ruidos cerca de él, abriendo los ojos lentamente y quejándose por la patada que recibió de sus cachorros. Vio a su Louis arrodillado a su lado, pidiendo permiso para entrar, y observó cómo su alfa ingresaba cuidadosamente para no perturbar su nido.
"Hola cariño, ¿Cómo te están tratando nuestros parásitos?" preguntó suavemente Louis, usando el apodo que habían adoptado para los bebés.
Harry rió ante el sobrenombre y compartió cómo los movimientos de los gemelos lo incomodaban. Louis lo abrazó, acariciando su abultado vientre mientras cantaba en italiano una canción de cuna. Parecía calmar a los bebés, quienes dejaron de moverse minutos después.
Harry suspiró aliviado, agradeciendo tener a Louis a su lado. Respondió a la pregunta sobre cuántas semanas faltaban para el parto y señaló que solo quedaba una semana.
Era la mañana del 17 de febrero, y Harry estaba nervioso, con los sentidos agudizados y alerta máxima. Se refugió en su nido, respondiendo a la tensión de su omega. Después de unas horas, sintió una pequeña contracción y otra más intensa, pero decidió no preocuparse. Finalmente, decidió levantarse y llamar a su alfa a través del lazo.
Louis apareció en la puerta con preocupación, y Harry, sonriendo, le entregó el bolso preparado para el hospital. Con ayuda de Louis, se levantó y se dirigieron al auto, ambos nerviosos pero felices.
Durante el viaje, reinó el silencio nervioso, pero la comunicación a través del lazo de los lobos los hacía sentir plenos. Doce horas después, Harry dio a luz a dos hermosos y regordetes cachorros, Diana Anais y Ruggero Tomlinson Styles.
La pareja estaba fascinada con sus nuevos miembros. Harry, alerta y protector, observaba cada movimiento en la habitación. Se puso territorial cuando una enfermera se acercó a la cuna, pero Louis no intervino. Harry cargó a su cachorra y la calmó con su aroma.
El omega se llenó de amor al ver a su familia unida, listo para esta nueva etapa en su vida llena de felicidad.
•
◇
•La vida de padres no siempre coincidía con las historias idílicas que te contaban. Aunque muchos hablaban sobre el hermoso sentimiento de tener un cachorro y la unión que se experimentaba al nacer, la realidad de cuidar a dos gemelos como padres primerizos resultaba desafiante.
Si uno de los gemelos lloraba en la noche y lo consolaban, el otro rompía en llanto al no sentir el aroma de su hermano cercano. La dependencia mutua entre los dos cachorros creaba un lazo familiar inquebrantable. A los adultos les costaba calmarlos después de estos episodios, pero siempre encontraban consuelo en las feromonas que llenaban el ambiente.
Hoy, los cachorros cumplían un año de vida, y sus padres, junto con su alfa, planeaban su primera celebración de cumpleaños. Aunque era más para los adultos, ya que era improbable que los bebés lo recordaran en el futuro, la celebración era indispensable para la familia.
El patio de la casa estaba decorado para la fiesta de cumpleaños, y los padres colmaban a los cachorros de caricias y regalos, provocando risas y alegría. Los amigos del trabajo de Louis, dos alfas y un beta amigables, también estaban presentes. Habían forjado una amistad duradera desde que Louis comenzó a trabajar. Además, Niall, el alfa de la escuela que ayudó a Harry en el pasado, también estaba allí. Después de reencontrarse por casualidad en una cafetería años después, comenzaron a hablar diariamente.
Todos estaban felices y orgullosos de la pareja de padres. Conocían parte de su historia y sabían lo difícil que fue para ellos encontrar la felicidad. Verlos ahora riendo con sus cachorros les recordaba lo afortunados que eran de tenerlos como familia.
Porque, en realidad, todos eran una familia. No necesitaban un lazo de sangre, ya que el amor que compartían creaba un vínculo familiar hermoso. Sus cachorros tenían un año, y los padres observaban con ternura cómo crecían, preparándose para enfrentar la vida llena de nuevas experiencias.
Louis y Harry se miraron mientras veían a sus cachorros abrazarse entre sí. Renovaron su promesa de protegerlos de cualquier peligro que la vida les trajera. Harían todo lo posible para evitar que vivieran lo que ellos habían experimentado.
Ante todo, protegerían a su familia.
ESTÁS LEYENDO
𝐴𝑚𝑎𝑟𝑦𝑙𝑙𝑖𝑠 !¡ 𝑙.𝑠
FanfictionHarry, un dulce omega que sólo desea encajar en los estereotipos de su casta. Louis, un alfa que le enseña el amor.