UNIVERSIDAD DE HOUSTON

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Siempre soñé con el día en que me fuera de casa. Imaginaba que sería un día triste para mis padres, que Anthony haría algún tipo de broma sobre yo nunca volviendo ni para las celebraciones, pero al mismo tiempo viéndolos a los tres orgullosos de mi.

Jamás pensé que todo se volvería oscuro y triste pero por las razones incorrectas.

Habían pasado cuatro meses desde la muerte de Grace, y mi ánimo seguía por el suelo. Por supuesto que tu novia se mate por tu culpa no alegra a nadie, aunque mi madre se la pasara dia y noche diciéndome una y otra vez que nada de lo que había ocurrido había sido mi culpa, yo no podía creerlo, porque ella no la había visto como yo. No la había escuchado decir esa maldita frase que me atormentaba todo el tiempo.

"No puedo vivir sin ti."

Por un tiempo ni siquiera me reconocí a mi mismo. Todo me parecía triste, oscuro y decrépito. Pensé que todo cambiaría el día en que finalmente me mudase a Texas, pero aunque el día había llegado, yo seguía igual de dañado.

Mis maletas estaban listas en la parte trasera del auto, recuerdo observar a mi alrededor antes de subir al asiento delantero. Mi madre me besó y me abrazó unas mil veces, y mi hermano me deseó buena suerte.

𑁋Recuerda que tu sigues vivo... no lo olvides, Bart 𑁋esa era siempre su manera de decirme que tenía que seguir adelante, y vivir mi vida.

Papá me fue a dejar al aeropuerto, y una vez ahí, todo se volvió real.

𑁋Bueno, llegó la hora 𑁋dije mas para mi mismo, aunque papá me escuchó y palmeó mi hombro.

𑁋Se que no estás pasando el mejor momento del mundo, Bart, pero quiero que sepas que tu madre y yo te amamos, y estamos sumamente orgullosos de ti. Sé que he sido duro contigo, tal vez más que con tus hermanos, pero es porque siempre supe que tú estabas hecho para más... por eso nunca te pedía ayuda en las tareas de la granja, realmente eras una vergüenza hijo.

Recuerdo que me reí de eso, me reí bastante, y tenía mucho tiempo de no reír.

𑁋Increíblemente, creo que extrañaré tus regaños.

𑁋No importa a donde te lleve la vida, siempre tendrás un lugar en casa, aunque detestes todo lo que tiene que ver con la agricultura que es lo que te ha dado de comer todos estos años y lo que te está ayudando a irte a Texas, así que no lo odies tanto, Barton 𑁋dijo mi padre de nuevo entre risas en son de broma.

No odiaba a mi familia, los amaba increíblemente, a todos, y el verme en esa situación me hizo ver lo inmaduro y tonto que había sido más chico, por supuesto, era una reacción normal de la adolescencia, quería pensar eso, pero ver a mi padre despidiéndose de mi para comenzar una vida fuera de casa, me hizo valorar todo lo que tanto él como mamá habían hecho por mi.

El vuelo tardó unas seis horas, contando la pequeña parada de hora y media que tuve que hacer en Chicago. Una vez que había aterrizado en Houston tomé un taxi hasta las residencias de la universidad. Habíamos enviado varias de mis cosas por correo hacía una semana, y me habían indicado en un e-mail que todo había llegado y me estaba esperando en la recepción.

La sensación que sentí al ver los edificios y las personas con maletas, cajas, y miradas llenas de sueños y esperanzas fue de paz.

𑁋Hagamos lo mejor que podamos 𑁋me dije a mi mismo antes de tomar mis maletas y sueños conmigo dentro de la residencia.

La primera semana de clases no estuvo mal, me logre adaptar bastante bien al campus, recorrí todos los lugares que podía y había visitado la mayoría de cafeterías a las que podía ingresar.

Bart, Schlesinger ExtrasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora