𝐴𝑚𝑎𝑟𝑦𝑙𝑙𝑖𝑠 !¡ 𝑙.𝑠

extra due

Ninguno podía creer que después de lo que sucedió con el último embarazo podrían llegar a tener cachorros otra vez.

Pero ahora la panza de 8 meses de embarazo los hizo feliz nuevamente.

Este nuevo embarazo los tomo por sorpresa, luego de la pérdida de su cachorro decidieron no centrarse en tener cachorros, no se ciudaban porque no creían que algún día fuera posible tener bebés, la pareja había enterrado esa etapa de su vida, resignados a no tener descendencia.

Hace unos meses el dulce omega empezó a tener mareos, vómitos y distintos antojos, ninguno le importo, solo creyeron que se trataba de un virus estomacal. Pero cuando Louis encontró a su omega tirado en el baño luego de vomitar se le fue la vida por unos momentos. Corrió al hospital y ahí le dijieron que el omega estaba en estado.

Ambos quedaron en shock, el médico tuvo que preguntarles si estaban bien porque quedaron tiesos y pálidos por varios minutos.

Harry fue el primero en reaccionar, soltando sollozos y pidiendo por su alfa, eran un llanto de felicidad y miedo, miedo a perder nuevamente su cachorro. Si pasaba otra vez el no sobreviviría.

Louis lo calmo con su aroma, estando aún conmocionado por la noticia, un cachorro. Decía su alfa alegremente.

Tenía miedo de lo pudiera pasar pero se mantuvo fuerte por ambos, sabía que Harry estaba aterrado por la posibilidad de perderlo.

Algo que calmo a la pareja fue que el médico les informó que su embarazo estaba normal, era totalmente sano. Eso hizo que tuvieran esperanzas.

No fue hasta que cumplió los 6 meses que dejaron de temer, fue el día que decidieron comprar cosas a sus cachorros. Porque si, su Harry estaba esperando a dos bebés.

No estaban más que felices, la pareja se sentía plena, amaba saber que podrían tener hijos.

Decidieron decorar la habitación en colores alegres, un tono celeste cielo y distintos tonos azules para hacer contraste, todo estaba reluciente, lleno de juguetes, aunque sabían que faltaba para que sean usados pero querían ser precavidos, las cunas eran hermosas, ambas estaban juntas, no iban a separar a sus bebés, ellos tendrían un lazo y no querían dañarlos.

Este día en especial estaban en su recamara pensando en que nombres ponerles a sus cachorros. Tenían muchas opciones pero ninguna les convencía. Decidieron dejarlo para después, se dice que en el momento de ver a tu cachorro tu instinto te dice el nombre, claro no sabían si era cierto pero no perdían nada con esperar.

Cuando nacieron sus bebés creyeron que nunca podrían ser tan felices, los amaron desde que lo vieron, desde el primer llanto sus corazones empezaron a bombear rápidamente, enamorados de sus pequeños cachorros.

Fue cierto que cuando los vieron supieron sus nombres, la hermosa Diana y el hermoso ruggero, estaban fascinados.

Ambos bebés con cabellos rubios, normal para ellos, sabían que en unos meses se cambiaría a un tono castaño.

Ruggero tenía ojos azules como su padre, era hermoso, era una copia exacta de Louis, con el cabello de Harry. Diana era al revés, ojos verdes y mirada que te hipnotiza, ella era igual a Harry, era hermosa.

Los gemelos desde que nacieron crearon un lazo fuerte, si los separaban más de cinco minutos rompían en llanto, se desesperaba por no tener el aroma de su hermano a su lado.

Ambos fueron unidos desde el primer momento.

Ahora todos eran una familia, estaban completos, Harry y Louis al fin encontraron lo que les faltaba en la vida, dos nenes llenos de luz llegaron para alegrarles sus corazones.