Capítulo 1

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—No puedes decirme que me conoces cuando, ni yo misma lo hago.

-Esther Ovelar.

Son las cinco y media de la mañana y lo único que quiero hacer es apagar mi despertador y volver a dormir, pero como me tardo en alistarme es por eso que mi alarma la pongo a las cinco y media, aunque por mí me despertaría hasta que tenga ganas de hacer pipí o tener hambre. Todo está oscuro como siempre, se empezaban a escuchar los pájaros. Así que me metí a bañar con la poca agua caliente que teníamos, salí y vi la puerta de mi madre estaba entre cerrada, me asome y ahí estaba dormida mientras la televisión estaba prendida así que la pagué y cobije a mi madre bien para después darle un beso en la frente.

Me puse el uniforme, la verdad odio un poco la falda en la mañana hace frío y pobre de mis piernas sin embargo se pueden ver un poco mis muslos, no soy de esas chicas que se suben un buen la falda para que las demás personas puedan ver su ropa interior, para mí con dos dedos para arriba me basta. Al final me detengo para pensar como me llevare el cabello si planchado o no a mí nunca me va los peinados así que siempre me hago una coleta, pero quiero hacer algo nuevo, quizá un chongo si un chongo será, tras mis diez minutos de por fin hacerme el chongo, me maquilló tal vez enchinarme las pestañas y poner un poco de mascara para las pestañas, yo no he usado labial ya que mis labios son carnosos y rosados. Genial haciendo esto ya van a dar las seis y el transporte público llega a la parada a las seis diez, bueno creo que no toca desayunar agradecida de que solo tengamos un piso ya que no quiero bajar las escaleras para eso está educación física para hacer ejercicio.

Miro mi teléfono seis ocho si llegó. Espere unos dos minutos y llego me subí y vi cómo el señor me miro de arriba abajo yo solo deje el dinero suficiente alado de él y me aleje siempre me siento en los asiento de hasta atrás solo es bajarte y ya. Son muchas paradas así creo que llegare unos minutos tarde.

Por fin corre, corre, corre. Le grite al personal que estaba a punto de cerrar, pero me escuchó así que se detuvo y me dejo pasar, sigue corriendo vamos falta poco o no empezó a sonar la chicharra.

Hasta que choque con otra persona.

—Lo siento, pero tengo que llegar a mi salón. — iba a irme hasta que se puso enfrente de mí. —En serio eres tú, porque mi día tiene que empeorar.

—Bueno no lo sé, pero esa no es la forma correcta de saludar o de hablar ante una persona desconocida.

—No, claro que te conozco así que adiós no es un gusto conocerte. — vamos déjame ir.

—Bueno está bien puedes irte. — estiro una mano y lo puso al costado así para que me accediera el paso. —Pero antes. — no pudo acabar ya que me agarró de la mano y me jalo hacía él haciendo que corriera por detrás de él, no otra vez no quiero correr por favor.

[...]

Estábamos en el patio trasero de la escuela sentados en el pasto, mientras había unos chicos practicando fútbol y si hay chicos practicando debe de ver chicas en una esquina echando porras o lo que sea que hacen.

Veo que a Jake no le toma importancia ya que su mirada está en su bolsillo del pantalón sacando un cigarrillo.

—Tú no debes de consumir eso.

—Cállate Bell por un momento y deja que solo pueda escuchar el silencio. — mientras prendió su cigarrillo para llevárselo en su boca seca, aunque vi que tiene su labio partido pues cuando se lo iba a meter en la boca maldijo.

—Pero el silencio no se escucha.

—Claro que sí solo se escucha si estas calladita y lo podrás escuchar. — mientras dio otra calada para después soltarla.

Solo tú y yo. (#1)©️✔️BORRADORDonde viven las historias. Descúbrelo ahora